CRÍTICAS BREVES (104): IEC LONG
*** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
Iec Long, João Pedro Rodrigues, João Rui Guerra da Mata, Portugal, 2014 (***)
Rodrigues y Rui Guerra vuelven a Macao, y en esta ocasión ni imaginan lúdicamente el apocalipsis ni tampoco están decididos a reinventar el film noir; simplemente regresan a este querido territorio que los obsesiona para filmar ruinas y fantasmas. En 30 minutos, los cineastas portugueses desempolvan la existencia de una fábrica de fuegos artificiales llamada Iec Long, fundada en 1923 en la isla de Taipa, en Macao, y así reviven una experiencia colectiva de trabajo en la que los niños podían ser operarios. El empeño de los directores no pasa por dar a conocer una hipotética historia de explotación, pues las coordenadas simbólicas indican cierta conformidad respecto del trabajo infantil, sino más bien por visualizar una transformación de las formas de trabajo y la contundencia del olvido social. Los procedimientos poéticos puestos en juego trazan una yuxtaposición de tiempos: los planos fijos sobre el presente de la fábrica devenida en escombros, en los que se pueden observar objetos y signos esparcidos por distintas habitaciones que remiten a una época de esplendor, entran en consonancia dialéctica con algunas miniaturas de sectores de la fábrica (que reproducen los viejos tiempos de prosperidad), materiales de archivo y fotografías que confirman una actividad implacable y sin descanso. A su vez, Teng Man Cheang, el único cuidador del lugar, quien empezó a trabajar a los 8 años en la fábrica y que apenas se lo ve, presta su voz, y lo que dice es tan importante como el sonido mismo de su voz; su presencia, además, encuentra un contrapunto conmovedor en las misteriosas apariciones de unos niños que solamente miran a cámara, acaso los espectros de tantos operarios que entregaron su niñez y que aún deambulan por esos pasillos y construcciones a los que se les ha decretado su inutilidad eterna. El poder de esos planos hermosos en blanco y negro y con profundidad de campo no es inferior al de algunos versos sueltos que, poéticamente, ayudan a constituir este asombroso palimpsesto de imágenes y sonidos.
Roger Koza / Copyleft 2015
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