De las últimas sobrevivientes de la escudería de actrices de Ingmar Bergman (fallecidas Eva Dahlbeck, Ingrid Thulin y Bibi Andersson, hoy solo quedan Harriet Andersson, de la misma edad que Gunnel y la más joven Liv Ullman), la carrera de Gunnel Lindblom ha sido probablemente más destacada en el teatro que en el cine. 

Nacida en Gothenburg, entre 1950 y 1952, Lindblom estudió en el City Theatre de esa ciudad y debutó en cine en Kärlek, de Gustav. Molander. Poco después se acercó al Malmö City Theatre que dirigía Ingmar Bergman solicitándole trabajo y se destacó en una versión de Fausto de Goethe. Con Bergman en cine participó en varios films, casi siempre en roles secundarios, tal vez el más recordable el de la muchacha muda de El séptimo sello. 

Pero hubo un papel que ningún cinéfilo que se precie podrá olvidar. Fue el que interpretó en El silencio (1963), la obra maestra del sueco en el que era inolvidable como la sensual y provocadora hermana de la reprimida y puritana Ingrid Thulin. En ese film, con un ajustado vestido que destacaba sus opulentas formas delanteras y traseras, jadeante y sudorosa, Gunnel era una auténtica máquina sexual. Son conocidos los problemas que tuvo la película, de una audacia que hoy todavía asombra (el film en nuestro país fue primero prohibido, luego –caso único- autorizado para mayores de 22 años y finalmente permitido para los que superaban los 18 con cortes, que incluían una violación en una iglesia). 

Si ese hubiera sido el único papel de la actriz bastaría para incluirla sin dudas en el panteón cinéfilo. Pero además, Lindblom siguió realizando memorable trabajos en teatro y también dirigió varias películas, algunas para TV, existiendo referencias que una de ellas, Villa Paraíso, que realizó por pedido de Bergman, es muy buena. En los últimos años de su carrera –más allá de algunos ocasionales trabajos para la pantalla, su labor se desarrolló principalmente en la televisión y el teatro, donde fue considerada no solo una gran actriz sino también una notable directora. Pero será su memorable actuación en El silencio, la que seguirá perdurando para siempre en nuestra memoria cinéfila. 

Jorge García / Copyleft 2021