LAS PELÍCULAS SECRETAS (17)

LAS PELÍCULAS SECRETAS (17)

por - Críticas, Las películas secretas
25 Jul, 2013 10:49 | comentarios

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MUJERES

La sensibilidad, Germán Scelso, Argentina, 2011

Marcela Gamberini

La sensibilidad en cine es –técnicamente- la capacidad que tienen las películas en su materialidad de reaccionar frente a una energía luminosa. También la sensibilidad es la calidad de lo sensible, la facultad de sentir, la capacidad de poner en juego el gusto estético, los procesos de la empatía o de la compasión. Todas estas acepciones están presentes en el excelente documental de Germán Scelso. Película que resiste varias acepciones también es polifacética en sus significados: es una película política, un documental de reconstrucción, una autobiografía, una historia de mujeres, es el devenir de la memoria colectiva y a su vez es el registro de la sensibilidad de clase.

La sensibilidad  cuenta una historia conocida, se hace carne en un relato común que marcó a varias generaciones: la militancia y sus efectos. Para armar este relato, Scelso se vale de su propia experiencia mirada a través de los ojos y la experiencia de sus abuelas, Laura Espíndola de Pesci y María Luisa Pando de Sabattini. Personajes antagónicos, diferentes, lejana una, más cercana la otra. Laura y María Luisa son las madres de una pareja de militantes de la década del´70, los padres de Germán. El varón de la pareja sigue desaparecido, la mujer, inexplicablemente, pudo escapar. Con estos protagonistas, presentes algunos y ausentes otros, Scelso construye un relato magnífico de genealogías personales, de sociología política, de arquetipos sociales, de mitologías familiares.

A partir de lo privado, se reconstruye lo público, esferas éstas imposibles e irreconciliables entre sí. En general, cuando estas esferas chocan se produce el desastre, la desaparición, lo inexplicable. Contar esa familia es contar la época, sus ausencias y sus presencias, sus voces y sus silencios, su sonido y su furia. Frente a estas ausencias Scelso le contrapone el cuerpo de sus abuelas, con lo físico y simbólico que esto significa. Dos abuelas que pertenecen a clases sociales diferentes, casi antagónicas; la alta y la baja, sus cotidianeidades, su música, sus costumbres, su mate y su te, su Sinatra y su cumbia. Lo más interesante de este documental es que la clase es la que habla, la que arma cada relato conformando una genealogía privada y a la vez pública que no escamotea lo político. La clase habla, la clase nos cuenta, nos arma los relatos, nos contrapone, nos enfrenta y a la vez nos iguala y nos conmueve. La sensibilidad a la que alude el título, es básicamente, la sensibilidad de una clase, sus ruinas y sus imposibilidades, sus recuerdos y sus experiencias.

Scelso filma secuencias con ambas mujeres, por separado, y al montarlas, las contrapone, las enfrenta, las homologa. Estas secuencias dialogan constantemente, armando un buen contrapunto de imágenes que no deja de ser es el contrapunto de las clases. Este natural dialogismo es uno de los procedimientos más interesantes de la película porque define su estética y su ética: dialogan las abuelas, dialogan las clases, dialogan las madres; todas estas figuran interpeladas por el director, que es la cámara pero que también es el nieto.

Sin embargo, en este diálogo hay un encuentro entre las abuelas, entre las clases; una especie de zona de intersección que es la experiencia de la ausencia, la estela del horror, la desaparición física. Cinematográficamente, esta zona de intersección de este complejo diagrama de Benn es el momento en que Scelso decide juntar a las abuelas en el mismo plano, hacerlas dialogar frente a frente, que se pregunten y que se respondan, que se emocionen o que callen, que hablen entre ellas frente a las fotos de un pasado inexplicable. Esa secuencia es el eje a partir del cual se reconstruye el edificio de la memoria, una memoria sensible, profunda, emotiva. Una memoria compartida y a la vez íntima, personal e intransferible. Esa memoria, en su lento devenir, hace llorar, profundiza arrugas, marca caras y manos, profundiza la resistencia, marca la renuncia.

En definitiva, película de mujeres que son las que construyen la piedra basal de lo social. Discurso femenino, de madres, de abuelas; un discurso que se hace cada vez más sensible, más añorado. Un discurso que gira alrededor de una ausencia; la ausencia del padre, la ausencia del hijo. Contrapunto de mujeres, dialéctica de madres que se encuentran en el punto exacto donde el límite de la vida se hace finito y aparece el horror, la muerte, la desaparición; allí donde la conciencia burguesa se desgarra.

Marcela Gamberini / Copyleft 2013