EL BAFICI DESPUÉS DEL BAFICI 2014 (04): MÁS CANTIDAD QUE CALIDAD (SEGUNDA PARTE)
Por Jorge García
Posiblemente la retrospectiva del BAFICI que, a priori, ofrecía mayor interés era la dedicada a la realizadora portuguesa Rita Azevedo Gomes, desconocida en nuestro país, muy valorada por algunos críticos y directores, y emergente de una generación que ha colocado –por su elevada relación cantidad/calidad- al cine portugués en un lugar importante de la cinematografía mundial. Sin embargo, la visión de algunas de sus películas (me) resultó una parcial decepción. Felicitaciones Manoel de Oliveira: Intromisiones, rodada con motivo de los 90 años del maestro, es apenas un film de montaje que muestra diversas escenas de sus películas sin un eje conductor perceptible; Altar es una tediosa y discursiva incursión en los vericuetos de la memoria de claro origen literario. Mucho más interesante es La colección invisible, un mediometraje que reflexiona, a través de la relación de un marchant con un coleccionista, acerca del carácter elusivo del arte. Frágil como el mundo provocó para mi gusto euforias desmedidas en algunos respetados críticos amigos. Historia de un amor juvenil que busca aislarse del mundo para ser vivido en plenitud, posee un tono onírico por momentos logrado pero su cuidado caligrafismo resulta tan prolijo como carente de pasión. La última película de Azevedo Gomes es La venganza de una mujer en la que la directora ofrece un frío y cerebral ejercicio de estilo, marcadamente teatral, riguroso en su puesta en escena y en su tratamiento del color pero al que también le falta la dosis de emoción necesaria para resultar atrapante.
De las obras de ficción internacionales restantes, El hombre de las multitudes, del brasileño Cao Guimarães, un realizador cuya obra oscila entre lo ficcional, lo documental y el experimentalismo, aparece como una muestra de “antonionismo” tardío, en el que la utilización de una pantalla casi vertical se convierte, más que en una elección estética, en un elemento de distracción.
El directo Jon Jost, autor de una prolífica obra, es una muy rara avis dentro del cine norteamericano por su carácter absolutamente independiente de los circuitos comerciales habituales, En Haciendo las paces, la que parece ser su última obra (anunció su retiro del cine) como casi siempre Jost se encarga, además de la dirección, del guion, la edición, la producción y la iluminación en un relato que es una suerte de melodrama triste y distanciado centrado en las últimas horas de un padre (notable interpretación del realizador James Benning) que reúne a su familia para compartirlas. Más allá de algunos planos que parecen ser un homenaje al cine de Benning y el algo forzado encuadre de algunos planos, el film está rodado absolutamente a contrapelo de los clisés y convenciones habituales.
También había escuchado profusos elogios a Los últimos amantes vivos, el último trabajo de Jim Jarmusch. Historia de amor entre vampiros con zombies de por medio, abundante en tomas cenitales, fundidos circulares, ralentis y otros efectismos, con los personajes enfrascados en discusiones que van desde diversas variantes de la música hasta la física cuántica. Aunque esto pueda sonar a una boutade, cualquier película del género de algún director de la Hammer –no digamos ya del gran Terence Fisher- (me) resulta mucho más atractiva que este soporífero film.
Pasemos finalmente a algunas cosas vistas del abundante paquete argentino. Juana a los 12, ópera prima de Martín Shanly, toma a una niña en su preadolescencia, que asiste a un colegio privado inglés y muestra claros signos de inadaptación. Lo más atractivo del film es que –a diferencia de otros exponentes de este subgénero- no busca en ningún momento la empatía con la protagonista, algo que provoca que la película tenga por momento una atmósfera notoriamente enrarecida.
Atlántida, primer largometraje de Inés maría Barrionuevo, integrante de la movida cordobesa, es otra de adolescentes, centrada en la dificultosa relación de dos hermanas. Varios de los tópicos habituales (despertar sexual, búsqueda de la identidad) tratados con inusual frescura y la carismática presencia de Florencia Decall le otorgan al film cierta dosis de encanto.
Once años después de la recordable Yo no sé que me han hecho tus ojos, Sergio Wolf, retorna al cine con El color que cayó del cielo, título “lovecraftiano” si lo hay. Como en aquel film, cuyo objeto de investigación era la cantante Ada Falcón, sobre la que emprendía una búsqueda casi detectivesca, aquí Wolf persigue a diversos cazadores meteoritos. Más allá de que, para quien esto escribe, el objetivo sea de menor interés, el director muestra en el seguimiento de esos personajes la misma obsesión que ellos en sus búsquedas.
Así como las obras de ficción de Edgardo Cozarinsky son generalmente muy discutibles, sus documentales siempre ofrecen un alto nivel de calidad y Carta a un padre no es la excepción. Ejercicio íntimo y autobiográfico plagado de melancolía, es un recorrido por la memoria familiar y la pérdida (su padre murió cuando Cozarinsky tenía 20 años). Con un tono austero que no hace concesiones al sentimentalismo, el director traza un lúcido retrato, no solo de su familia sino también de varios momentos de nuestra historia.
Finalmente, El rostro, último trabajo de Gustavo Fontán, continúa con una saga personalísima que no tiene paralelos a la vista dentro del cine argentino. En este caso, recurriendo a diversos soportes (Super 8, 16 mm y video) se adentra en las vivencias de un hombre que desarrolla su vida en las orillas del río Paraná, a partir de su relación con otras personas y con la Naturaleza. El film no tiene diálogos, pero el trabajo con el sonido es uno de los más extraordinarios que se hayan realizado en la historia del cine nacional.
Jorge García / Copyleft 2014
Coincido con García, salí de la proyección de Frágil como el mundo bastante perplejo. Me parece que la primera parte del film es interesante y que hay ciertos pasajes bellos y enigmáticos entre esos planos intemporales de los interiores de las casas de familia y los diálogos -un poco subrayados para mi gusto- entre las generaciones. Pero desde la huida de los amantes, para mi la película se cae verticalmente y no remonta más. Que la directora filme con cuidado y cierto refinamiento y que trabaje la luz entre el blanco y negro y el color con tanta dedicación no sostiene, para mi, el interés de una historia que parece completamente contada en su primera parte. En ciertos momentos, los mejores, el film me hizo acordar -y extrañar- a Paradjanov, sobre todo por lo que busca y dónde lo busca. Pero no encuentro aquí ni un un ápice de la profundidad y la pasión del maestro armenio.
SP es uno de los maestros del cine de todos los tiempos. Cualquier película de él es inconmensurable a otras. Lo mismo pasa con Pelechian.
No concuerdo con García en su mirada sobre Frágil. Si me dan los tiempos pienso escribir sobre el film de Azevedo Gomes.
Saludos. RK
Gracias Roger por la respuesta, aunque no coincidamos en la apreciación de la película. Ahora no me acuerdo bien, pero creo que llegué a Paradjanov por una recomendación tuya en el blog. Sombras de nuestros ancestros olvidados es un film estremecedor, una verdadera obra maestra.
De paso, también le anoto un poroto a Pichuco, la película de Martín Tunes que comenta García en su nota, Ojalá se estrene en las salas, es una puesta al día cuidadosa y apasionada de una figura que merece mucha más atención que la que concitará su pasajero centenario. El film está a la altura de la tarea que se impone: no sólo recordar a Trolio, sino también señalar con precisión su inconmensurable aporte a la música y a la cultura del país.
Saludos
Grande García!!; no estuve en el BAFICI, pero si soporté la última de Jarmusch. Estaría bueno un debate o, mejor, un cruce de opiniones acerca de las adoraciones varias y los descubrimientos de talentos, que no son sólo características de los periodistas deportivos cuando descubren un nuevo talento futbolístico, sino que ya es una malsana costumbre del mundo de la crítica cinematográfica.
Usted Jorge, otorga un necesario balance con sus escritos y opiniones a este excelente blog de cine. Y ya que estamos le pregunto sobre tres directores muy alabados, pero que no puedo (y lo he intentado) entrarles nunca (hoy, influenciado por las palabras de Roger, intenté ver la carta de Alonso a Serra y me resultó imposible). Ya mencioné a dos; el otro es Reygadas.
Querido Mariano:
Radiografía de quienes escriben con regularidad.
García odia a CR, le gusta las dos primeras de AS y hasta donde sé le gusta LA. Lo que nunca sé muy bien, y esto va más allá de JG, son las razones.
NP: barre con los tres.
MG: Banca a LA, no banca a los otros dos.
Ellos podrán responder, pero sé qué creen.
Otra cosa que me resulta misteriosa es cómo dos órdenes se yuxtapone en el juicio: que no guste y que más allá del gusto estemos frente a algo abominable.
Saludos.
RK
Bueno, la cosa estaba más equilibrada de lo que pensaba. No me siento tan solo. Voy a decir una barbaridad y te pido disculpas a vos y tus lectores: me imaginé un programa de tv con todo el staff del blog, al estilo de polémica en el bar. Perdón. Sin embargo estaría bueno tomar esa parte polémica, esas charlas en las que dos cinéfilos discuten a los gritos sobre Reygadas o Campanella.
No entendí bien lo último.
Gracias por el informe y felicitaciones por lograr congregar a todos.
Un abrazo.
PD: finalmente se hace el festival de Bariloche este año.
Hola Mariano:
Muy rápidamente, me gusta Alonso, creo que es uno de los cineastas más talentosos del país, aunque (pura intuición masculina) temo por su futuro. De Serra me gusta mucho Honor de cavallería, un muy original acercamiento al Quijote a partir de sus tiempos muertos y un poco menos El canto de los pájaros, aunque reivindico la originalidad de la historia y su humor. No me gusta la última de Serra (la vi dos veces) que me parece solemne, pretenciosa y tediosa en muchos pasajes. En cuanto a Reygadas creo que es uno de los casos más extremos de sobrevaloración de un director. Si me pongo estricto, de toda su obra solo me gusta la secuencia inicial de su última película.
Gracias Jorge. Hace años, vi Japón. Me acuerdo que éramos 5 personas en casa y a nadie le gustó, es más, la aborrecimos bastante. Con el tiempo y a instancias de Roger, volví a ver películas de él. Todas menos Luz silenciosa, creo que se llama. Y no hay caso.
Gracias por la respuesta.
Perdón, pero me resisto a la idea de discutir de cine solo desde el «gusto», que es lo que suele primar en «polémica en el Village» (aunque imagino perfectamente quien sería Minguito, Porcel, o Sofovich…). Si barro por igual con LA o AS es porque lo hago con los mismos argumentos, que no voy a repetir aquí… simplemente diré que García a veces es demasiado magnánimo y a veces demasiado duro. Este Bafici fue uno de los mejores de los últimos años (o yo tuve bastante suerte en mis azarosas elecciones).
Lo que comparto es el asombro ante la supervivencia cinéfila de mitos de juventud como Jarmusch. Y eso que la del vampiro emo no es de sus peores películas. Lo que quisiera saber es porque traducen «Only lovers left alive» (solo los amantes sobreviven) como «Los últimos amantes vivos», quitándole una de las mejores cosas que tiene: el título (y contradiciendo su escena final, que lo explica).
Ese programa con Roger, Jorge, Nicolás y Marcela polemizando en el McCafé del Village sería espectacular. No me lo perdería nunca.
estimado NP, ¿dónde podría leer algo de tus opiniones acerca del cine de LA, AS y CR?
Gracias.
En su próximo libro.
En el libro hablo bastante de Alonso, en particular sobre «La libertad»… pero en este mismo blog podés encontrar algo sobre Serrá (entre otras cosas, una nota titulada «El artista sin hambre»). De Reygadas creo que nunca escribí, como tampoco de Iñarritu (al final el bueno del internacionalismo mexicano va a resultar siendo Cuarón…)
¿Ya se sabe en qué fecha sale el libro?
Muchas gracias. Esperaré también la salida de el libro.
Hay breves referencias elogiosas a algunos de los filmes de Rita Azevedo Gomes, en el blog de Martín Iparraguirre en esta dirección:
http://lamiradaencendida.wordpress.com/2014/04/14/bafici-2014-nota-4/
Yo vi también en el BAFICI «Frágil como el mundo» y mis conclusiones son parecidas a las de scotti.
El filme trata de potenciar su poesía apelando, entre otros recursos a la intemporalidad y hasta cierto punto, a un lugar geográficamente indefinido, hasta que aparece la escena del aula, con la clase de geografía y el mapa de Portugal al frente. Una escena que parece discordante con la poética del resto del filme.
Es tremendo García. En el Bafici, al terminar las proyecciones, Jorge daba su primera opinión con una expresión implacable en su mirada. Me paso en Frágil como el mundo, yo iba con la mejor predisposición porque me había encantado Una coleccion invisible. Yo salia con la incómoda sensación de que había visto un qualite solemne y caligrafico. Busque los ojos de JG. Y su expresión era demoledora. Me sentí acompañado.
No comprendo cuando el crítico dice «me gusta X, no me gusta Y». Pido disculpas si ofendo, pero no me importa si te gusta o no. Me importa que, como crítico, trates de ver si hay algo que realmente importe en ese film. O mejor dicho, sólo me importa si soy tu amigo y compartimos una cerveza charlando sobre la peli. Pero como crítico, no entiendo la relevancia q puede tener si te gusta o no un film; aunque obviamente entiendo que eso juega siempre en tu mirada crítica.
No sería tan categórico con que este BAFICI fue superior al del año pasado, al menos en materia de cine argentino. Aquí hubo confirmaciones de un rumbo (Fontán, Wolf, Cozarinsky, Moguillansky, Moreno, Giralt, Frenkel, Campusano) que pueden resultar más o menos interesantes (y que pueden gustarle más o menos a García), hubo una muy buena movida de marketing cordobesa, y una prometedora ópera prima como Fulboy de Farina.
Mientras que el año pasado, entre muchas olvidables (Vidrios, Mujer lobo, Los tentados, Rafaela, La paz) tuvimos a Viola, El simulador (en mi opinión, una apuesta mucho más interesante que El mercado), El loro y el cisne (mucho más personal que la última de Moguillansky, aunque en ella confirma un tipo de comedia único en Arg, y no es poco), los muy buenos documentales Alunizar y La toma; y por sobre todas, P3ND3JO5.
Quizá el balance sea más positivo para este año. Y más si no olvidamos que este año realmente hubo algo distinto: Mauro de Hernán Rosselli.