LA PULCRITUD
Un poderoso coro mundial ha declarado que Roma es la última maravilla del cine. Frente al estruendo de convencidos, no tardó en llegar una respuesta minoritaria pero no menos convincente que afirma lo contrario. Todos coinciden en algo: Roma es para ver y escuchar en un cine, pues la desmesura formal de su propuesta lo requiere. El avión reflejado en el agua vertida en el patio mientras Cleo baldea en la mañana es una hormiga en el televisor; en un cine luce como una arcana meganeura.
La acción inicial de Roma abre una lectura crítica: el tiempo dedicado a la limpieza de las baldosas es también su principio estético y político. Respecto de lo segundo, la visión de clases que erige Cuarón entre las sirvientas y los patrones se torna algo confusa, porque a la inexistencia de cualquier conflicto entre unos y otros se añade una solidaridad implícita debido al lugar que ocupa la mujer en el relato. Ser mujer en este universo fálico es un anatema, y el guion se encarga de duplicar, en los respectivos abandonos que sufren Cleo y la dueña de casa, una (endeble) igualdad, porque ser mujer de clase media no es lo mismo que serlo y asimismo ser indígena.
La limpieza rige lo estético, no solamente las acciones de la protagonista. La escena de lavado de ropa en la terraza expresa la perspectiva física del film. El meticuloso plano en movimiento para seguir lo que sucede en él, que ostenta un virtuoso uso de la profundidad de campo, deja entrever un problema formal y conceptual: a la imagen se le impone un régimen de pulcritud. El fulgor del blanco y negro opera sobre el ojo; una extorsión hecha de luz, pero, curiosamente, sin pensarla cinematográficamente. La obsesión compositiva de los encuadres y los lentos pero ampulosos movimientos de cámara están por encima de una meditación en acción sobre la luz en el cine digital. Es que la excesiva nitidez de Roma glosa un inconveniente del cine de hoy: la técnología sustituye a la estética.
*Este texto fue comisionado y publicado por el diario La voz del interior en el mes de diciembre 2018.
Roger Koza / Copyleft 2018
«Poderoso coro mundial», «estruendo de convencidos»…. Qué tendencioso y despectivo modo de comenzar una reseña. Y aquí va mi opinión: Roma es una maravilla.
Esto respondí en Facebook; Roberto creyó que no había quedado el comentario:
1. El párrafo inicial no es despectivo, es objetivo: hay una gran mayoría que defiende ese film enfáticamente y una minoría ruidosa que la desdeña. Yo no me siento pertenecer a ninguno de los dos sectores (y no tendría ningún problema si así lo exigiera mi sensibilidad y mi pensamiento). Lo que intenté reunir en ese inicio es la percepción disminuida que se tiene de ese film en una experiencia doméstica. He visto el film porque lo programé (más allá de mis dudas, porque una cosa es programar y otra ejercer la crítica) en Hamburgo. Fue proyectado en la sala más grande de esa ciudad y se veía y escuchaba como debe ser.
2. Desdén y tendencioso, remite, quizás, más a tu percepción en tanto que has desarrollado una relación afectiva con el film, como la nota lo explicita. Si cada vez que alguien piensa o ve otra cosa se le adjudica de inicio formas de adjetivación de sospecha, nada, probablemente, se puede aprender.
3. Cuarón es de los tres directores hollywoodizados, el único que me parece un cineasta. Sigo creyendo que su mejor film es el precedente: Gravity. Y, Y tu mamá también, me gustó en su momento. Incluso me interesó su H.P.
4. Este tiene tres grandes escenas: la escena en el cine, el incendio y la práctica militar (aunque el avión suspendido al fondo es un truco de principiante).
5. Tiene una escena inadmisible para un cineasta de altura, que es esa y que no hace falta nombrar. El fuera de campo es siempre una herramienta, y AC prescinde de esta e insiste en representar.
6. ¡Qué viva México! Ojalá viva siempre, y ojalá pueda el cine de ese país encontrarle la vuelta a representar la miseria y su violencia.
7. Lo más interesante del film es su perspectiva femenina, a mi juicio, y el destino funesto de las mujeres, lo que va más allá de las clases.
8. El abrazo final… Tengo dudas inmensas sobre esa fantasía, pero comprendo que le encante a algunos y a otros no.
9. No escribo crítica ni pienso para odiar lo que no corresponde conmigo. Escribo tratando de entender qué es lo que tengo en frente de mí.
10. La pulcritud es a mi juicio, el inconsciente del film, el punto organizador de todo.
11. Mi principal objeción es estética y tiene que ver con una época de la evolución del lenguaje cinematográfico. El blanco y negro de este film es un problema a considerar. La técnica resuelve hoy cuestiones estéticas.
12. A mi juicio el film glosa un problema del cine contemporáneo: la nitidez.
Después hubo otro intercambio, pero ya más circunscripto a cuestiones personales.
Visualmente, fotográficamente, es una gran película. Argumentalmente, la intención de reflejar la propia historia intentando dejar bien parado a todos vuelve a la cuestion una meta imposible. Es demasiado plana.
Me gusto mucho la escena en la que el jefe de familia intenta entrar el auto en el cochera, la del cine, el incendio, el mar.
Me resulto insoportable Gravity.
Bueno, esta es la mía.
Impresiones. Que no soy crítico, caramba.
https://letterboxd.com/moviegoergeek/film/roma-2018/
Dicho esto, qué ojo Roger. Es tan obvio lo de la limpieza. Cómo no se nos ocurrió! Me distraje con los avioncitos.