272 PALABRAS (MÁS) SOBRE JULIETA

272 PALABRAS (MÁS) SOBRE JULIETA

por - Críticas breves
03 Jul, 2016 03:50 | Sin comentarios

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Por Roger Koza

Si Julieta fuera un documental sobre colores, indumentaria (femenina) y muebles sería perfecta, y nadie está obligado a querer ver otra cosa; de ser así, el placer óptico está garantizado. Almodóvar puede combinar el vestido de su heroína con los azulejos de un baño, o transformar un viaje en tren en una celebración cromática en donde los rojos, azules y marrones resplandecen y evocan una época.

Pero esta perfección visual se ahueca frente a la tropelía de un relato mezquino en placeres y dadivoso en sufrimientos. El sadismo asordinado de un guión impiadoso reparte desgracias sistemáticamente: un suicidio, dos ahogados unidos por el mismo apellido, una cuadriplejia avanzada y el inexplicable abandono que define la vida anímica de Julieta. Los suplicios tienen una función dramática y didáctica: explorar la culpa sin ambages teológicos, ni siquiera psicoanalíticos, misión existencial que decreta la defunción de lo cómico, aunque se dispensan dos esporádicas excepciones a cargo del personal de servicio. En una escena menor, el mero giro de la cabeza de una mucama (en desenfoque) despierta un esbozo de carcajada; la solemnidad tambalea un segundo y un remedo del joven Almodóvar revive por un breve instante.

Aparentemente, los filólogos clásicos viven muy bien en España; o tal vez les alcanza con enviudar y heredar la fortuna de los pescadores. El trabajo es aquí una anécdota, como la Historia. Almodóvar sitúa su relato en un universo tan irreal como clausurado; ningún indicio del mundo y su época, como si todo fuera una historieta de padecimientos privados. En esta mónada multicolor se elide todo aquello que le daba vitalidad a sus primeras películas. Julieta está (casi) muerta.

* Este texto fue comisionado por el diario La voz del interior para la columna Miradas opuestas

*Aquí se puede leer un texto un poco más extenso sobre Julieta

Roger Koza / Copyleft 2016