312 PALABRAS SOBRE EL RENACIDO: LA ESTÉTICA DEL PADECIMIENTO
Por Roger Koza
El sufrimiento cotiza en Hollywood e impresiona a todos aquellos que creen que la verdad anida en el padecimiento extremo. Nunca veremos en la risa y el júbilo (es decir, jamás se vindicará a la comedia) la forma de expresión más humana y profunda. Nuestro cristianismo genético cree en las llagas.
Así, las garras de un oso despedazando el cuerpo de nuestro caucásico más querible entre los ricos de la industria nos incitará a las genuflexiones. El propio filme propone el iconográfico repertorio religioso que contextualiza el dolor. Véase como prueba de (la) fe esa horrible secuencia en la que el fantasma del hijo visita al padre en una iglesia destruida en el medio de la nada. Delirio del sufriente, inconsciente del filme, la clarividencia espiritual adviene por el martirio. La intensidad del sufrimiento y la estética del sadismo que lo acompaña resultan en un placebo de profundidad existencial.
Dos méritos, los únicos: la elección de las locaciones; algunos desplazamientos virtuosos en el registro (el mejor, el plano secuencia de una persecución asesina a caballo). El Chivo Lubezki, el director de fotografía, es un genio, pero su excelencia resulta excesiva (por ejemplo, la proliferación gratuita de planos en contrapicados de los árboles del bosque) y contraproducente: la sofisticación formal (que es visual y no sonora) ni siquiera llega a proteger la vulgaridad espiritual de la trama, su primitivismo cívico que alcanza una lucidez a la medida de la inteligencia de una hormiga cuando un aborigen pasa a otro mundo «dejando» como testamento una impugnación dedicada a toda la especie: “Todos somos salvajes”.
Excepto que validemos la (in)esperada virtud de la ignorancia, si uno quiere aprender algo de la época y un poco de la cultura de los sioux y los pawnee tendrá que recurrir a otras películas o leer ensayos como corresponde. Con películas así, en todo caso, todos seremos virtuosamente ignorantes.
Este texto fue publicado (y comisionado) por La voz del interior (para la columna dominical Miradas opuestas) en el mes de enero 2016
Roger Koza / Copyleft 2016
Un detallito: la inscripción del indio muerto está en francés. Huelgan más palabras (o, en este caso, cuelgan).
Merci
1. el detalle del cartel escrito en francés colgado al cuerpo de un indio con la leyenda»todos somos salvajes» podría ser un gesto de los franceses allí presentes. Lo colgaron ellos, o no? En todo caso no me pareció que sea el indio quien se colgó a sí mismo un cartel en francés
2. la película, como cualquiera, es una composición compleja, con gestos hermosos y mucha gilada. Como sea, cuento en su haber, que no haya ninguna escena en que Di caprio sea vanagloriado en ninguna «fila romana», con violines de fondo. Nadie, ni el film, lo trata como «héroe». Es mucho para hollywood. Todos los «survivals» de Hollywood terminan con aplausos y gloria del «elegido». Este film no lo tiene. No es mucho, no es poco.
3. La actuación de tom hardy me pareció buena. Ex militar, sanguinario, cruel, cínico y extraviado. No es así como suele mostrar Hollywood a sus militares.
4. No ha sido obscena en jugar la ficha «políticamente correcta» de pobres indios, qué malos nosotros blancos caucásicos. Desidia, hipocresía, crueldad, «salvajismo» tienen todos. Que no se haya jugado la ficha reconfortante de «paguemos nuestras culpas mostrando a los indios como buen salvaje» también cuenta en el haber. Por lo demás, coincido con lo que dice RK. Siempre en la medida en que se trata de algunos aspectos de una obra. Y las obras tienen muchos aspectos.
abrazos
H
HB:
1. Otro lector me señaló lo mismo, por eso cambié el texto en ese fragmento; creo que hay más elementos para que su interpretación sea la correcta; en un principio creí que se trataba de un suicidio. La elipsis existe, y casi, en este contexto, es una sutlieza. La indeterminación existe.
2. No es mucho para Hollywood; pues se trata de la veta que pretende ser hoy la medida del cine arte en la industria global y sus nuevos autores multiculturales. Por otra parte, todas las escenas «bellas» del film tienen algo de Instagram y un concepto visual propio de la Nueva Era, pero matizado con un estilo más frío. El paisaje es hermoso, y no necesariamente la película. Cuallquiera que ponga una cámara con un trípode en esas locaciones consigue que el registro sea relativamente agradable a la vista. Por eso el mérito son las locaciones. Pero los momentos de ensueños constituyen deliberadamente los instantes de captura de la belleza, una producción visual con orientación a enfatizar la trascendente fuerza del espíritu.. Esos momentos constituyen el kitsch característico de una forma de codificación de la espiritualidad en el cine, cuyo cultor más excelso hoy, lamentablemente, es Malick, quien tiene talento en serio, más allá de esa tendencia reciente en su cine que ha opacado al cineasta de Days of Heaven. He aquí las cuerdas por otros medios.
3. No es un héroe; es un superheroe capaz de sobrevivir a todo, un Terminator de la naturaleza humana. Seriamente: la cuestión heróica es aquí moral: en no matar con sus propias manos a su enemigo se cifra la lección final, cuya deliberación moral es tan reduccionsita como su torpe resolución didáctica.
4. El tratamiento de los indios es distante, no ambigüo. El máximo gesto pasa por la apropiación del idioma del otro.. Eso sí: las escenas del viento son una forma de apropiación ridícula de una cultura originaria que según el filme entiende el mundo como una entidad viviente. Exégesis californiana de comuna setentitsta, no es otra cosa, pero ya convertida en mercancia simbólica para la representación de lo espiritual en el cine de Hollywood.
5. Ningún conducta humana se explica por su naturaleza sino por la forma de vida de la que surge. Por eso en los westerns suele ser central la constitución de la ley y la lenta tarea de construir una nación. El film transcurre en el limbo de la naturaleza humana y en la propia naturaleza que no es humana.
En síntesis: sin caridad interpretativa creo que el film cuenta con muy pocas virtudes. Y me olvidada de Hardy: La suya es una interpretación caricaturesca. Si estuviera en una de Tarantino tiene la coherencia requerida con la búsqueda antinaturalista y teatral que disloca la representación de la violencia en los filmes QT. No es el caso en la de Iñarritu. Que de este personaje y su caracterización se desprenda una lectura crítica al militarismo me parece concederle al film una inteligencie que carece. Hardy es bueno en general, pero acá hace su número de actuación, gesto celebrado en Hollywood y truco efectivo que suele dar dividendos.
Saludos cordiales.
RK
gracias por la respuesta.
Si da podemos seguir el diálogo (quizas fuera de la lista, no quisiera agotar)
abrazo
H
pues yo solo apunto dos errores garrafales en esta crítica y con ellos practicamente toda ella me parece nula: «cristianismo genético» que ni con licencias poéticas me trago ese concepto, estoy seguro que la nominación de esta película deviene de otras virtudes, reto a este pseudocrítico a enumerar cuantas películas han sido nominadas gracias al sufrimiento sangriento que retratan, en la historia de los festivales, pocos son los filmes encumbrados con escenas tan grotescas, aun que sean «genéticamente cristianas» error 404 coherencia no encontrada y termino con: «vulgaridad espiritual» ¿es en serio? de verdad ahí si te pasaste de la raya un poco* y ya que estamos en calor, nadie pero nadie (ni productores, ni director, ni actores, ni audiencia) dijo que esta pelicula sirve para saber el modo de vida de los pawnee, para eso hay que ser antropólogo, ni al caso tu camentario final, atacar con fundamentos falsos es algo que suele hacerse por enemistad o envidia definitivamente tu critica es escasa en su coherencia y parcial en su objetividad, sorry.
Estimado Ral Kabita:
1. Cristianismo genético: es una forma retórica de decir que nuestra tradición -y más todavía en México- está constituida por el cristianismo, una religión que ha hecho del sufrimiento una forma de trascendencia. Teológicamente, hay alguna que otra escuela cristiana que ha reparado sobre el bienestar en el mundo y no en el más allá, pero son líneas minoritarias. Que usted lo trague o no, es otro problema, pero que la cosmología cristiana lo constituye, si usted es latinoamericano como yo, lamento informarle, es así. Es más: esun discurso difuso que está incluso en nuestras formas de expresión más inmediatas de la lengua.
2. Con 12 Years a Slave podríamos empezar la lista de películas que hacen del sufrimiento una lección de moral, y ahí tiene ya la medida del juicio (estético). Busque usted algún comediante que haya ganado un Óscar recientemente. Cuanto más padecimiento haya pasado el personaje, más posibilidades tiene de reconocimiento. Al pibe que encarnó a S. Hawking no le dieron el Óscar por cómo se apasionaba al explicar las singularidades espaciotemporales. Los ejemplos son muchos.
3. Vulgaridad espiritual: fíjese usted otra vía de enunciación. Dice Kundera, en El arte de la novela: «“El kitsch provoca dos lágrimas de emoción, una inmediatamente después de la otra. La primera lágrima dice: ‘¡Qué hermoso, los niños corren por el césped!’. La segunda lágrima dice: ‘¡Qué hermoso es estar emocionado junto con toda la humanidad al ver a los niños corriendo por el césped!’. Es la segunda lágrima la que convierte al kitsch en kitsch. La hermandad de todos los hombres del mundo sólo podrá edificarse sobre el kitsch”. La vulgaridad justamente es la codificación acrítica a partir de un lugar común que clausura eventualmente la legítima posibilidad de sentir o experimentar alguna experiencia particular de trascendencia. Permítame darle una indicación sobre una expresión de espiritualidad auténtica en el cine, que conjura la vulgaridad referida, que campea en El renacido de principio a fin: 1. De Dioses y hombres (escena en a que los monjes escuchan Tchaikovsky); 2) Diario de un cura rural (cuando el cura viaja en moto); 3) Andrei Rublev (escena de la campana). Esas secuencias consiguen detectar y materializar experiencias de orden religioso que no participan del mentado kitsch. La vulgaridad de los sueños o imágenes trance de El renacido son propios de láminas de odontólogo.
4. Cualquier película de John Ford, y podría citar otros directores, tenía una preocupación mínima de saber que un film situado en un tiempo y con la presencia de otra cultura en su contexto comportaba una mínima responsabilidad de respetarla. La propia introducción lingüística en el fime de Iñarritu indica una legítima preocupación, que no se sigue del resto de los elementos que conforman la diégesis y su relación con la Historia.
La deshistorización en el cine contemporáneo es un problema que le excede a El renacido. No obstante, los grandes cineastas han sabido siempre que meterse con la Historia o un período histórico implica rigor y precisión (vease usted cualquier película de Terence Davies, por ejemplo, Sunset Song). Para esto le sugiero ver Dead Man, de Jim Jarmuschm y usted verá cómo se puede filmar culturas aborígenes sin por eso dejar de ser un filme de género y con sus propias libertades estéticas.
Verá usted que yo no lo trato de «pseudo lector», como usted a mí de crítico chapucero. Todo bien, no me molesta. Indico esto no por usted, sino por la depreciación generalizada (y en mi país todavía más) frente a cualquier discurso que ponga en duda un conjunto de certezas a las que se adhiere. El «sorry» del final es bastante falso, y ya que estamos escríbalo la proxima vez en caddoana. Es una broma, no se enoje.
Saludos.
RK
por lo pronto te agradezco la forma constructiva de dirigirte a un servidor, y ya con los fundamentos de perspectiva que aportas en tu respuesta pues cobra un sabor ahora sí mas sólido que en el texto original, me he de disculpar por el apelativo «pseudocrítico» sin dejar de mencionar que hay un punto común donde los pseudocriticos caen y tristemente si leo solo el artículo publicado sin tener a mano las referencias ofrecidas en tu respuesta, pues hay mucho parecido y me tienen harto esos charlatanes y es por eso que recurro al sarcasmo, simplemente los aborresco, pero gracias nuevamente por tomarte la molestia de ahondar y enriquecer la (ahora discusión) aportación del tema tratado, ya solo agrego que establecer los estándares modernos de la estética no es guiarse forzosamente por valores (o tendencias) antaño acuñadas, tomar estos ángulos para lograr una perpectiva tan acusada es algo optativo y hay quienes optan por ello, pero hay quienes no, es asunto de elección, debo admitir que una opinión de tu parte con estos elementos que aportas en tu respuesta, pues ya es material de análisis así que le cambiaría la «vulgaridad espiritual» de las secuencias fantasmales (y anexas de la película) ya que realmente no tienen ni me parece que busquen tener importancia en el filme, los ví como simples lapsos psiquicos que no buscan trascender, simplemente servían para marcar el tono del personaje y justificar sus trastabilleos, que para eso las tomas de «vulgaridad espiritual» bastan y sobran no encuentro por que atacarlas, en cambio en otras secuencias entra la verdadera estética de esta historia en particular, en el tiempo-espacio, en transportar el lugar a nuestros fueros, con agua helada, arañasos, esfuerzo sudor y hambre es bastante vivencial, en fín es la opinión de cada quien, por otro lado el «cristianismo genético latinoamericano» que mencionas no tendría por qué tener tanto impacto entre comunidades de otras religiones que han gustado de esta película;es más, el mismo Inárritu ha declarado en entrevistas que concedió desde los dias de Amores Perros: «el dolor nos es común a todos» (sic) su onda es con el dolor, sus personajes sufrirán, es parte de su estilo, es solo que su aproximación al dolor tiene ese matíz latinoamericano que se confunde con la cosmología (católica, no cristiana) religiosa con la que cargan todos nuestros pueblos americanos, es su esfuerzo (del director) de conectar con los demás y a mí me parece honesto, por lo de el repeto histórico pues ni siquiera intenta retratarlos, no es el punto, no es lo que su histora pretende destacar, pero sería bueno saber de qué manera viola el estilo de vida de estas comunidades nativas que provoca tanto desgarre de vestiduras, no soy antropólogo pero a mi estos temas me interesan y les presto atención y no encuentro mentados errores de los que hablan, saludos.
Lamento no coicidir, porque me gustó mucho la película. Me parece que las imágenes de esos paisajes los puede tomar cualquiera y serán bellos, pero aquí tienen un zoom muy particular y un ritmo que hace que eso esté hablando. La primera batalla con los indios es impresionante, los blancos, los indios, las pieles, el bosque y el río La naturaleza es un personaje y el hombre, más que un terminator, es un sobreviviente respecto a los otros hombres. No se elogia el sufrimiento sino la fuerza para sobreponerse. Lo dice «mientras tengas respiración, sigue respirando». La escena del oso, inolvidable. Hace que uno se pregunte qué se sentirá ser comido por una fiera, cosa que sentimos próxima últimamente.
La última de Tarantino, ya que lo comparan, me parece hecha por un chico de doce años.
José:
1. En lo que escribí más arriba reconozco al genio del Lubezki; sin él, este film no se sostiene, sería imposible.
2. El ensamble inicial, presunto prodigio de dominio espacial al servicio de ilustrar lo salvaje en su expresión más explícita, es impresionante, pero lo impresioante no es necesariamente riguroso en términos cinematográficos. Escena seductora, acaso pedagófica: he aquí la crueldad de los hombres, y nosotros hasta podemos disfrutar de la sincronicidad de las desgracias de un combate: una flecha atraviesa un cuerpo, un golpe esculpe el rostro de un herido; el realismo rítmico y sangriento pide un poco por nuestra complicidad; el placer desatado de la violencia. Es casi un momento carnavalesco. La tesis, por cierto, la conocemos: lo salvaje está en la naturaleza de los hombres, y no habrá entonces ningún condicionamiento por fuera del instinto o, eventualmente, la propensión inevitable a la avaricia. Cosmovisión infantil sin duda, metafísica pueril sin más, y también primitivismo insuflado de testosterona.
3. La naturaleza es un peronaje, pero lamentablemente la dirección de actores no humanos falla. Los 10 contrapicados de los árboles es un recurso berreta; las hermosas coníferas, finalmente, sobreactúan (aunque sean de madera). Cuando coincide con la mirada de DiCaprio recuperándose, pues entonces sí tiene una función narrativa, pero el abuso es constante.
4. El sufrimiento en la película no está ligado solamente a la voluntad de sobrevivir sino más bien compensa y fundamenta la fruición espiritual que se alcanza después de padecer; ahí están esos flashbacks y esos ensueños propios de una estética californiana que concibe lo espiritual como un panteísmo liviano y colorido por un filtro de cámara de I-Phone.
De todos modos, la voluntad por sobrevivir es necesaria no tanto por la propia lógica del personaje y su evolución, sino porque éste no puede morir por razones extradiegéticas. En ese sentido, sí es Terminator. Además, toda la arquitectura del relato pasa por intensificar el sufrimiento, siendo el asesinato del hijo un instante de goce obsceno. Esa escena, justamente, y la forma en la que está filmada, es la que demuestra qué lugar juega el sufrimiento en el film. Sí, se podrá decir lo que quiera, se enunciará el lema de autosuperación o el dictamen cívico sobre los hombres, pero como sucede en muchas ocasiones, lo que importa aquí es lo que no se dice o cómo lo que se dice se desdice por otros medios.
5. La extrapolación política al contexto nacional escapa a la película, y aquí mi preocupación está en consonancia con la suya. Al respecto, espero que los cineastas consigan articular una forma para filmar el presente. Sería increíble contar con na película que permita hacer hablar lo real y reprimido de nuestras prácticas actuales. Pero para algo así necesitamos un cineasta con categoría, y no creo que viendo el cine de Iñárritu ayude a modular una sensibilidad semejante.
Es fácil acusar de infantil a la de Tarantino, pero me temo que es un error de apreciación. No soy fan de QT, pero The Hateful Eight es un film mucho más complejo de lo que luce y es infinitamente superior al de Iñarritu. El trabajo sobre el espacio reducido en la de Tarantino es de verdad virtuoso, y justamente lo es porque no se nota. Cuando en el cine algo se nota mucho uno debería pensar un poco. Por otro lado, la violencia en Tarantino pasa por otro lado, y en lo que he escrito sobre el film he intentado explicar por qué.
En síntesis: el cine de Iñarritu es esencialmente puritano: el padecimiento enseña yl libera; vayamos a filmar la experiencia extrema porque ahí está la prueba del espíritu.
Saludos.
RK
Además, me pareció muy interesante la evolución de la piel del oso. El tipo es hecho percha por el oso, (en verdad, una osa) pero luego la piel del oso es la que le permite sobrevivir, como si se metiera adentro del oso, incluso cuando pesca en el río lo hace como los osos. Cuando se mete dentro del caballo es algo similar
no entendieron nada. es como el hombre-lobo pero con un oso. después de ser atacado, gruñe y anda vestido con unas pieles gigantes. Recuerden la escena que se esconde en la cueva y se deja llevar por el río. Ahora, en serio: lo peor es el «aspecto Malick», de trescendencia, etc. Algo q Iñarritu tiene en todas sus pel{iculas. Biutiful es de él?
Por lo general siempre concuerdo con todas sus criticas, pero este no es el caso. Me pareció una gran película. Un retrato de la voluntad del hombre de sobrevivir y civilizarse en un territorio que le es hostil en todo sentido. Un territorio natural incontrolable, caótico, impredecible y asesino. No aceptar como válido que el contexto donde se desarrolla la acción (la naturaleza) sea violento y cruel, creo que es un error.
Estimado Facundo:
El problema no es el contexto sino el texto. La violencia no es una cuestión de naturaleza, y tampoco la crueldad. Por otra parte, el tema no pasa por no filmar ni una ni la otra, sino cómo hacerlo. El tema acá es cómo esas escenas se conjugan con los elementos trascendentales que suelen acompañar el padecimiento.
Saludos.
RK
No vi la película, pero el sufrimiento-genético-cristiano como aleccionador moral, estaba muy bien satirizado en Nazarín de Buñuel (y otras del mismo), parece que paso desapercibido en la escuela hollywoodeana, gonzales iñarrituera.
En mi opinión, el crítico da demasiada importancia a la cuestión espiritual y lectura cristiana (coincido en que la filosofía cristiana cree en el suftimiento como via decredención) de la historia.
Si se viera como una película de aventura, acción y nada más, uno puede decir que es hermosa en sus imágenes y composición. No se puede negar que esto último, la «composición» de las imágenes, luz, sonido, etc sean bastante espectaculares…
A mi lo que me gustó fue la aventura de supervivencia en la naturaleza. Cómo.el protagonista tiene que generar nuevas estrategias cada minuto, para sobrevivir.
En ese aspecto, me hizo acordar a la segunda mitad de Apcalypto… otra película polémica si las hay…
Estimada Agustina:
No soy yo el que le da demasiada importancia, es la apuesta en escena la que insiste en subordinar la presunta aventura (minimalista) con ese plus inmaterial espiritualista New Age, y es un guiño que está en el mismo inicio, en la escena de apertura, que nunca debe ser olvidada en ningún film. Es lo primero que se ve, es lo que se intenta mostrar como primera impresión.
Como película de aventura es demasiado solemne y sádica; ese género ha sido casi siempre liviano y a menudo acompañado de alguna forma de aprendizaje para el personaje y por ende para su audiencia.
Respecto a la idea de supervivencia: no tengo tiempo aquí para desarrollar la idea, pero esto también está en sintonía con una forma brutal de existencia de nuestro tiempo en el que la recuperación del sentido de la vida pasa por exponerse a situaciones extremas. Este es el film perfecto para mostrar en un workshop destinados a miembros de CEO que van al bosque, viven con poco y así recuperan el instinto, el que luego se aplicará luego a los negocios. Tendría que proseguir en esto y dar más ejemplos y fundamentar con mayor precisión la idea. No tengo tiempo en este momento.
La de Gibson era un poco más cuidadosa en varios aspectos y sin duda polémica; pero debo decirle que el film más cercano de Gibson es otro: Pasión. La estética del sadismo ya le pertenecía al simpático reaccionario con nombre de guitarra eléctrica.
RK
vuelvo con otra boludez. En la de Tarantino me molestó el ver tantas citas/guiños/homenajes, aunque también es parte de su sello. Pero esto me sorprendió.