39 FESTIVAL DE 3 CONTINENTS 2017 (01): LAS PELÍCULAS ARGENTINAS: GLEYZER Y KUHN
Los traidores, Raymundo Gleyzer, 1973
La penúltima película del gran cineasta político por antonomasia tiene la peculiaridad de ser una ficción destinada a reconstruir (y superar, ya fuera de la ficción) la lenta corrupción microfísica del movimiento sindicalista ligado al peronismo desde su prescripción en 1955. La figura del ascendente Roberto Barrera, un operario que irá de poco transformándose en un líder obrero y posteriormente en un “traidor”, es apenas el personaje conceptual de esta lectura sobre la burocracia sindical en la que se inmiscuyen 20 años de historia y en la que se invoca a sus verdaderos artífices. La fluidez del relato, las inserciones documentales y la resolución metafórica (que no es otra cosa que un llamado concreto a la acción) resultan tan admirables como la perversa actualidad del guion.
Pajarito Gómez, Rodolfo Kuhn , 1965
A un joven del interior y de origen humilde lo convierten en una estrella de la música pop. Eso implica reescribir su biografía, orientarlo artísticamente, diseñar su porvenir, promocionar sus presuntas virtudes e incluso inventarle un matrimonio. Aquí, Kuhn presintió todas las consecuencias de la cultura del espectáculo como organizador del orden simbólico y dejó asentado en esta comedia cáustica el complejo entramado con el que se gestiona una forma de subjetividad concebida como apariencia y mercancía. Los movimientos de cámara y encuadres en los interiores y las decisiones de registro de la ciudad de Buenos Aires denotan una absoluta modernidad cinematográfica, cuya apoteosis resplandece en la última escena, probablemente uno de los mejores finales de la historia del cine argentino.
Fotogramas: Pajarito Gómez (encabezado); Los traidores
Roger Koza / Copyleft 2017
Hola Roger
Sobre Los traidores: además de su condición de notable documento de época y de testimonio del compromiso político visceral de su realizador, y de algunas decisiones notables de composición, como ese funeral onírico en el que Barrera entrevé su destino; me parece que la película tiene un interés anexo en cierta debilidad narrativa en la trayectoria del protagonista: Barrera pasa de luchador solidario y comprometido a traidor inescrupuloso en un par de escenas y sin mayor conflicto personal ni social. Creo que este hueco es también interesante para pensar históricamente en el valor de este film singular y poderoso, también por aquello que no terminaba de narrar.
Saludos