FICUNAM 2018 (05): LE LION EST MORT CE SOIR

FICUNAM 2018 (05): LE LION EST MORT CE SOIR

por - Festivales
21 Feb, 2018 10:37 | Sin comentarios
La simplicidad es engañosa, y el primer y el último plano juntos así lo dicen. Léaud brilla como nunca. Suwa dirige con tal maestría que ni se nota.

Le lion est mort ce soir, Nobuhiro Suwa, Japón-Francia, 2017

El gran fuera del campo de todo lo filmable, o de todo aquello que pertenece al reino de los vivos: la muerte. Nadie ha filmado ese certero episodio sin anuncio, que el protagonista de este hermoso film de Suwa caracteriza como un encuentro, para el que todo mortal empieza a prepararse entre los 70 y los 80 años. La conciencia de la finitud se intensifica en esa edad, dice el eterno Jean-Pierre Léaud interpretando a un actor que tiene su nombre, cuyo personaje puede ser tanto él como la encarnación tardía de Luis XIV, a la que le prestó cuerpo y alma en un film reciente.

Suwa ahora, y antes Albert Serra, han sabido ver en el cuerpo del actor una revelación ontológica: el paso del tiempo se evidencia en él porque Léaud en 1959 se incorporó a nuestra memoria cinematográfica con Los 400 golpes, y desde entonces ha sido nuestro compañero. Sucede que ahora “el león puede morir en la noche”, y el propio Léaud lo sabe. Esa clarividencia le da a la película un plus documental, y en la primera escena, como en las dos tomas de la magistral última secuencia, resplandece una verdad que ya no le pertenece a la ficción y es también su límite.

Entre el principio y el final, el minúsculo relato avanza como un juego. ¿Qué sucede? La crisis de la actriz principal detiene el rodaje por un tiempo. Esta pausa conecta al actor con su pasado: el gran amor de su vida, que murió décadas atrás, reaparece. ¿Es un fantasma? Mientras tanto, un grupo de niños está aprendiendo a hacer cine, y llevados por la curiosidad y el desparpajo consiguen que Léaud se incorpore al elenco de un film amateur infantil que están rodando. La interacción del ícono de la Nouvelle vague con los niños, y en especial con uno que ha perdido a su padre, es uno de los ostensibles placeres que prodiga este film aparentemente menor.

Suwa organiza todo con la libertad lúdica de un niño y el conocimiento de lo irreversible. El plano final es inolvidable.

Roger Koza / Copyleft 2018