28 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA (21): EL PLACER DE MIRAR
Por Roger Koza
Voy a hablar de dos películas que se inscriben en lo que Bill Nichols denominó hace algún tiempo documental observacional. Por una película de esa naturaleza se entiende –según el autor- aquellas películas cuyo único discurso posible recae estrictamente en la imagen y el sonido. La consigna es económica e ideológica: el plano debe hablar por sí mismo.
Hacer cine político en estas coordenadas formales no es sencillo. Procurar imágenes que den cuenta de una experiencia social determinada sin la intervención de un texto, una voz en off, e intertítulos que expliquen una representación cualquiera en donde se ven hombres y mujeres, requiere precisión y paciencia. Precisión para entender cómo registrar una experiencia social heterogénea en un lugar y en un tiempo dados. Una manifestación callejera, una gesta revolucionaria, una protesta sistemática, aun el mismo ejercicio del poder en una institución requieren de la construcción de una perspectiva para que las imágenes hablen. Paciencia para recolectar la mayor cantidad de información disponible. Filmar es cazar una multiplicad en un evento. De lo contrario, el procedimiento de registro puede agotar el conflicto social, reducirlo a caricatura.
Hacer cine poético, que no es lo mismo que hacer cine de poesía, tampoco es una cuestión menor. Diríase que se trata de una línea de cine menos explorada. El riesgo es identificable de antemano: el kitsch sobrevuela y su amenaza consiste en creer que lo hermoso solamente necesita del reconocimiento del artista. Ver, enfocar y capturar. Allí están la puesta de sol, la lluvia repiqueteando en el asfalto, la nieve cubriendo la montaña, un cerezo en flor, supuestos semblantes y postales de lo bello, figuras preconcebidas que pueblan el menú de los fondos de pantalla de celulares y computadores. En efecto, sustituir el imperativo de narrar por un procedimiento de registro destinado a intensificar las entidades del mundo conjuradas del sentido común es un desafío mayor para un cineasta dispuesto a probar suerte en un cine con pretensión poética.
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¿Cómo piensan las instituciones? ¿Piensan o son sus sujetos los que asocian y analizan signos y en la suma de la actividad cerebral individual la institución constituye su discurso? Las magníficas cuatro horas de At Berkeley, la película número 38 del genial Frederick Wiseman, le hubieran encantado a la antropóloga británica Mary Douglas: lo que vemos es el pensamiento colectivo de una institución en pleno funcionamiento, institución pública cuyo propósito es enaltecer la presunta actividad distinta de nuestra especie y alcanzar estándares de excelencia. La Universidad de Berkeley, en California, es sin duda un microcosmos singular, pero lo que el film demuestra es universal y aplicable a cualquier institución moderna de conocimiento.
El método de Wiseman consiste en un paciente registro de la vida institucional a lo largo de un tiempo específico, hasta que la presencia de su cámara se naturaliza. Nadie explica, tampoco se interpreta lo que no se explica: se descubre en imágenes. La regla de oro del método es observar todos los órdenes de práctica en una institución: desde varias clases de disciplinas disímiles, pasando por juntas de evaluación de presupuestos y de tormentas de ideas, situaciones de recreación, prácticas deportivas y teatrales, instantes de ocio personal o comunitario, hasta la toma de la biblioteca de la universidad. Todo importa. En cada secuencia se delinea una fina intersección donde la institución habla a través de sus sujetos, del mismo modo que la Historia y la tradición, y también la agenda política del momento, son fuerzas simbólicas que ponen a cada hombre y mujer, sea estudiante, administrativo, profesor o personal, a interactuar e interpretarse de cierto modo. Los planos de Wiseman funcionan como preguntas abiertas, de lo que se predica su intento de incorporar a todos los agentes de la institución y registrar la mayor cantidad de acciones conjuntas. La democracia de la puesta en escena es ostensible, y eso explica la duración, inevitable si se pretende contrarrestar el fuera de campo.
El recorte de fondos públicos para la educación es uno de los ejes del conflicto estructural del film. Wiseman consigue identificar la genealogía de ese fenómeno contemporáneo y los posibles focos de resistencia, incluso cuando la historicidad se revele en todo su esplendor en la articulación simbólica de los estudiantes, cuyos reclamos padecen de inexactitud.
Más allá de la relevancia sociológica de la película, su poder y seducción pasa por transmitir el placer de pensar, la elegancia de argumentar y la aventura existencial de dedicar una vida al conocimiento, como puede constatarse en una clase en la que se discute sobre la pobreza social y la posición personal frente a esa evidencia, o cuando el secretario de trabajo de Bill Clinton, Robert Reich, les cuenta a sus alumnos una anécdota clave para la comprensión del comportamiento colectivo en cualquier institución.
En 15 días en la playa, Flavia de la Fuente no examina una institución sino un ecosistema acotado: una playa, a la que alude el título del film, ubicada en una zona balnearia que se circunscribe a San Clemente, provincia de Buenos Aires, justo en donde empieza la Costa Atlántica de Argentina. El perímetro filmado es casi una extensión espacial del hábitat cotidiano de la cineasta, cuya vivienda no está muy lejos del “set de filmación”. En este sentido, los 15 días propuestos son involuntariamente falsos. La playa para la cineasta es más que una zona elegida para filmar y un espacio azaroso de recreación personal. La relación del lugar con la percepción de De la Fuente antecede a la película, y es por eso que la sucesión de planos fijos, mayoritarios pero no excluyentes de otro tipo de sintaxis cinematográfica, responden en cierta medida a un guión técnico inconsciente. ¿Son lugares “filmados” con antelación? En cierto sentido sí, y habría que agregar que previo a filmar De la Fuente estudió su medio a través de la fotografía.
El film responde a un ordenamiento preciso. Frente a una panorámica el paisaje parece homogéneo: vegetación nula, pocos animales, algunos pescadores; si la naturaleza y el azar no intervienen la materia nada parece cambiar. El principio de regularidad de la naturaleza se impone. ¿Qué filmar entonces?
El productor de la película, Quintín, el reconocido crítico de cine, ha insistido que el método de trabajo de su mujer no es muy distinto al de los pescadores de la zona. En principio, tiene razón: De la Fuente visita regularmente la playa. Camina, observa, se detiene, encuadra y filma. Es una recolectora de imágenes. Debe quedar claro que su trabajo no se asemeja al de espigar. De la Fuente no recoge lo inútil para dotar la elección de lo desestimado de un nuevo sentido práctico y político, como sucedía en La espigadora y los espigadores, el gran film de Agnès Varda. A diferencia de Varda y Wiseman, De la Fuente, una directora en plena formación, parece haber sistematizado una forma de crónica acerca del espacio (viviente) interviniendo de un modo muy original. ¿Privilegio y suerte de un cineasta amateur? Probablemente sí, pero también la expresión de una sensibilidad compatible con la fotografía y el cine. De la Fuente lleva adelante una operación sensible de desnaturalización de las entidades animadas o inanimadas que pueblan el paisaje que conoce a la perfección. El insistente movimiento de las olas visto en un plano general resulta de una monotonía insuperable, pero si la distancia de observación y la perspectiva para sostener el registro de ese movimiento continúo se desvía de un sistema naturalizado de contemplación la naturaleza en su conjunto, y en este caso las olas, pierde su semblante natural.
Diríase que este procedimiento es de índole poético, si por ello se entiende una organización de la materia en un nuevo orden visible fuera de un modelo de representación cotidiano que suele reproducir una relación secretamente alienada en los modos de ver la naturaleza. La playa es entonces algo más que balneario y un elemento reconocible de un mero ecosistema. Visto a través de una cámara, inventando una mirada, empleando las posibilidades que el cine ofrece en su propio lenguaje, lo que vemos se desprende de un sistema de pertenencia visual. Disyunción de los detalles y los fragmentos respecto de un todo, adquisición de una autonomía de las entidades que quedan libradas de una forma de percepción para que en su nueva visibilidad inciten al asombro y a la sorpresa. Es exactamente lo mismo que sucede en la poesía. El lenguaje abandona su función pragmática y se pliega sobre sí llevado por una búsqueda en donde la palabra y su musicalidad se independizan del valor semántico y comunicacional, al menos por un rato. Es de este modo que el movimiento de las olas y la acumulación de espuma, observados desde un encuadre específico, puede embellecer el campo visual.
Una tesis posible: la propia mirada no puede sostener una contemplación semejante; se necesita la mediación mecánica de la cámara, como si el registro inorgánico restableciera en imágenes una forma de la naturaleza prohibida a la observación natural. Aquí, la cámara pinta, hasta casi inventa sobre los elementos mínimos ya existentes. Esto sucederá con las olas, la espuma, la caída de bloques de arena mojada por la pendiente de un médano pequeño, el seguimiento del soplo del viento sobre la arena en distinta escala de encuadres. La poética intuitiva de De la Fuente se apodera así de una naturaleza despojada de nuestra experiencia espacial que suele organizar lo visto de un modo reiterativo y funcional.
En la playa también están los hombres y los animales. Respecto de los pescadores no hay muchas sorpresas. La sorpresa puede darse solamente en el pique, por eso no hay una especial atención por parte de De la Fuente hacia ellos, lo que no quiere decir que no les dedique un tiempo. Como bien dice su productor, ella sí copia el gesto del pescador y va entonces a la pesca. ¿De qué? De las irregularidades en la playa. Uno de sus hallazgos es alucinante: de pronto, en la misma playa que filma todos los días, divisa un equipo en pleno rodaje de una filmación profesional. Una grúa inmensa acompaña la caminata de una modelo que se desplaza de izquierda a derecha hasta llegar a posicionarse frente al lente de la cámara que la filma. Puede ser un comercial o una película comercial, pero está claro que el sistema de producción es estrictamente el opuesto al que pertenece el cine de De la Fuente. Es un momento maravilloso porque se trata de la confrontación de dos modalidades de registro, que va mucho más allá de la antítesis entre lo profesional y lo amateur. La búsqueda de una toma perfecta es lo que parece leerse en la repetición de la escena que se está rodando en la playa. De la Fuente no repite sino registra, busca, pesca. Su cine se vale de la repetición, pero en otros términos. Ella repite su visita al lugar del registro, pero no produce la repetición sino la encuentra. Su deber es uno solo: prestar atención, esperar y filmar. Esperar por el evento. Y es en esa metodología extraña a los cineastas profesionales en donde 15 días en la playa se desmarca del cine profesional y en donde el film respira y exhibe su vitalismo poético.
La cineasta amateur probablemente tendrá que pensar muchas cosas para sus futuras películas, por ejemplo el sonido, aquí reducido a una existencia mínima porque en esta ocasión no se ha concebido que el sonido es también susceptible de encuadrarse. Son señalamientos que no logran debilitar eventualmente la consistencia de su película.
Extraña paradoja en un festival de cine: un maestro y una aprendiz regalan dos películas hermosas..
Roger Koza / Copyleft 2013
Dejo el link de una nota sobre el papelón de Carnevale http://cinematvcritik.blogspot.com.ar/2013/11/cine-debate.html#more Me parece que es algo que no hay que dejar pasar. Saludos
Qué esfuerzo para hablar maravillas de la obra de la esposa del «reconocido crítico de cine» que ocupa su tiempo en twittear agresiones… Ay qué cosa Koza, que chupamedia eres.
Podrías haber puesto directamente Cinefilo, o también tu nombre.
Juan de los palotes: me tiene sin cuidado su acusación de chupamedia, pero si me importa responderle.
Escribí lo que escribí esperando recibir un comentario como el suyo. Este es el primero que llega al blog, otros tres llegaron a la casilla de correo sin ánimo de hacerlo público porque a diferencia de usted, sí tenían un nombre y un apellido auténticos. Con esto no pretendo que usted dé su nombre, solamente denota una asimetría entre usted y yo, en este casó, en una esfera pública. No es ni malo ni bueno, es solamente un hecho.
Respecto a su acusación déjeme decirle lo siguiente: si la misma película hubiera estado firmada y filmada por Chantal Pekerman en vez de Flavia de la Fuente, usted no me acusaría de nada. Tal vez, si la película hubiera sido filmada por X, podría responder usted, yo hubiera dicho que era una mierda y me ahorraba el esfuerzo que usted cree he puesto en escribir. Quizás, si las películas no vinieran con firma, estaríamos ciegos frente a las películas y tendríamos que pensar qué vemos sin ningún elemento externo a la materialidad de ellas. Es un experimento que me encantaría, y el que se podría aplicar a los textos.
Usted puede pensar lo que quiera. Usted puede pensar que yo soy un chupamedias. Está usted en su derecho y yo de hecho le publico su acusación porque respeto el derecho que usted tiene al ser este un espacio público de decir lo que tenga gana y crea debe expresar. Está claro que si yo soy un chupamedias, a usted le viene bien la descalificación. Usted podría haber preguntado: «¿No cree que exagera al escribir así sobre un film al que le une una relación de amistad con su realizadora?» Pero entiendo: la agresividad es intelectualmente correcta y además Q es un as en ese rubro. Yo no.
Pero déjeme decirle lo siguiente, y claro, usted sigue teniendo derecho a no creerme: creo palabra por palabra acerca de lo que he escrito. Y he revisado el texto más de una vez, justamente porque sabía el riesgo que tomaba al escribirlo. Creo, sinceramente, que mi defensa a ese film es legítima. Lo es porque la película me ha gustado y porque encuentro cosas que tienen que ver con mi propia sensibilidad en cómo mirar ciertos paisajes naturales. He tratado al film como lo que es: un film amateur con grandes momentos, y en ese sentido, tuve mayores placeres viéndolo que al encontrarme en el festival con presuntas películas de profesionales.
A Quintín no le debo nada de nada, pero sí reconozco que fue una influencia importante en mi formación como crítico. Si su conducta es agresiva en las redes sociales es un problema suyo. Preferiría que no fuera así. Por las dudas, nada tengo que ver con él en términos políticos.
Conozco a Flavia, como conozco a muchos directores. Y mi amistad con ellos no me impide ver lo que puedo ver en sus películas. Flavia y Quintín tampoco son amigos de toda la vida. Les tengo cariño, pero aún así no me parece que él me impida escribir con distancia sobre la película.
Es curioso: el día que escribí este artículo, parte de él, tuve una discusión pública con Q. Y no fue sinceramente agradable la situación porque tuvo lugar en una presentación de un libro. Fíjese usted, también, que yo presenté un libro sobre un amigo en común, y ninguno de ellos estuvieron presentes. Quiero decirle con esto que mi ánimo, mi afecto, mis broncas son parte de un mundo afectivo. Pero cuando tengo que escribir escribo. Y si me parece una mierda expreso lo que pienso.
Sé perfectamente que nada cambiará su parecer. Para usted seguiré chupando. Está bien. Mi forma de responderle a usted y a todos aquellos que me acusen de aquí en adelante es con este blog, en el que escribo todos los días. Y en el que vuelco con total honestidad lo que creo del cine y del mundo.
Que tenga usted, señor Juan de los palotes, un buen día. Y se lo digo en serio, aunque tal vez le esté chupando las medias.
RK
Koza, ¡¡que pedazo de chupa pija no-cogido que sos!! Sos una diva total… te enojás que la tele de córdoba no te hace entrevistas por estar hace 4 años en esos programas pedorros pseudo intelectuales que produce ese pelado chupapija k con la plata que le damos para los impuestos… te pasás a esta página llena de publicidades para ganar 500 mangos más y te la tirás de anticapitalista loco… siempre criticás bien o muy bien las películas de tus amigotes como ese proteño pelotudo que hizo M o las películas cordobesas que dan vergüenza ajena y después te la tirás de tipo objetivo… te hacés el músico sofisticado porque creés que sofisticación en la música es mezclar al boludazo de spinetta con no sé, radiohead… y ahora como buen chupapija, decís que está película de mierda de la hembra de quintín es buena y lo aclarás diciendo que dentro de lo amateur es buena… es como decir que pedrito es un jugadorazo de fútbol en el torneo de fútbol 5 que juega con los amigos de la escuela todos los viernes. Y de hecho, tu discusión con quintín en la presentación del libro fue una farsa que no se la creyó nadie, por lo que diste más lastima todavía. Y mirá, te puse nombre y apellido dado que veo que te molesta y mucho que pongan seudónimos; eso no quita lo chupapija diva que sos. ¡cómo no anduviste en moto el martes por nueva córdoba a la noche!
Patricio: no sé, me parece que tu nombre sigue siendo otro. La bella prosa amorosa con la que escribís me recuerda a otros escritores, uno en particular, el que ahora publica en un blog de un tipo que respeto mucho. Pero tal vez sí sos Camps, y está todo bien.
Veo que haces una tarea de seguimiento constante y general; lees y ves todo lo que hago. Por lo menos te sirvo para ser objeto de tu desprecio. No tendrás el mío, no siento necesidad de tenerlo.
En la medida de lo posible, dado la naturaleza del comentario, te pediré que no insultes a otros. Conmigo está bien. La única regla que llevo para los comentarios es no permitir el insulto a quienes escriben.
Como diva chupa pija mal cogida, te mando mis respetuosos saludos.
PS: El párrafo sobre la moto, no lo voy a responder, pero no lo dejaré de mencionar.
…¡Que feo nick es ‘juan de los palotes!… nada que ver con algun otro, distinguido y brillante… que se yo, ‘saint-jacob’, por ejemplo… Grandes ganas de ver el doc de Flavia, para bien o para mal…
Roger, me he guardado este artículo, tus palabras son lecciones de cine, tus actitudes y tus respuestas lecciones de vida. No desconozco el derecho que me llamen a mi -ahora- chupamedias; pero no me permiten mis valores desconocer tu talento en la observación y permitirme el silencio ante estas opiniones. Abrazo y gracias
Estimado Javier: muchas gracias. Con toda honestidad: no sé si me gusta la idea de «lecciones», pero sí comporta un modo de elección sobre cómo escribir y participar en el espacio público. Saludos. RK
Estimado Patricio, o GG: antes que nada, decirte que me gustó tu crítica de Kon Tiki. Y te lo digo en serio: no tenía el tiempo de ir a verla, pero al leer tu crítica me dio ganas y curiosidad. Tenés razón: tiene algo de Herzog, pero de un Herzog para niños (y esto no es despectivo). La película transmite justamente algo que está siempre en Herzog: la aventura extrema, y en este caso, la aventura es también aventura por el conocimiento.
Debo decirte que leerte en donde vos sabés que estás publicando es mucho mejor que leerte aquí y del modo en el que escribís ahí sería ideal que lo pudieras hacer aquí. El odio y el desprecio suelen ayudar a escribir, incluso a crear un estilo. Pero, al leerte, sin esos sentimientos, debo decirte, tu prosa me resulta buena de verdad; siempre he notado -más allá del odio que siempre expresas por este sitio y quienes escriben en él- que ciertas ideas que tenés son más que interesantes.
Dicho esto te voy a responder lo que sí debería haberte respondido ayer:
1. El cinematógrafo: me gustaría saber por qué te parece un programa pedorro. También, ¿qué significaría a tu criterio lo pseudo intelectual? Tengo una mirada sobre qué es el programa, sus límites y sus posibilidades, algunos logros y sus yerros. Si tuvieras la delicadeza de no putear y por lo tanto explicarte, la verdad me interesaría.
2. No tengo amigotes, tengo amigos, y por tanto puedo, justamente por eso, tener la libertad de decir lo que pienso. Si en la amistad no puede decir lo que pienso entonces no es amistad. M, me gustó mucho antes de conocer a NP. Y Tierra es un film que me parece extraordinario. El mismo editor del espacio en donde vos escribís, por ejemplo, le parece exactamente lo mismo que a mí, y no es su amigote. Sospecho que cuando él escribe sobre los films de Campusano no le decís lo mismo que a mí. Y está bien que no lo hagas: conocer a un director, incluso ya no escribir sino hacer un film sobre él, no implica falta de libertad alguna para decir lo que se piensa. Estoy seguro que tu editor lo haría; y me creas o no, yo también.
3. La objetividad no existe como tal. Existe sí asumir el punto de vista subjetivo con el que se mira un film y hacer por tanto un esfuerzo por intentar ver ese film siendo consciente del lugar desde dónde y cómo se mira, y ver hasta que punto la película descolora a quien mira. Eso, te diría con seguridad, lo hago casi siempre.
4. Tu apreciación sobre Spinetta te pertenece a vos. Podría decirte que en ciertos momentos LAS coqueteó con la frivolidad, y no justamente en la época que salió con la famosa modelo y actriz. Un poco antes, y era una mera excepción. Es indudable su singularidad como compositor. Radiohead es genial. Te faltó nombrar mi verdadera pasión: Steve Reich.
5. No estoy de acuerdo con la lectura que hacés sobre lo amateur. Para mí lo amateur es un valor fundamental, y me parece un término muy preciso a la hora de pensar ese film. Todo cineasta empieza siendo un amateur, como también sucede con los críticos de cine. Y lo ideal sería no perder ese gesto que siempre aleja de lo académico y el conformismo.
6. La discusión con Quintín no fue una farsa, pero tampoco fue violenta. De todos modos, su señalamiento metafórico sobre el programador-crítico que adultera el pescado no del todo podrido para venderlo como pescado fresco, no me resultó en su momento fácil de digerir. Fue tras mi intervención y lo que dijo no me era indiferente. Pensé bastante y evalué si era o no así. Creo que Q señaló algo interesante, más allá del contexto y a quién se lo decía. Y seguiré pensando sobre eso.
7. Quiero hacerte una corrección: la financiación de El cinematógrafo es prácticamente privada. Es decir no sale de los impuestos. Lo único que sale de los impuestos es mi sueldo: 2400 pesos al mes, que es legítimo en la medida que el canal tiene una dirección y decide contratarme. El resto del programa se paga con aporte privado de ventas publicitarias. Y algo más: lo que escribí en FB (en donde somos amigos) sobre la falta de una nota sobre el programa de televisión, no era una queja sino una observación. Por lo pronto, siendo un programa de cultura es llamativo que nunca tuvo una nota periodística alguna. Si es pedorro, tal vez sea por eso.
Ahora, estimado GG (alias Camps): te pido que no pases por aquí a las puteadas e insultos. El que se insulta, en última instancia, sos vos, porque realmente creo que si no tomaras ese envión de puteador excesivo, tus aportes son y han sido siempre interesantes.
Podría bloquearte, y no lo hago, porque no me gusta y no creo en eliminar y sacar a quien piensa distinto a mí. Incluso: no te pido siquiera respeto intelectual, pues el desprecio es un sentimiento comprensible y eventualmente válido. Lo que sí te pido es respeto cívico: que no digas las cosas que le decís de otros, incluso a mí. Es una cuestión de estilo, si querés.
Espero que estés bien. Ojalá sigas escribiendo crítica. Cuando lo hacés, leerte es placentero. Lo que solés dejar por aquí es ocasionalmente divertido y a menudo entre incomprensible y sorpresivo. ¿Por qué ese odio y violencia?
Saludos.
RK
…Menos mal que Juan de los Palotes no se llamaba «Patricio Ismael Camps»!!!… era aún más horrible que su feo nick… Ahora bien, ¿por qué mentir sobre el propio nombre?…los papás de Giancarlo Gianinni (¡¿es él?!) no deben de estar muy contentos con tal maniobra… ¿o es Gloria Guerrero? (no creo, la hubieses referido como ‘Estimada’ en el preámbulo)… che, yo soy un nadie que no debería meterse en estos lodos ajenos, pero la internet es precisamente eso, ¿no?… Y ahora, de verdad: es muy lindo ese final de «¡Salud a los que cruzan océanos sin saber nadar!»…
A Patricio Ismael le gusta la competencia parece. En vez de ver de ir a un festival de cine debería ir a ver Formula 1.
Uhhh bué, a ver: Esto se ha vuelto una especie de teléfono descompuesto o de paranoia cibernética (no sé como decirlo) que evidentemente me atañe y que recién me entero que me atañe y por terceros.
Roger:
Siempre que quise decir algo en este blog a vos o a los que publican acá lo dije con nombre y apellido y mi mail personal. De hecho, varias de las personas que por acá pasaron y leyeron post míos, me contactaron sin problemas luego por el facebook donde tengo el mismo nombre y el mismo apellido. Así fue que comencé a publicar cosas en «Hacerse la crítica» por ejemplo. Es más, muchísimas veces me censuraste y sacaste posts que había escrito: algunas veces avisándome, otras no, pero siempre dejándome en claro al menos, cuales eran «las reglas del juego» en TU blog y por eso no me enojé mayormente cuando me sacaste las cosas que había escrito. Por otro lado, odio los seudónimos y tengo una suerte de trauma donde no puedo ni siquiera pronunciar los nombres de las personas en disminutivo. Las únicas veces que uso seudónimo (generalmente son nombres de mujer) es para cuando me presento en algún concurso literario y no porque quiera hacerlo, si no porque es una regla de los concursos.
No tengo la más remota idea de quienes son particio camps, saint-jacob, juan de los palotes o boris k y que te la agarres conmigo ahora me hace recordar a cuando te la agarraste con la gente de cinéfilo porque uno de los posteadores se había puesto «cinéfilo» justamente como nick.
No obstante, dado que es a mí es al que le hablás, te «respondo»:
1) Al cinematógrafo, sinceramente, no lo vi nunca completo. Antes, cuando estaba el otro Cossa me aburría notoriamente su perfil en formato televisivo. Después entró la chica ésta la cual me choca mucho y sus conceptos de cine no me interesan en lo absoluto y a vos prefería leerte y no verte por televisión (era como redundante). La única vez que quise ver el cinematógrafo fue cuando se estrenó la película de Néstor Kirchner de de luque y como bien sabrás, lo sacaron de youtube. Inclusive, te pedí a vos por privado si tenías el link de esa entrega. De igual manera, hace cuatro años que no veo nada que produzcan en los SRT: mi último intento fue el año pasado cuando quise ver de qué se trataban las series cordobesas y después de ver «corazón de vinilo» y «córdoba casting» no me quedaron ganas ni del zapping. Apagué la televisión directamente. Este año que me mudé, puse cable para nunca más tener que volver a caer en un canal de aire (especialmente, el 10).
2) Lo de amigotes o no, es problema tuyo, cada uno defiende su propio kiosko y sus propios intereses y los de su entorno. Sí me llamó poderosamente la atención la crítica positiva que hiciste de «de caravana» y te lo dije más que claro por acá con nombre y apellido puesto que bajo los mismos parámetros con los que criticaste otras películas de malas, deberías haber criticado esta. Me llamó la atención la diferencia de criterio: lo que para otras era mala, acá era muy bueno. Y lo de Prividera: M me parece un documental bueno aunque con varios golpes bajos dado la propia historia de NP y Tierra de los padres una película ideológicamente despreciable y creo que lo recontra re dije por acá con nombre y apellido también al punto tal de que NP ni siquiera me contesta. Mi tesis doctoral trata sobre la «argentinidad»: es un tema que me apasiona desde hace ya casi 8 años y la visión de NP me parece el peor lugar común donde se puede caer al analizar el tema. Después, sus poses de intelectual agitador me revientan muchísimo pero siempre se lo dije a él, no a vos y como juego blogero: no sale del blog la «crítica».
3) Lo de la subjetividad… totalmente de acuerdo, esa es la razón por la que suelo leer este blog (y tantos otros). Ya te dije y más de una vez que me agradan bastante los enfoques (estéticos al menos) que tenés, excepto cuando te volvés «moralista» (lo cual me genera un rechazo profundo) o empezás a ver «new age» por todos lados como intentando confirmar a la fuerza que sos una especie de ateo darwinista o algo así. Inclusive, películas como «tabú» y «pendejos» que a vos te encantaron y que yo odié (sobre todo la última: desde «géminis» de carri que no sufría tanto una película en el cine) jamás las discutí por acá porque consideré que los argumentos estéticos con las que las defendías eran muy acertados. Yo vi los mismos méritos desde el punto de vista en que los planteaste, pasa que no me fueron suficientes para que me gustaran pero ese ya era problema mío, por eso nunca lo mencioné por el blog.
4) Sobre Spinetta siempre mantuve que fue el músico de rock más importante de este país. Si lo que dijo este Camps sobre él lo hubiera dicho sobre charly garcía o fito paez, ahí sí ponele la firma que fui yo quien lo dije. Mi único problema con Spinetta (además de sus hijos músicos) siempre fue su tono de voz. Me irrita mucho la voz femenina en el rock y eso me sacaba de Spinetta o me hacía muy difícil escucharle un disco completo de seguido. Por eso las canciones de Spinetta grabadas por otros me encantan. Como será que a mis alumnos extranjeros siempre cuando me piden música de acá, les grabo algo de «pescado rabioso» (a mi gusto, «la» banda del rock nacional). Radiohead me gustó hasta los 20 años, después ni fu ni fa y Steve Reich al igual que los demás minimalistas me gusta escucharlos (a la fuerza) en películas: puedo morirme de una embolia cerebral si no los escucho viendo imágenes. Y de vos como músico, jamás escuché nada, pero no por un prejuicio en particular si no porque desde hace 6 años, excepto pink floyd y algunas cosas del folclore nacional, no puedo escuchar música moderna con letras.
5y 6) No tengo ni la más remota idea quien es Quintin o su mujer ni qué te pasó con él. Nunca fui a un festival de cine, ni siquiera los que hacen en córdoba o en los que proyectaron películas mías. De hecho, me cuesta muchísimo ir al cine porque ya no tengo casi horarios para hacerlo: especialmente desde el nacimiento de mi hijo: por eso casi todas las películas que veo, las veo en mi casa, en mi computadora y gracias al dealer de películas de la plaza de alta cba que me graba estrenos o películas por estrenar a 25 pesos las 4 películas. De Quintín sólo leí una vez un texto de crítica literaria sobre Sergio Bizzio y a la lectora provisoria la conocí a través de tu blog y jamás leí nada de allí o hice algún post. Por lo tanto, ni idea que puteríos tuviste o no con él.
7) Jamás te cuestioné a vos quien te paga el sueldo o no. En todo caso, mi problema sería con deluppi quien me parece una persona pública lamentable. La única observación que te hice al respecto, fue cuando te sacaron de youtube la crítica sobre al película de de luque que sí, me pareció patético en todo sentido. Los SRT en su 90% de contenidos me parece tristísimo: que el canal de la universidad nacional sea una mera cueva de obsecuentes del gobierno por dos pesos miserables que les tiran por mes, me parece realmente lamentable. Pero nunca relacioné al cinematógrafo con eso ni me importa hacerlo. Y que te hagan una nota o no, problema de tu narcisismo. Igual, sería interesante que dijeras qué programa de la televisión cordobesa te podría hacer una nota donde realmente interesara un programa de cine con 4 años al aire: ¿el lagarto? ¿nivel unno?¿los de canal ocho de la mañana? ¿el avispero, telemanías? ¿el de clever abreu con el tipo del cine rex?¿de luppi a la noche?
No te conozco personalmente: te vi una vez cuando el chanta de gazzera te llevó hace muchooo a una cátedra de literatura argentina para hablar sobre literatura y cine en la UNC y me interesaron algunas cosas que dijiste. Me prestaron tu libro y no lo pude leer mayormente porque había muchísimas películas allí que no había visto y detesto leer críticas de películas que no veo previamente. Después descubrí el blog y sobre lo primero que comenté fue sobre Llinás creo y me pareció un espacio interesante para hablar de cine (puesto que no leo ni leeré jamás algún libro teórico sobre cine o de teoría del cine) hasta que el «respeto cívico» del lugar me crispó los nervios. Me parecía un lugar medio snob donde la pasión quedaba de lado por el decoro. Pero, vos me lo aclaraste muy bien al tema y por eso dentro de la medida de lo posible, intenté adecuar mis textos a ese decoro. Cuando no, vos me los sacaste directamente y nunca me quejé mayormente por eso.
Personalmente así como a vos te choca mi «desprecio» a mi me choca mucho tu solemnidad («respecto cívico») y tu pose de «políticamente correcto» pero entiendo que ambos son argumentos estéticos más que éticos, al menos de mi parte. A veces, hasta experimentos (una vez más, al menos de mi parte). Nunca te trataría de chupapijas a excepción de que me hicieras algo como para que lo haga, y preferiría hacerlo frente a frente y no en un blog porque es bastante cagona la postura. Que el tal camps escriba «como yo» puede ser, qué sé yo, cualquier gil que quiera imitar a fogwill en su prosa posiblemente escriba con un registro parecido al mío (aunque yo quiero más bien imitar a Vonneguth). Por eso realmente te equivocaste al creer que fui yo quien te escribió eso. De todos modos, la aclaración de la aclaración en un blog me parece medio pelotudo, pasa que acá ya involucran otra página, otra gente y esa cosa «misteriosa» de dar iniciales o citar frases textuales me parece muy infantil. GG es Gustavo Gros, o sea yo. Patricio Camps, ni idea.
Y finalmente con lo de nva cba: sólo puedo decir que Nolan tenía razón: anulada la cana, la anarquía reina y en ella la ley civil da paso a la ley del más fuerte con la más terrible violencia. Para restaurar el orden se necesita o de un enmascarado millonario (¿ortiz pellegrini?) o de un hombre armado (la cana o los milicos). Si no, es todos contra todos y con palos, linchamientos, robos, destrozos, tiros, especuladores políticos y botines en facebook. Personalmente, a los dos hijos de puta en moto que emboscaron el auto de mi hermano teniendo a su mujer embarazada de 6 meses adentro y le rompieron el vidrio con una cadena si los tengo en frente no les diría «chicos excluidos sociales, entiendo que no hayan tenido acceso al consumo y entiendo como diría Foucault de las relaciones de poder que los han marginado, así que entendería que le caguen la vida a mi hermano, su señora y mi futura sobrina, pero por favor, no se la caguen» si no que los trataría bien de negros de mierda y les partiría yo una cadena en la cara. Y no, no vivo en nva cba, disto mucho de ser musculoso y mi padre apenas tiene un patio en su casa y dudo que sepa hacer algo con un campo de soja: es ingeniero en electrónica jubilado. Pero eso ya excede al cine.
Saludos a vos
«…cualquier gil que quiera imitar a fogwill en su prosa posiblemente escriba con un registro parecido al mío». Efectivamente, los giles que quieren imitar a Fogwill escriben todos en el mismo registro. Sólo les falta el talento de Fogwill, pero lo suplen con insultos (a la inteligencia, por empezar). Así estamos.
«pero lo suplen con insultos (a la inteligencia, por empezar). Así estamos»: excelente definición de tu última película -bah, la segunda, tenés dos nomás.
Me resbalan tus deposiciones, Gros. No se para que Roger se molesta en contestarte. Seguí intentando escribir en hacerselacritica, que ahí al menos te debés esmerar un poco más por parecer inteligente. Gracia nunca tuviste. Y talento, menos. Pero bueno, sos uno más de los que se atragantaron con Fogwill y se creen unos vivos bárbaros. Pero ni en eso te destacás.
No, che. La critica de Kon-tiki esta muy bien, un digno sucesor de Catalina Dlugi.
Santiago: No estoy de acuerdo en lo más mínimo. Más allá de las chicanas y el malestar y todo eso, la crítica es muy buena y no tiene nada que ver con Catalina Dlugi.
No tengo nada más que decir en todo esto. Me gustaría, solamente, que intenten tratarse bien, respetándose, incluso si alguno de ustedes no lo hace.
He «hablado» en privado con Gustavo y ha sido, a mi modo de ver, muy edificante.
Lo más triste de todo esto fueron otras cuestiones inesperadas, la que me llevó a otro episodio violento en este blog vinculado a Cinéfilo Bar debido a un firmante que firmó como cinéfilo. Lamentablemente fue el mismo que escribió firmando como lo»juan de los palotes». Y lamentablemente suele pasar por el blog con su verdadero nombre. Y cuando me encuentro con él parece un amigo. De serlo, al menos en mis propios términos, lo que piensa me lo podría decir directa o públicamente. El Zorro está bien en la tele.
Con Gustavo pudimos intercambiar algunas cosas. El misterio de Camps se descifró. Y no tiene ningún sentido seguir con todo eso.
Me gustaría que pudieran decirse lo que sea por otra vía más racional y menos pasional.
Nada más. Saludos para todos.
RK
Santiago: está buenísimo que hayas googleado el nombre de Catalina para ver como se escribe correctamente el apellido y no te confundas la «l» por la «d» y cosas así. Eso sigue hablando (¿bien?) de tu enorme capacidad para analizar el cine. Espero que lo sigas haciendo entonces: el próximo año estrenan, creo, Batman vs Superman y la mujer maravilla no se puede creer lo buena que está.
Saludos
PD: y el no somos machos pero somos muchos me mata: ¿ves que en el fondo seguís haciendo apología de nolan? (cosas de la edad calculo)
np, si te resbalaran, no aparecerías acá chicaneando de la nada: algo que habla más o menos de lo que sos y no tanto de quien sos (o sí: para tu caso, es lo mismo: o sea, intrascendente). Sí se molesta Roger en contestarme será por algo. Por lo mismo que vos quizás. A diferencia tuya, no intento escribir, escribo directamente pero explicarte esa diferencia a vos es como explicarle la diferencia a tinelli entre una feria del libro y patinando por un sueño (buen título este último para algún nuevo documental que hagas sobre la dictadura o eh, mmmm, sobre la dictadura). Y tenés razón: gracia y talento no tengo. Tenés razón como tuviste sobre lo importante que fue tu última película: esa que no proyectaron en ningún lado y tuviste que lloriquear en cuanto blog anduviera dando vuelta para tener algo de atención. Es decir, cuando tenés razón, me quedo tranquilo. También me causa muchísima gracia lo que decís de Fogwill: ¡si supieras lo que opino de Fogwill y sobre todo, la cantidad de libros que he leído de él como para atragantarme! Pero, no, mejor dejarte creer que me quise comparar con él o algo así (es bueno dejarte creer lo que creés, como a los nenes caprichosos para que no jodan más de lo debido). Y finalmente, lo de «hacerse la crítica»: justamente por mi falta de talento y gracia, me pidieron que escribiera ahí: en especial porque no conozco a nadie personalmente de los que hacen el blog (están en Bs As y yo en Córdoba entre otros detalles… de hecho, por comentarios míos en este blog es que me contactaron: ¿les habrá gustado lo que decía sobre vos?). No obstante ya te digo, cuando tenés razón, me quedo tranquilo. ¡Y tenés razón!
PD: me encanta cuando me nombrás así todo brotado por el apellido, me genera como ternura. De todos modos, cuando filmes alguna otra película (la tercera recién) hablamos. O no, depende si la proyectan en algún lado…
PD2: y sí, ¡tenés razón!
Saludos
Roger: no veo por qué hacer distingos acá entre lo público y lo privado. No veo la diferencia en que estos sujetos luego parezcan caballeros si te los cruzás personalmente (tal vez simplemente eso demuestra los cobardes que son en el fondo, si luego insultan con seudónimo: y eso en el mejor de los casos, porque más bien parecen psicópatas). Y no se puede responder cuando no hay argumentos sino deposiciones. Mucho menos creo que haya que ponerles la otra mejilla, y menos ser bondadoso con personas tan desubicadas. Porque pelotudos hay en todos ladops, pero cuando se cren vivos y encima son agresivos es demasiado… Yo a esos energúmenos dejé de darles bola hace tiempo. Mi cometario acá sólo remarcaba la imbecilidad de compararse con Fogwill, que en verdad rebela un mal de la época.
Hace poco hablábamos por acá de la «nueva crítica» que nace vieja. Peor cuando a los viejos vicios suma el cancherismo cínico (y son legión, eh). Pero hay algo realmente inmperdonable: que a la falta de argumentos sumen directamente la deshonestidad.
Este muchacho tiene el talonario completo, como se ve a simple vista. Baste marcar una sola falsedad (porque hay un sólo hecho rebatible en todos los comentarios, lo demás es directamente un vertedero de basura, lo que habla además de la calaña del sujeto): la película que «no proyectaron en ningún lado» se estrenó en la sala Lugones, luego pasó por los espacios INCAA y finalmente terminó su carrera en el Malba (es decir, todo el circuito independiente): unos 6000 espectadores en total, sólo en salas (comparen con las cifras habituales de los documentales, e incluso de la mayoría de los estrenos argentinos…). Luego se dió por INCAA TV, y fue editada en DVD (también en USA). Todo pese a la campaña en contra de algunos críticos de verdad (y de verdad influyentes), aunque a veces parecidos a este muchacho en su honestidad intelectual.
…Chau, Palotes volvió a ser Camps: fojas cero… disculpas entonces a GG : en lo que a mi me atañe, soy un simple lector que utiliza el democrático lugar que nos da internet, me llamo santiago lana, y, si, mi apellido parece más un nick que el propio ‘Jacob’, que salió de un par de bromas en ‘La Lectora…’
…Ante el hecho comprobable de que esto no le interese a nadie, me retiro nuevamente a mis apocentos…
…Y que vivan Spinetta y Godard, caramba…
np: sí, tenés razón en todo lo que dijiste y está bueno que vos no le des más bola a «esos energúmenos». Los energúmenos, agradecidos.
Y una aclaración: yo no soy ni nueva crítica, ni vieja crítica, ni crítica (influyente o no) de nada: menos en y con el cine. Esa es tu confusión (incluyendo tu propio cine). Pequeño tu mundo, nada más.