CADÁVER EXQUISITO

CADÁVER EXQUISITO

por - Críticas
12 Jun, 2022 12:00 | Sin comentarios
La cuarta película de Lucía Vasallo constituye una sorpresa para su carrera y asimismo para el cine de género vernáculo.

DESEO Y MIMESIS

Cualquier adulto puede hacer memoria y quizás recordar la fascinación que en la infancia pudo haber despertado una amiga o un amigo de la escuela o del club, cuyo misterioso efecto en uno no era otro que el deseo de mimetizarse. Copiar gestos, imitar inflexiones de la voz e incluso adoptar expresiones ajenas puede definir el vínculo con ese otro al que se quiere y admira. Esa enigmática conducta infantil trasladada a la vida adulta puede devenir en otra cosa, y en una película de terror como Cadáver exquisito transformarse en una patología conveniente para desarrollar una trama y una estética.

El principio mimético recién esbozado es en la inclasificable película de Lucía Vasallo el movimiento irrefrenable del deseo en el personaje que interpreta la actriz más carismática y desinhibida del cine argentino: Sofía Gala Castiglione. Es muy plausible que la maquilladora a la que encarna se enamore perdidamente de la científica albina deseada por muchos. El magnetismo de su seducción excede la pigmentación de su piel. Los diversos intereses de ese personaje le confieren un enigma mayor: desde el solitario ajolote al que mira como cómplice de su singularidad, pasando por la investigación que lleva adelante sobre la oxitocina y hasta su práctica de butō delinean una personalidad cautivante. He aquí un doble mérito de la directora: elegir a la extraordinaria Nieves Villalba en el rol, prodigarle una riqueza simbólica ineludible.

En ocasiones, para una película de terror basta con tener dos personajes atractivos y saber desplegar un mundo misterioso que los cobije como protagonistas y a la vez los arroje como criaturas al abismo. El enrarecimiento de la trama crece lentamente hasta un desenlace en que el deseo se cumple enteramente como mímesis, una forma de terror psíquico que Cadáver exquisito plasma sin descifrarlo, trabajando sobre la atmósfera y la alusión y apoyándose en una economía visual y sonora eficiente para sostener un relato que honra al cine de género. 

Ninguna de las tres películas precedentes –todas documentales– permitían esperar que Vasallo pasase al terror con la indesmentible elocuencia que demuestra en Cadáver exquisito. A la película se la ha querido emparentar con ilustres cineastas modernos estadounidenses, una adscripción quizás desmedida, como si se asumiera que la propia película repitiera la compulsión mimética de su personaje respecto de los grandes títulos del género. Son asociaciones entendibles, aunque la película emite sus propios signos de referencia: la danza japonesa ya citada y nacida del horror de la posguerra, la literatura soviética de ciencia ficción y la vida contemporánea signada por formas de comunicación virtual que inciden en el erotismo. La importancia que tiene la invención performática de Tatsumi Hijikata es decisiva, por la misteriosa impregnación que ha tenido en Argentina y por la relación que el butōestablece con la identidad y la orientación sexual. 

Rara avis es entre nosotros Cadáver exquisito, porque no teme la ambición de hacer una película con sus propias reglas en un casillero del cine contemporáneo excesivamente codificado y poco frecuentado por los cineastas vernáculos. Legítima rareza cinematográfica en la que resplandecen dos actrices notables y en la que una directora deja constancia de su talento.

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Cadaver exquisito, Argentina-España-Brasil, 2021.

Dirigida por Lucía Vasallo. Escrita por Sebastián Cortés y L. Vasallo.

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*Publicado por La Voz del Interior en el mes de junio 2022.

Roger Koza / Copyleft 2022