CARTA ABIERTA 2016

CARTA ABIERTA 2016

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07 Ene, 2016 01:53 | comentarios

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Queridos lectores

Palabra espantosa, «blog», sonido impropio y tosco, al menos para mis oídos, a pesar de ser un término que organiza en mi propio mundo simbólico prácticamente todos los esfuerzos literarios en los que estoy involucrado y comprometido. Publique en un diario, en una revista o en un libro, tarde o temprano, ese texto estará disponible aquí, a vuestra disposición, y en la mayoría de los casos, en versiones modificadas y ampliadas.

En el 2006 empecé con el blog en la plataforma Blogspot. Un tiempo después me pasé a WordPress y finalmente, el 26 de diciembre, tras una extensa migración, iniciamos nuestra tercera vida en Otroscines, junto con mis camaradas Gamberini, Prividera, García y González Cragnolino.

Al reconsiderar el tiempo pasado, la modalidad del blog fue cambiando poco a poco. En el primer año solamente publicaba la programación de los cineclubes que yo solía llevar adelante en el Valle de Punilla. Tímidamente, incorporé las críticas que escribía primero para el diario Comercio y Justicia y posteriormente en La Voz del Interior. En el 2007 entendí que el espacio podía crecer, al darme cuenta de la cantidad de lectores que pasaban por Con los ojos abiertos y de los efectos que ciertos artículos tenían en algunas discusiones que me interesaban. El blog, a su vez, nació en un momento en el que mi propia vida giraba 360 grados y mi vocación por el cine se imponía completamente frente a otros intereses y actividades que aún tenía en esa época inicial. En efecto, en el 2006, casi de casualidad, empecé a trabajar en el Festival de Hamburgo como programador, y en ese mismo año fui por primera vez a Cannes. Desde entonces, y progresivamente, no dejé de viajar a festivales de cine, de lo que se predica la posibilidad de entender mejor cómo funciona el cine como práctica e institución global. Me parecía un acto de ingratitud no socializar mi propio aprendizaje, más allá de si este tuviera o no valor.

He discutido, en algunos debates públicos, acerca del concepto de responsabilidad en el ejercicio de la crítica cinematográfica. Aprendí en esos casos que a muchos colegas que respeto (aún) les importaba muy poco mi preocupación por la responsabilidad; ellos no le asignaban ningún valor y nuestro oficio podía prescindir de esa autoexigencia. Ellos escribían porque les gustaba, algo lógico y que sin duda yo también experimento.

Quiero decir: me gusta escribir sobre cine, me gusta objetivar mi propia mirada sobre un film y decir indirectamente qué entiendo, a través de cada película que abordo, y en ese período de tiempo particular, por cine. Pero mi placer personal y entusiasmo estético tienen un plus que mis queridos colegas en esa oportunidad desconocían. Por mi parte, así veo mi profesión: escribir es una práctica pública, ontológicamente pública, dado que la naturaleza de todo lenguaje es de orden público. No existe el lenguaje privado, como tampoco una escritura sin otros. Es en este sentido que concibo mi escritura como un eslabón discursivo de una conversación sin límite, en la que se habla de cine y al hacerlo se dicen muchas otras cosas que exceden el propio territorio del cine. Esa conversación sin caducidad necesaria es de dominio público.

En otras palabras, escribir (crítica cinematográfica) es inscribir una perspectiva sobre un objeto en un campo de saber que le imprime a este un valor, una función, una existencia en sí. El conocimiento como tal es público, y la crítica cinematográfica, así entendida, es también una forma de conocimiento. Entiendo entonces que existe una deontología de la escritura, es decir, una cierta ética de la crítica cinematográfica que va más allá de la astucia estilística y de la necesidad expresiva de un sujeto cualquiera.

Un amigo me decía recientemente que un “kantianismo residual” me quita muchas horas de sueño y que debía velar por mis placeres privados. Puede que tenga razón, pero me resulta inevitable pensar lo siguiente: me responsabilizo por mis palabras, que nacen de una voluntad de verdad, y que conforman un discurso abierto y en construcción que se instituye en cada crítica y artículo publicado aquí y en otros lados, y que se somete inexorablemente a la crítica y consideración de los lectores.

Para bien o para mal, así encaro personalmente el blog, y creo yo que ustedes merecen saber explícitamente desde dónde se sostiene este espacio.

Las novedades y los anuncios

 Desde mañana y hasta mediados de 2017 trabajaré en la constitución de un archivo en el que estén todas las referencias del blog y sus respectivos autores. Será un índice general, organizado por películas, entrevistas, festivales y autores de las notas. Creo que me llevará un largo tiempo, pero sospecho que de aquí a un año y medio habré terminado. Llegado el momento, lo notificaré.

Las habituales secciones, casi en su totalidad, mantendrán su continuidad. Es decir que Críticas, Críticas breves, Festivales, La Internacional Cinéfila, Libros, Las películas secretas, La columna de Jorge García, Adiós al cine, Cineclubes de Córdoba y otras seguirán agrupando gran parte de las publicaciones del blog. De a poco iré borrando la mayoría de las entradas que publiqué en su momento para los cineclubes de La Cumbre, Capilla del Monte y Villa Giardino; dejaré las editoriales, solamente, porque creo que en esos textos hay un valor que se impone más allá de su tiempo y contexto. Gran parte de los textos críticos que estaban en las críticas semanales se convertirán entonces en nuevas entradas en el blog y se recuperarán críticas que de todo otro modo quedaron demasiado invisibilizadas. También les volveremos a dar vida a las secciones destinadas a problematizar los cánones cinematográficos: El canon internacional y El canon nacional tendrán nuevas salidas en el año. Sucederá lo mismo con Video ensayo, una sección que inauguré el año pasado debido a mi participación en un foro en el festival de Rotterdam.

Paso a considerar las nuevas secciones.

1. Discusiones

Se tratará de una carta abierta enviada a un colega con la que se comenzaría una discusión sobre un tema elegido para desarrollar por un año. A partir de ahí otros colegas, invitados o interesados por el tema debido a su participación en el campo elegido entrarán en la discusión. A lo largo de un año nos moveremos en torno a un problema e intentaremos pensar a fondo sobre él. Será un experimento colectivo, y es difícil saber qué se puede esperar de esto, pero tengo la intuición de que puede funcionar y echar luz a ciertas zonas confusas de la discusión cinematográfica del presente. En síntesis: sería una carta rizomática y polifónica.

El tema elegido para este año es: “El cine latinoamericano de nuestro tiempo”.

2. Los nuevos cineastas del presente

Con una periodicidad trimestral, se abordará la obra completa de un director que haya empezado su carrera recientemente, más allá de su edad, y que cuente con 3 películas como mínimo y unas 10 como máximo; lo determinante es que su trabajo esté en plena fase de desarrollo. El estudio sobre su obra vendría acompañado, en la medida de nuestras posibilidades, de una entrevista posterior que juegue como contrapunto del estudio.

3. Estrenos eternos

Se trataría de cualquier película ya estrenada o ya olvidada en un tiempo pretérito que sería tomada como un estreno de la semana. Puede ser La hora 25, Las reglas del juego, Taxi Driver, Yeleen. La única premisa será tratar el film en cuestión como si no se supiera qué hizo el director después del título elegido. Un ejemplo: si se analiza Soberbia, la única referencia sería solamente El ciudadano. De lo que se trata es de reproducir imaginariamente la experiencia de encontrarse con un film por primera vez.

4. Estrenos invisibles

Esta sección tomaría películas recientes que ostentan un valor y que por razones inadmisibles o misteriosas han quedado fuera del circuito comercial e incluso de la exhibición en festivales. Ejemplos recientes pueden ser las últimas películas de Brian De Palma y Michael Mann.

5. En busca de los nuevos turcos

Se trataría de una entrevista bimestral con críticos de menos 33 años de distintos países del mundo, incluyendo Argentina, que permita constituir paulatinamente un mapa conceptual de los criterios y concepciones de la crítica cinematográfica que predomina en una generación de críticos que ya son hijos de la era digital. La entrevista trabajaría con 10 preguntas de base, siempre iguales, sin importancia del contexto y la nacionalidad, seguida por un bonus track con cuatro preguntas personalizadas y ajustadas al contexto del entrevistado.

Por último, quiero anunciar con gran alegría y orgullo que a partir del otoño de este año Con los ojos abiertos contará con una nueva firma: Robert Koehler. Mi querido amigo y admirado colega empezará a escribir artículos exclusivos para este blog. Su columna, tentativamente, se llamará por ahora “El amigo americano”.

No quiero dejar pasar esta oportunidad para agradecer a todos mis colegas que ayudan a mantener con sus contribuciones la vida intelectual de este blog. Es un trabajo desinteresado y libre de toda remuneración. Gestos nobles de esa índole están en extinción, más aún en un paradigma social en el que lo único que vale y el único esfuerzo por realizar es el que se traduce en dinero. Quisiera que no fuera así, pero así es. Mi infinito agradecimiento.

Sentirme acompañado por la lucidez de Prividera, el cinéfilo saber enciclopédico de García, la sensibilidad de Gamberini y la intrepidez de González Cragnolino me empuja a intentar superarme día a día, a luchar contra la propia ignorancia y a exigirme no cristalizarme en mis propias certezas y gustos. Con ellos aprendo siempre; con todos ustedes, queridos lectores, también; a veces imaginariamente, a veces en la honesta confrontación que tiene lugar en los intercambios que mantengo con ustedes en sus comentarios, siempre bienvenidos.

Buen año para todos.

Roger Koza