28 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA (17): EL TOBOGÁN DE SONO SION
Por Marcela Gamberini
Si en The Land of Hope Sono Sion jugaba, desmesurado y profundo con el melodrama, con la trágica historia reciente de su país, en Why don´t tou play in hell? desmenuza la parodia hasta el hartazgo. Teniendo como contracampo a Tarantino y específicamente Kill Bill no deja de desparramar desde la forma y desde el contenido un conjunto de ideas acerca del presente del cine y por qué no del mundo. Pensada como un juego de cajas chinas –japonesas en este caso- donde el eje está puesto en filmar una película, se desarrollan varias filmaciones que desembocan, sobre el final, en una sola. Película de películas, de citas, de fragmentos, hipergenérica, hecha con retazos de lo que queda del gran género de yakuzas japoneses, Sono Sion se anima a confrontar la modernidad cinematográfica sobre todo sus altos exponentes como Tarantino , Carpenter, el propio Johnnie To o el género de las publicidades, con la más añeja tradición del cine japonés, y a su vez, aparece la reencarnación de Bruce Lee “ vestido para matar” con el ya mítico enterito amarillo de rebordes negros de la entrañable y violenta heroína de Kill Bill.
Un grupo de jóvenes un poco nerds quieren filmar una única película, que sea realista, espontánea, sincera (dice el devenido director de cine: no muchas películas japonesas para ganar dinero sino una sola, que sea una obra maestra), una heroína oriental que en su niñez había sido actriz de publicidades, un padre poderoso, un grupo de yakuzas; conforman en principio el variado elenco de la última locura más que interesante de Sono Sion. Desprejuiciada, desestructurada-sin que esto anule la existencia de una fuerte concepción acerca de lo que debe ser una película- divertida, hace que los espectadores resbalemos en ese nido de sangre demasiado roja, demasiado espesa, demasiado pesada como las cámaras de 35 que encuentran arrumbadas en un viejo cine y las ponen a funcionar.
Mezcla salvaje de géneros donde no falta el melodrama, la comedia, el gore; Sion es un cineasta lúcido capaz de leer con inteligencia la contemporaneidad del cine sin dejar de lado su tradición y apuntando crítica pero inefablemente a su devenir.
Los espectadores, apabullados por tanto acartonanamiento, contraluces y travellings sin ideas que los sustenten, frente a Why Don´t You Play in Hell le agradecemos a Sono Sion la cinefilia divertida y libre con la que nos pegotea, con la que nos hace resbalar como en un tobogán sangriento sin principio ni final, pero regocijante y gozoso en el vértigo físico y emocional que nos propone. Este es otro de los exponentes que nos hacen pensar que otro tipo de cine es posible.
Marcela Gamberini / Copyleft 2013
Me dio la misma sensación de optimismo absoluto que a vos, esa de pensar que otro cine es posible. No recuerdo cuando fue la última vez que salí del cine con ese nivel de euforia.
Esa fue la última película que vi en el festival y me salvó. Hasta encontrarme con esta obra maestra absoluta venía pensando (salvo alguna que otra excepción) en lo poco que me habían provocado las películas que vi. Toda esa cuestión de la corrección y el acartonamiento me empezaron a desesperar promediando el miércoles y pensé que me iba a ir sin encontrar la película que me sobrecogiera por completo.
Un jueves a la madrugada logramos salir todos gritando del cine. Qué hermoso compartir ese momento.