12 HORAS PARA SOBREVIVIR / THE PURGE: ELECTION YEAR

12 HORAS PARA SOBREVIVIR / THE PURGE: ELECTION YEAR

por - Críticas
16 Jul, 2016 04:31 | Sin comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

PERVERSIONES DEMOCRÁTICAS

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12 horas para sobrevivir: el año de la elección / The Purge: Election Year, Estados Unidos, 2016

Escrita y dirigida por James DeMonaco

**Válida de ver

La tercera película de esta nueva franquicia confirma una vez más el potencial político del llamado cine clase b

Para Walt Whitman y John Dewey, dos referentes del espíritu del verdadero sueño americano, la democracia era un experimento. A juzgar por esta distópica fantasía (progresista), Estados Unidos, en una tiempo tan impreciso como reconocible, vive en una especie de democracia perversa. Una ultraderecha feroz y delirante ha instituido un día en el que por unas horas se prescinde de las inhibiciones cívicas y jurídicas y toda la población está liberada para matar, saquear, violar y torturar. No es justamente el experimento soñado por los autores de Perspectivas democráticas y Una fe en común, sino más bien su inversión perversa y degradada. La libertad es aquí acabar con el otro.

En este universo sombrío se avecina una elección política y también el inminente “día de la purga”. La senadora Roan avanza en los sondeos y tiene posibilidades ciertas de vencer al partido que se identifica como el de “los nuevos padres fundadores”, el mismo que ha refrendado la celebración anual del homicidio. Como es lógico, la facción de los ricos tiene el beneplácito de la prensa y la administración de la fuerza; lucen invencibles, pero la oposición crece, pues el orden social y económico es insostenible. Así, el plan del gobierno consiste en asesinar a la senadora en la noche del “todo vale”, ese Halloween para adultos, como lo expresa un civil extasiado por la sensación de aniquilar sin culpa.

El relato se limitará entonces a seguir las instancias de la senadora, quien sufrirá un atentado. El jefe de seguridad de la senadora primero, seguido por el dueño de un mercadito, una amiga de este y su empleado, y después por una contraofensiva militarizada, intentarán mantener a salvo a la decente candidata a ganar la presidencia. La sofisticación no tiene importancia, sí la elocuencia para sugerir que en la hipérbole de esta representación se dice algo del presente, aun universal. Casi nadie cree en el sistema, y en el mismísimo desenlace habrá signos para suponer que no hay alternativa frente a una visión del mundo en la que los más fuertes se imponen.

Una frase hueca dice que todo cine es político, verdad tosca y a menudo estéril. Pero es fascinante observar (aquí) cómo la cultura estadounidense tiene abscesos simbólicos por los que se expresan sus contradicciones. El cine clase B, al que pertenece el film de James DeMonaco, siempre tuvo la opción de reconducir la rabia y el descontento en relatos como el que se desarrolla en esta nueva franquicia que llega a su tercera película. ¿No es acaso la función del cine clase B purgar el sistema representacional de Hollywood de sus pactos con el orden económico vigente que lo sostiene? He aquí una noble tentativa para debilitar tenuemente el consenso de los poderosos.

Esta crítica fue publicada en el diario La voz del interior en el mes de julio de 2016

Roger Koza / Copyleft 2016