LAS PELÍCULAS SECRETAS (65): SUN DOG
Sun Dog, Dorian Jespers, Bélgica, 2020
Año tras año, la cantidad de películas crece exponencialmente, una evolución cuantitativa, acaso indetenible. Pero miles de películas no significa miles de cineastas. Un (gran) cineasta tiene una visión del mundo y otra del cine; en este caso, la conjunción de ambas se puede verificar desde el extraordinario travelling inicial aéreo, en el que toda una ciudad parece reducirse a una maqueta viviente, hasta el último, en el que el cosmos ya no es el mismo que conocemos. Es que Sun Dog revela la existencia de un cineasta detrás de cámara, porque Dorian Jespers filma con una seguridad asombrosa y un conocimiento rotundo de todo lo que implica la materia del cine. Afirmación temeraria: en la película puede adivinarse toda una tradición, aquí evocada sin estridencias y revivida sin más. En efecto, Jespers parece moverse por los senderos que transitaron décadas atrás viejos maestros como German y Zulawski, quienes forjaron una tradición que aún resplandece en un cineasta inimitable como Sokurov. En Sun Dog el sonido es una entidad autónoma y también lo es la imagen. El minucioso trabajo sobre la luz en la noche y los matices sonoros que logra la banda sonora son admirables; van juntos, la luz y el sonido, sin auxiliarse pero sí delineando una materia espectral que desborda el concepto de representación. Y esto no es todo, porque no solamente la proeza es formal, ya que las tareas nocturnas de un cerrajero, en una ciudad ártica de Rusia, alcanzan para introducir elementos oníricos y añadir en el desenlace giros fantásticos de la mejor y pretérita ciencia ficción soviética. Todo es sorprendente en Sun Dog: los travellings y la enigmática subjetiva (de nadie) en la que se sostiene el relato constituyen una prueba del brío formal que ampara a esta aventura perceptiva y fantasía metafísica. ¿Puede ser una hipérbole trasnochada decir que escribir sobre este film es sencillamente atestiguar la llegada de un cineasta a la historia de cine? A veces es preferible arriesgar y desobedecer la tibia retórica que goza de prestigio en el ejercicio de la crítica.
Roger Koza / Copyleft 2020
como de costumbre el ego de Roger Koza escribiendo para si mismo en un lenguaje rebuscado que solo el puede entender…la pelicula me parecio muy bien lograda, buena actuación y un libreto creíble….
Como siempre hay lectores de todo tipo: personas que leen y entienden, personas que lo hacen y no, personas que no entienden y atribuyen el problema al texto y otras que pueden pensar que tal vez el problema está en el lector frente a un texto. Personalmente, yo escribo como puedo e intento siempre que se entienda lo que digo. A veces sale con mayor precisión, a veces el fárrago fagocita al texto. De todas formas, la pregunta que yo sí me hago es qué lleva a una persona a dejar una comentario como el suyo. No me ofende en absoluto. Lo que sí me resulta curioso el deseo de dejar publicado un comentario en el que el desprecio es el móvil. Por otro lado, ¿qué misteriosa razón le lleva a leer algo que siente animosidad garantizada? Creo que todo esto lo debe haber entendido muy bien. Mucha suerte y buen año, y sin ninguna ironía detrás de ese comentario final. R
Se entiende bien el texto, el lector es vago