NOMADLAND
LOS NOBLES TÍTERES DEL CONSERVADURISMO
El emoticón es un compendio de signos sin ambigüedad propio de una cultura de reflejos veloces y juicios sin razonamientos. Se publica un dedo hacia arriba, una cara sonriente, un hombrecito con las manos tomándose la cabeza y el interlocutor cree comprender un sentimiento sin más. La opacidad de cualquier enunciado conoce su derrota; un dibujito alcanza para la ilusión de una comunicación transparente. ¿No es en cierta forma lo que sucede con Nomadland? Cada uno de sus planos dice qué pensar y qué sentir; he aquí una película emoticón: el desamparo, la libertad, la naturaleza, el amor tienen una secuencia emoticón y solo basta reaccionar para identificar qué sentimiento se invoca y cómo responder a este.
La historia es sencilla: Fern, alguna vez maestra, perdió a su marido y en un contexto social poco amigable, como se indica en el inicio a propósito del cierre de una fábrica en un lugar remoto de Nevada en el que vivía la pareja. Desde entonces, la mujer interpretada por Frances McDormand viaja en su pequeña camioneta transformada en hogar por distintas geografías de Estados Unidos. Como representante de una vieja tradición estadounidense —al pasar, así lo sugiere su hermana describiéndola como una representante de “los pioneros”—, el nomadismo define su estilo de vida. Viaja, se emplea en donde le den un trabajo temporal, incluso en tiendas multinacionales, “acampa” con su camioneta en distintos espacios y aprovecha para disfrutar en ocasiones de la vida natural. Fern prescinde del imperativo de la codicia y puede subsistir con poco. Y no es la única, como puede comprobarse cuando se une por un tiempo a una comunidad abierta liderada tímidamente por un gurú de los desposeídos.
Sobre ese esbozo sociológico y a partir de ese estado anímico del personaje, Nomadland añade pequeñas variaciones en la trama, en la que se suman personajes secundarios y nuevos paisajes. Una simpática compañera de trabajo, una mujer moribunda, los familiares de Fern, un apuesto hombre solitario y su familia; a este elenco le corresponde rellenar escenas de intimidad que siempre están al servicio de ilustrar un sentimiento específico. Dicha operación estética se puede observar en todo su esplendor en un pasaje circunstancial en el que Fern se encuentra con un joven nómade y le recita una poesía que afirma la vida frente a la adversidad. A la segunda o tercera estrofa del poema, la directora Chloé Zhao introduce una secuencia que traduce taquigráficamente en imágenes lo que se dice, siempre con la ubicua melodía de un piano melancólico. La misma culmina con la protagonista contemplando la inmensidad de un árbol altísimo, una síntesis formal de una concepción del valor plástico de las imágenes que bien podría ser la de una publicidad de camperas leñadoras o de turismo alternativo.
El “sofisticado” kitsch de Nomadland, que en el melifluo repertorio gestual de McDormand glosa todo su efectismo dramático, puede ser inocuo e inofensivo, pero deja destilar un conformismo disimulado. La tribu de los alternativos que retrata la película, más que una tribu de luchadores o disidentes en contra del sistema, parece la de los vencidos. La tenue comunidad solidaria que retrata Zhao, con sus reuniones de apoyo mutuo, es enteramente consustancial a la psicología adaptativa de la autoayuda característica de la Nueva Era, una vía espiritual que parece erigida en una retórica de emoticones. Ni un gesto de rebeldía por acá y sí alguna que otra genuflexión a un gigante de la venta online.
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Nomadland, Estados Unidos, 2020.
Escrita y dirigida por Chloé Zhao
*Este texto fue publicado en La Voz del Interior en el mes de abril 2021.
Roger Koza / Copyleft 2021
Totalmente de acuerdo, además habría que comentar el exceso de musca pastel que no sonido saturando la pelicula de principio a fin. El catálogo de muecas de la protagonista es abrumador- me hizo recordar algún producto de PoLkA…. vas como teledirigido, es increible, no se puede creer la maquinaria publicitaria que arrastra. Otra cineasta que perdemos.
Con The Rider ya rozaba un limite, no te parece.
Tu visión de los emoticones – que se acerca al cliché del viejo que critica los jóvenes – no te deja ver lo que es quizás una de las revoluciones más interesantes de la escritura en cientos de años. Que yo sea un tipo torpe al usarlos, no me impide ver su riqueza y envidiar a quienes saben dar tantos matices con ellos.
Para criticar Nomadland no hacía falta.
Su visión sobre mi visión me parece capciosa; yo empleo los emoticones, pero no dejo de observar la simplificación que implica y doy un argumento de los límites semánticos de estos; usted, por otra parte, realiza simplemente un juicio con una metáfora, como si en esta hallara un argumento que no es pero suena válido. Por otra parte, su percepción de que el emoticón se trata de una revolución del lenguaje resulta como mínimo un paroxismo de una opinión, de la que tampoco ofrece usted ninguna razón para sostener ese juicio. Un emoticón por definición reduce la ambigüedad semántica, procedimiento similar en la lógica de la puesta en escena de Nomadland, por la cual entiendo sí se justifica para escribir sobre este film. Si tuviera la posibilidad le respondería con un emoticón que sería un dibujito infantil como los son casi todos y que no existe: un señor que se mira al espejo y este no le devuelve su imagen.
De las invenciones recientes de la técnica asociadas al universo digital, el gif, al menos, permite otro sistema de asociaciones. La expresión es más diversa e interesante. Pero tampoco es una revolución.
Saludos.
R
Hola Roger! me gustó tu lectura de la peli. A mí me pareció un peliculón, la vi en el cine. Me parece que define muy bien las pérdidas y la construcción del recuerdo como fuente de vida. En cuanto al nomadismo, me quedo con las vivencias de Fern, de su descubrimiento de la naturaleza, al menos en eso me sentí adentro de la peli, aún siendo hijo y rehén del capitalismo jajaja.
Abrazo enorme
Estimadísimo: los temas son interesantes, lo que podrían ser esos personajes también, pero todo no es otra cosa que un sistema de ilustración taquigráfico de ideas de guion. Es también un rotundo ejercicio de kitsch en su sentido más estricto: una forma de belleza presuntamente universal al servicio de la Humanidad.
Sí, coincido con los puntos que mencionás. Una suerte de conformismo, de «rebeldía» anodina dejándose morir, buscando veganismos y trueques; pero nada de tocar al sistema. También me resultó muy débil cómo se planteó el conflicto sobre la invitación del «apuesto caballero» a Fern, a que se quede a vivir con él.
Un abrazo
Lo mejor de esa película es DS. Un actor estupendo. Saludos. R
La crítica de este filme me resulta desconcertante. Parece como que Roger Koza tiene una mirada tan aguda que solo él puede encontrar la cantidad de defectos que se enumeran aquí, pero casi ninguna virtud.
Veamos que opinan sus colegas y espectadores en el mundo, en Argentina y entre los pares con los que parece tener más afinidad.
El sitio Rotten Tomatoes le otorga a Nomadland un puntaje de 94% basado en 379 críticas de todo el mundo, y puede verse aquí: https://www.rottentomatoes.com/m/nomadland
El sitio IMDB que reune la base de datos más grande del mundo sobre cine y recopila reseñas, computa un puntaje de 7,5 sobre 10, basado en la votación de 59.000 usuarios.
En nuestro país existe el sitio Todas Las Críticas, allí Nomadland consigue un puntaje de 78 sobre 100 con 29 críticas a favor y solo 3 en contra.
Entre los colegas con los que convive Koza en este grupo de sitios web dedicado a las criticas (OtrosCines, Micropsia, Ojos Abiertos), podemos citar a Diego Batlle que califica con 4 estrellas sobre 5 y Diego Lerer, quien si bien no acostumbra a recurrir en sus críticas al algún tipo de puntaje hace una crítica muy elogiosa del filme, que puede leerse aquí: https://www.micropsiacine.com/2021/04/estrenos-critica-de-nomadland-de-chloe-zhao/
Estimado Jorge:
Espero que esté bien. Primero que nada: hay bastante críticas negativas sobre esta película, pero quizás no las supo buscar o no las quiso leer o siempre busca en lo mismo lugares. En Argentina, sin ir más lejos, puede leer varias lecturas negativas de este film. Lejos estoy yo de estar solo con mi lectura. Si le interesa, busque e intente leer las declaraciones de Paul Schrader; son taxativas. ¿Necesita otra? Bob Koehler. De aquí, Tripadero, Szgaib, o Solorzano en México.
Pero permítame decirle algo: lejos estoy yo de buscar diferenciarme de nadie y de creerme la voz singular de la crítica. Escribo pensando y he sido honesto toda mi vida con mis posiciones, que suelo revisar, porque pienso que debo pensar sobre lo que pienso de forma constante.
Este film me parece reaccionario, política y estéticamente. Y he razonado en el texto porqué lo veo así. Puede no parecerle y no gustarle, pero eso es otra cuestión.
Dicho esto paso a otra cuestión.
Todas sus intervenciones en este sitio, de una época para acá, que están relacionadas con antes de que dejara de verlo en uno de los cursos que doy, son de este tenor. Intervenciones que expresan desprecio contenido. No me interesa reñir con usted. Si quisiera discutir mi crítica, pues es necesario que esgrima al menos un argumento, y en todo lo que usted expresa no hay siquiera uno. Solo me acusa taimadamente de creerme superior o un iluminado, pero sin decirlo con todas las letras, porque tal vez no tiene la valentía de decirlo como corresponde. Su acusación, por otra parte, tampoco me interesa responderle. Usted puede pensar de mí lo que se le dé la gana.
Cada vez que lo leo, me pregunto lo mismo: ¿para qué deja este comentario y los anteriores? ¿Para qué dice lo que dice? Usted sabrá. Sepa que a mí ni me ofende ni me molesta. Solo me produce perplejidad y cierto tedio.
Que le vaya bien.
R
Señor Koza: Yo también, al igual que Usted soy una persona ocupada, con poco tiempo libre, y por lo tanto no estoy obligado a responderle en 48 hs a sus intimaciones de pronta respuesta. Es mas curiosa su demanda cuando Usted, amparándose en su obligaciones laborales, demora muchas veces semanas en contestar inquietudes de sus lectores expresadas en comentarios.
Ahora sí le contesto, porque encontré el tiempo para hacerlo. ¿Mi opinión sobre esta película, que responde a su visión? Puede leerla en mi blog aquí: https://comentandocine.com/2021/03/11/nomadland/ Ahí encontrará mis argumentos que no repetiré aquí.
Las citas de otras críticas negativas del filme que Usted menciona, por valiosas que sean, están muy lejos siquiera de empardar los números que yo les cité. Le pido además que disimule al menos un poco su autoritarismo, ¡contesté en 48 hs mis comentarios! ¡Busqué otras críticas! ¿Quién es usted para darme órdenes y ponerme límtes temporales a mi respuestas?.
Otra gran mentira de su respuesta es que reuhyo la polémica. A modo de ejemplo le recuerdo la larga discusión que tuvimos hace unos años acerca del filme «Dos días y una noche» de los hermanos Dardenne. Pero fue esa misma polémica la que me convenció de con Usted es muy difícil discutir a menos que uno se llame Prividera o Jorge Garcia por poner un par ejemplos, porque nunca está dispuesto a cambiar su punto de vista. Nunca lo vi rectificar una crítíca a partir de un comentario de algún lector. No estamos a su altura seguramente.
La perplejidad y el tedio que le producen mis infrecuentes intervenciones son problemas de su caracter. Es como los que se quejan de que una película es aburrida. Es su problema personal.
Estimado Jorge:
Sobre mi persona no le voy a responder. Las conclusiones que usted saca respecto de su tiempo, es toda suya. No lo voy a calificar a usted; esto no es un ring de interpretaciones psicológicas. No voy por tanto a responderle sobre mi presunto autoritarismo, pero su forma de responder, sinceramente, es acaso mi respuesta.
Sobre cuestiones de mi relectura sobre cosas que yo haya dicho con anterioridad y vuelvo a revisar más tarde para rectificar mi lectura, tiene usted ejemplo extensos en este sitio. He vuelto a escribir sobre películas que no leí como corresponde en su momento. Le paso a informar de dos: 1) La araña vampiro; 2) Ostende. Puede encontrar muchos más ejemplos.
Espero que la cita que deja aquí le lleve lectores a su sitio; yo le he respondido sin enviarle al texto original, usted me envía a leerlo, cosa que ya había hecho con bastante anterioridad.
Espero que le vaya bien.
R
PS: Sus intervenciones no me molestan; lea bien lo que le dije desde el inicio: me resultan llamativas y la reiterada inquina de su parte me aburren un poco. Esto último sí, es una cuestión de psicología y de preferencia.
Como sabía que habría de suceder, usted deja un comentario, y, posteriormente, a pesar de que se le responde sin excepción, jamás vuelve retomar una discusión, porque no es de suyo ni revisar lo que dice ni mucho menos sustentar con argumentos lo que señala en el texto de otra persona. Todo bien, le aclaro.
De todas formas, acá tiene una objeción política a la película. Esta es una objeción de izquierdas, las hay de derechas, si también quiere encontrar otras lecturas, aunque esta últimas tienden a señalar mucho más señalamientos formales, legítimos, a mi juicio. La de izquierdas: https://jacobinlat.com/2021/04/25/nomadland-es-una-pelicula-bonita-que-ignora-la-cruda-realidad/ Puede, sin embargo, hallar muchas otras.
Saludos. r
Estimado Sr. Koza. En general suelo apreciar su mirada en esta tarea de recorrer el camino de la pasión por el cine buscando todas las luces que nos ayuden a ver y comprender tanto cuanto sea posible. He leído su crítica y también alguno de los intercambios con quienes sobre ella han opinado. Su opinión sobre el film está bien sostenida y forma un cuerpo coherente. Yo, personalmente y siendo particularmente sensible a este adjetivo, no he encontrado signos de la veta reaccionaria en la obra que nos ocupa. Creo la película tiene rasgos antisistémicos, y una mirada compasiva y empática de quienes eligen o se ven obligados a vivir sin lugar fijo, en general despreciados y demonizados por el americano medio. No creo que genere una catarsis positiva en quienes están estructurados por el sistema de valores mayoritariamente imperante. La cámara me resulto muy placentera y la música complementa muy bien la generación de climas. La idea de que la tribu sólo reúne vencidos no cuaja con lo que la película muestra. Es cierto que no son revolucionarios, pero existe en ellos una importante resistencia a la pérdida del espíritu comunitario.
Un saludo afectuoso.
Estimado Julio:
Gracias por sus palabras.
1. Sobre la música: no creo que esté bien empleada; es un recurso que refuerza constantemente los sentimientos que deben ser asociados y percibidos en todas las escenas, de lo que se predica también una reducción de lo incierto en la recepción. Los usos extradiegéticos de la música, en películas como esta, necesitan ser pensados a fondo, porque hay en esto siempre una forma de extorsión emocional. Habría, además, que no confundir la música con el film. Puede ser agradable el piano de Ludovico Einaudi, pero eso es otra cosa.
2. Yo sí pienso que la forma en la que presenta a la comunidad difusa glosa una forma de conformismo, y ese registro tiene su correlato en el modo que la directora filma la felicidad de los proletarios nómades en el interior de Amazon, un gigante de la venta online que no se caracteriza justamente por ser benévolo con sus empleados y que se le dispensa tres planos generales sobre la fachada de la entrada y luego un par de planos en el interior en el que todo es lustroso y los operarios se sienten bárbaro.
3. Que haya titulado mi nota «los nobles títeres…» indica que en el uso del adjetivo se quiere señalar que los personajes son queribles y amables, pero se desenvuelven en un escenario completamente conformista. Lo que sí me gusta de Nomadland es que transmite un sentido de comunidad.
Otro saludo afectuoso.
R
Koza, usted elije que publicaciones de lectores aparecen o el sitio se las devora misteriosamente? Puede sonar algo irónico pero sinceramente apelo a entender como funciona la mecánica de la página porque un comentario que hice hace un par de días nunca apareció. A diferencia de lo que suele sucederme con sus escritos, no coincido en casi nada de lo que dice sobre todo en cuanto a su simplismo atroz y provocador de resumir esta película en un emoticon. Esta no es una película de imagenes que tienen la contundencia de esos asteriscos tecnológicos sino de encuadres que se ofrecen como puertas que hay que atravesar. No veo por ningún lado esa codificación absolutista que usted le otorga a los planos cual iconos posmodernos. Aprovecho para decirlo aquí a riesgo de no poder recuperar mi comentario. Saludos.
Señor Mat:
1. No, no dejo jamás afuera a un comentario; todo lo que los lectores publican se publica; jamás he desechado un comentario o censurado, excepto si se trata de un insulto a otros redactores (porque si están dirigidos a mí, eventualmente, los dejo). A menudo, sí, tengo reportes de usuarios, incluso del propio señor Prividera o García que dejan comentarios y no se publican. Es un problema del servicio contratado, el que no puedo mejorar por distintas razones que no vienen al caso.
2. Si lee la nota con atención, más allá de su desacuerdo, lejos está la crítica de ejercer un reduccionismo sobre el film. La metáfora del emoticón está relacionado con una forma de señalar cómo el film conjura lo indeterminado y asimismo subraya el sentido de cada plano. Di en un momento un ejemplo muy preciso de ese funcionamiento.
2. ¿Qué entiende usted como encuadre? ¿Los de Amazon? ¿Los empleados durante los paisajes contundentes de la geografía americana? Los encuadres de Nomadland están diseñados para un uso monumental de los paisajes y a señalar detalles específicos. ¿Qué tal ese en el que la señora Francis mea en un tachito? Ese también es un encuadre cerrado con especial atención en el sonido. Lo mismo sucede con los planos generales de la empresa Amazon y la pulcritud interior de la misma.
3. ¿En dónde digo yo que un encuadre es absolutista y posmoderno?
4. Lo último de su comentario supone una acusación difusa y ligera en mi moderación de comentarios. Fíjese otros comentarios de esta publicación y se dará cuenta que su parecer es inapropiado.
Saludos.
R
Koza, en primer término le pido disculpas, me indignó la omisión (que ya ha quedado aclarada) del comentario y por eso el recurso irónico.
1- Entiendo el ejemplo y es una de las partes del filme que mas rechazo, pero hay solo una o a lo sumo dos. Es como querer inválidar «Cantando bajo la lluvia» por dejarse llevar en algún número musical mas de la cuenta. Tenemos que pensar el lugar del que viene el filme, sino la medida es para todas las películas igual y no sería justo, creo.
2- Tengo la sensación que la discusión sobre la categoría de encuadre se vuelve compleja en filmes que forman parte de esta tendencia «Malickeana» de una cámara siempre flotante, en movimiento. De todas formas coincido con usted en una búsqueda paisajística-pictórica constante, pero no encuentro porque eso estaría mal. De nuevo, lo hace Malick y aplaudimos, lo hace Zhao y hablamos de «uso monumental». No veo esa pulcritud de Amazon como un intento de hablar virtuosamente de la empresa. Todo lo contrario, la extrema belleza del afuera en este filme no me genera otra cosa que la impresión de la empresa como un «no lugar» o incluso un lugar en el que uno no entiende porque la gente quisiera estar más que para ganarse unos pesos y salir corriendo al exterior. En un mundo donde el habitat empresarial se extiende mas allá de los edificios que ocupa me parece una hermosa idea del filme.
3- Usted no lo dice pero todo emoticon es absolutista y posmoderno. O usted puede interpretar un emoticon de alguna manera diferente a lo que propone?
4-Quizás interpretó mal el comentario final (y con razón debido a mi conjetura irónica del inicio del cual ya he disculpado). En todo caso le pido disculpas de nuevo. Saludos
Estimado Mat:
1. Todo bien con el tema de la omisión. Jamás de los jamases he borrado un comentario o no lo he subido. Pero este servicio que empleo para alojar el sitio suele tener este problema con los comentarios.
2. Mi forma de analizar un encuadre es siempre respecto del funcionamiento orgánico en la película y en la relación que se establece entre lo que cuenta y cómo lo cuenta. El preciosismo de los paisajes y las locaciones elegidas tienen algo de turismo (ecológico). No veo cómo el film lo incorpora bajo otro concepto. Al menos yo no lo veo. Por otro lado, no considero que el cine de Malick, después de la ya problemática aunque fascinante La delgada línea roja, tiene el mismo esplendor que antaño. He insistido que desde Mundo nuevo, el gran cineasta americano me parece un remedo de sí; sus últimas películas, a mi juicio, lavan los paisajes haciendo de estos postales de la belleza en la Tierra y signos de una presencia numinosa de una espiritualidad abstracta. Lógicamente, la distancia entre el primero y la cineasta china es abismal.
3. No considero el emoticón como absolutista, sí como una modalidad de reducción de la complejidad que toda palabra tiene en una oración y en un texto; es propio de una aceleración de la comunicación y de la necesidad autoimpuesta de respuestas inmediatas que zanjen la extensión de una comunicación. Tampoco leo en esto un signo de la posmodernidad, vocablo que suelo evitar conscientemente excepto cuando me parece indispensable. (Me parece un término impreciso y capcioso, y, en todo caso, un Mcguffin de la discusión filosófica y política).
Le agradezco mucho por la aclaración inicial y final. No me había enojado, pero sí me parecía injusto; me da un gran placer cuando se puede discutir, disentir y pensar con alguien sin la constante furia y mala predisposición que abunda en la esfera pública. Créame, yo puedo responderle, pero si hay algo que no deseo jamás es convencer a alguien sobre lo que yo pienso.
Saludos cordiales.
R
Sin dudas que creemos lo mismo en cuanto a la posibilidad del debate e intercambio de opiniones, Koza. A mi me molesta percibir que hay un ensañamiento con la película que no digo que sea absoluto patrimonio suyo, pero si de ciertas miradas que reivindican al cine clásico minimizando sus intenciones ideológicas y políticas evidentes, como por ejemplo mucha de la obra de John Ford (que se entienda que no estoy cuestionando la grandeza del director y sus aportes) y su complicidad con la consolidación del estilo de vida norteamericano en el imaginario del mundo y sin embargo escarban como sabuesos en filmes como «Nomadland» que justamente llegan para cuestionar el éxito del mito pequeño-burgués en un momento en que los medios de comunicación y las derechas en el mundo están haciendo esfuerzos inmensos por sostener y regresar hacia los típicos valores «ideales» (familia, trabajo, paternidad, sexualidad binaria).
Siento que en este ninguneo a «Nomadland», hay mucho de admiración a esa etapa de consolidación de la cultura yanquie (para la cual el western colaboró muchisimo) y una especie de resentimiento para con películas que cuestionan la sacralidad de ese tipo de «cine de oro» que parece residir en la dimensión intocable de la cinefilia. En el encuentro que usted tuvo con Vicente Monroy se plantearon algunas de estas cosas.
No veo por ningún lado la característica de emoticon, el macrismo emprendedorista ni el apoyo al «trumpismo» tradicional, todas afirmaciones que están presentes en los comentarios de esta publicación. Veo una cineasta que se propuso poner en pantalla el grueso de una población que hoy practica el nomadismo y que incluso puede ser considerada inofensiva al día de la fecha y hasta folclórica emparentándola con mitos como los colonos pioneros o hasta un neo-hipismo, pero que en su crecimiento exponencial y desmesurado quizás este vaticinando formas de vida que parten desde el despojo de una sociedad que las ha ido descartando o utilizando como piezas de cambio. Y usted sabe que el despojo, para muchos cineastas de los 90 en la Argentina era la única forma de experiencia posible y lo que sucedió después en el 2001. Quien le dice que quizás «Nomadland» sea la expresión cinematográfica que vaticine, como lo hicieron las anteriores en nuestro país, la fractura del orden social y sus lazos.
Puntualmente, acerca de las escenas filmadas en un depósito de Amazon, hay que decir que las cosas son así como se muestran en la película, y no hay nada de reaccionario en eso. Son empresas pulcras, de trato amable con sus empleados y que tratan de crear un clima de trabajo casi festivo. En este sentido, la escena no solo no es apolegética de esta siniestra multinacional, sino que refleja una parte de la verdad. Se la podrá criticar a la directora porque no muestra las facetas siniestras de trabajar en estos lugares, desde la falta de cobertura social, pasando por salarios de hambre y siguiendo con jornadas interminables y agotadoras, entre otras muchas «bellezas» pero sucede que Nomadland no es un documental sobre Amazon, y la inteligencia del filme y de la protagonista, es tomar este trabajo tramposo en modo temporal y mandarse a mudar antes que el monstruo de Amazon muestre sus colmillos. Es solo un lugar de paso para Fern. Nada de reaccionario entonces en estas secuencias.
Tiene usted una mirada demasiado benevolente e imaginativa sobre cómo son los interiores de esas empresas. Pero la escena más cuestionable en ese escenario es la de los empleados sintiendo una gran alegría, como si estuvieran trabajando en una cooperativa de trabajo. Eso en un film como este es una decisión de puesta en escena. Si está, está, podría no estar. ¿Y qué tiene que ver con el hecho de no ser un documental? ¿Desde cuándo la ficción no tiene compromisos con la verdad? Esto no es ciencia ficción.
Lo reaccionario no reside en ese pasaje, sino más en el concepto general en el que el proletariado nómade es retratado como pasivo y este está enteramente desligado de cualquier lectura política. Eso es lo reaccionario, en tanto que esa posición no es otra cosa que una mirada del mundo en la que no existe ningún atisbo de ruptura respecto de un medio dado. Esto le permite a la señora Chloé Zhao decir en la entrega de premios de la noche de ayer que su película no es política.
Lo otro reaccionario del film pasa por la gestión sentimental ubica en todo el film. Dicho de otro modo: la compensación sentimental frente a la adaptación social que asume la pauperización de los asalariados americanos; ese tipo de operación es frecuente en películas de esta índole.
Quisiera añadir: una lectura indebida sobre este film es compararlo con Las uvas de la ira. Ese film extraordinario sí transmite iracundia frente a la injusticia, y Ford, que no era justamente un hombre de izquierdas, ni se le ocurrió filmar a la patronal como una comunidad benevolente; este solamente le prodigó a los desposeídos dignidad y bronca. Lo mismo podríamos decir de una obra maestra precedente como El pan de cada día de King Vidor, por citar dos ejemplos notables de la tradición clásica del cine americano.
Y ya que estamos. Si uno compara Nomadland con una película como First Cow se puede aprender muy bien cómo filmar una tradición, cómo filmar sentimientos y cómo saber plasmar lo político sin hacer de esto una cuestión panfletaria que es el gran problema de algunos directores de izquierdas, como suele ser el caso de Ken Loach, capaz de sacrificar gratuitamente a sus personajes con tal de subrayar una idea.
Saludos.
R
Y otro punto genial del filme es que el otro trabajo que vemos desarrollar a Fern es limpiando letrinas. Una ejemplo contundente que a la protagonista no le importa mucho donde trabajar sino solo juntar unos dólares para su subsistencia. Y el parangón de la dos escenas (aunque no son secuencias contiguas) entre la limpieza de letrinas y trabajar en Amazon como trabajos casi equivalentes, me parece un acierto más allá de las intenciones del guión y de la directora.
No sé si es genial, pero sí me parece acertado lo que usted dice sobre el personaje en tanto que no le otorga valoración alguna ni compara esos trabajos.
https://www.vulture.com/article/nomadland-amazon-warehouse-chloe-zhao.html
Cuánta ingenuidad, che. Ya estamos grandes. Ni hablar de que acaban de lograr que sus trabajadores no se sindicalicen en Alabama.
Es un spot del macrismo esta película, muchachos. Emprendedorismo de pobres felices aunque caguen en un balde. No insulten más a Ford que acá no hay ira.
Prividera, donde usted los ve felices? Si yo tomo su concepto de felicidad entonces las películas de neorrealismo italiano «celebraban» el límite de subsistencia en el cual los sobrevivientes de la guerra hacían equilibrio. Por favor! La película intenta correrse de ese lugar dicotómico de festejar o condenar para poner en pantalla una realidad de Estados Unidos que las empresas ocultan detrás de índices falsos de ocupación o subocupación de empleos. Hay una ira más poética y no tan contestataria como si la había en la película de Ford, es claro. Ahora, eso invalida lo exhibido? Donde ve usted el emprendedorismo? Y si lo dice alguien que aborrece al macrismo tanto como ese término que ni siquiera lo reconoce el corrector ortográfico de la PC. En todo caso se muestra gente que entra y sale del sistema para sobrevivir y si en esos pasajes se percibe un mayor espíritu de libertad, porque estaría mal? No era acaso esa especie de pacto lo que dotaba de una habilidad admirable por su capacidad de escapar a las formas de dependencia absoluta del capitalismo al personaje de Misael en «La Libertad» de Lisandro Alonso? Que esta sea una película con mas recursos y embellecimiento de la imagen no la hacen muy diferente en su semántica al «feísmo» de ese filme de Alonso, que incluso el mismo revirtió en sus producciones posteriores con «Jauja» como ápice. Saludos
Toda la respuesta me da la razón. Gracias por la comparación con La libertad, es perfecta.
Que feo ese chovinismo cinematográfico, Prividera. Usted en el fondo sabe que las intenciones de Zhao no son la que usted acusa. Pero algunas cuestiones de la forma y la nacionalidad de la película se le imponen en su discurso. Yo por el contrario veo algo de valentía y lucidez aunque no pueda evitar ciertos vicios que ya mencionó bien Koza en una de sus intervenciones.
Chovinismo? De qué está hablando?
Yo no juzgo las intenciones, ni veo como alguien podría hacerlo. En cuanto a que «se le imponen» a un cineasta cosas, tampoco sería el caso para esa ingenuidad.
Sea como sea, esta película no merece tanta defensa. Y yo tampoco tengo más que decir.
Saludos
El bienintencionalismo del filme expone también su incapacidad estética y política. En ese seguimiento de personas que perdieron todo por la crisis habitacional-financiera de Estados Unidos, y que deciden ejercer un modo de vida centralizado en “motorhomes”, Nomadland saltea entre primeros planos de “nómades” reales que dan su testimonio, mientras vemos los vehículos en movimiento, que nos remiten a las caravanas del western colonial. Así la película se ha convertido en una suerte de defensa a Donald Trump, donde el sentimentalismo testimonial se complementa con ese tradicionalismo vaqueano de laburantes, dispuestos a todo con tal de recuperar ciertas tradiciones. Quizás, con un poco más de lucidez, si Chloe Zhao se tomaba más tiempo podía darse cuenta que entre la pandemia y la toma del Capitolio, contemplaba lo anacrónico de su obra. No así, quienes le entregaron la estatuilla de anoche.
Todos hombres hablando de una película dirigida por una mujer, y protagonizada por una mujer.
Son machistas hasta la médula, si fuese esta película dirigida tal cual lo hizo Chloe, pero realizada por alguno de sus directores «protegidos» del cine cordobés la alabaría.
No, estimada Julieta Cámara, sinceramente no es así; si la película ganadora fuera First Cow, dirigida por Kelly Reichardt, que es por lejos lo mejor que se hizo en Estados Unidos durante el período que se celebraba ayer (o Never Rarely Sometimes Always, de Eliza Hittman, gran película sobre el aborto) yo hubiera festejado por días, como lo hice cuando se estrenó la última película de Martel y lo haré cuando se estrene la increíble comedia de Ana Katz que empezó en Sundance. La lectura de género en este caso, sinceramente, me parece incongruente, más allá de que los participantes sean varones, algo que no me incumbe, en un sentido. Al menos, yo, no me siento incluido en su lectura y objeción, más allá de que usted piense después de mi respuesta lo contrario. Y le invito revisar los textos que he firmado a lo largo de los últimos 20 años. Saludos. R
Hola Roger: ¿Qué le sucede a la gente con respecto a esa susceptibilidad tan a flor de piel? No me voy al extremo de los Haters, pero en el medio hay una gran horda de susceptibles. Por una parte, creo que se ha perdido la capacidad de debatir y todo se lleva al terreno de lo personal o de la defensa del autor del discurso, probablemente porque el mundo todo se ha agrietado e impera la agresividad. Otra razón que se me ocurre es lo que usted llama la religión de la nueva Era, básicamente que la gente se ha acostumbrado al piropo psicológico, comercial y hasta espiritual. Yo le llamaría adolescentización social, el berrinche que oculta una preocupante individualidad. Sepa usted que yo le admiro por su capacidad de análisis y el amor que transmite por el humanista arte del cine (cuando lo es), incluso cuando dice que ciertos actores que yo admiro, para usted sobreactúan… pero da las razones, y eso es suficiente. Lamento haberlo sacado del tema, pero me pareció importante hacer estás aclaraciones, pues yo también las he sufrido, no ya desde la congoja pero sí desde la desilución. Cómo individuo humanista y Espiritual (que es la misma cosa) me apena descubrir que la evolución tecnológica y filosófica no vayan de la mano del comportamiento y la aceptación del prójimo: la segregación aún nos define y la Unidad es cuestión de pocos. Un abrazo.
Muchas gracias por sus palabras. Otro abrazo. R
Buenas noches, Roger. Quisiera saber si recibió un comentario a nombre de Tilda Teichmann. Dado que es la primera vez que lo hago. Muchas gracias. Saludos cordiales
Este es el primer comentario que recibo de usted. Con este debería quedar registrada y lo que escriba quedará. Saludos. R
A veces pienso que quizás puedan pensarse formas alternativas de resistencia. Vos los ves como «los vencidos»; puede que lo sean. Pero orillear en los márgenes del sistema y, sin embargo, sobrevivir y tejer redes, vivir de lo indispensable —aún cuando esta no sea una opción sino una imposición— no deja de haber algo del orden de una toma de conciencia. Sí, trabaja en laburos temporales y las corporaciones se aprovechan de este tipo de colectivos que la película opta simplemente por mostrar. ¿Sucede? Sí, así sucede. ¿Está mal o es repudiable mostrarlo sin evidenciar una toma de posición? No sé, no lo creo. ¿Sería didáctico hacerlo? Nos sentiríamos mejor si así se hiciese? Creo que buscamos que se repudie en la diégesis lo que repudiaríamos, por cierto y con razón, en la vida práctica y efectiva. Pensé un poco en Thoreau cuando la vi y pensé que la propia existencia y sobrevivencia en los márgenes era, sea que fuese una decisión conciente o un resultado de la carambola de las circunstancias, era una forma alternativa de rebeldía. Vattimo dice por ahí que, si hemos de encontrar algún núcleo de resistencia en el futuro lo sería al modo de las antiguas abadías medievales en las que se copiaban a mano manuscritos, es decir, pequeños gestos aislados de desobediencia al sistema de producción industrial. ¿A vos te parece que el film es condescendiente con el? Yo no estoy seguro; me parece que el solo hecho de visibilizar una problemática es válido, aunque sea cheesy y kitsch y aunque sea, efectivamente, una sucesión de emociones listadas y apoyadas por una banda sonora que siempre reafirma y ni siquiera dialoga. Pero no creo que sea reaccionaria, al margen de que sea o no una película indispensable, que no creo que lo sea.
Estimado Nicolás:
1. Concuerdo enteramente con una forma de resistencia que no esté sujeta a una expresión política concreta y que la misma no esté definida por un estilo de choque o combate.
2. La toma de conciencia es una experiencia decisiva frente a cualquier situación dada. Filmar una toma de conciencia requiere precisión y conocimiento. Un ejemplo magnífico de los vaivenes de la conciencia en la que esta conquista el saberse de sí puede observarse en Rosetta y El hijo, dos películas extraordinarias de los Dardenne (y que cito por algunas cosas dichas más arriba). No veo, sinceramente, ni un segundo en todo Nomadland que exista un plano que dé cuenta de una toma de conciencia.
3. Lo repudiable no es si los personajes son conscientes o no de lo que sucede entre ellos y la lógica empresarial transnacional; lo repudiable reside en los tres planos generales sobre la entrada de Amazon y el momento en el que se filma en los interiores de la empresa: ¡La felicidad proletaria existe! La escena del almuerzo es vergonzosa. La directora elige qué y cómo mostrar (o no mostrar) una realidad dada. Y esto sí constituye una posición reaccionaria.
4. Yo no me siento ni mejor ni peor si una película muestra algo de una forma u otra; no voy hacia una película en búsqueda de coincidencias o diferencias; lo que sí me compete a mí es entender cómo funciona el conjunto de escenas en una película y sus enunciaciones generales y microscópicas. Yo no le pido a este film que sea de izquierdas y revolucionaria; observo que su visión de mundo es conservadora y reaccionaria. Eso no es una deficiencia estética, pero sí es una posición política definida.
5. Una deficiencia estética evidente es justamente, entre tantas que tiene, el uso de la música extradiegética; de las acrobacias faciales de la actriz principal, que es un catálogo de gestos sin la menor ambivalencia, se podría escribir un ensayo a la Farber. (El término «acrobacias faciales» es de este).
6. El legado de Thoreau, a quien aún leo en mi vida adulta, es siempre problemático. Un pensador reaccionario como Sebreli lo puede invocar para avivar la desobediencia civil frente a una imaginaria dictadura sanitaria y otros de una posición inversa pueden rememorarla para restituir la amable rebeldía nacida del retiro voluntario ante un orden del mundo. Esta ambivalencia es trabajada hasta el paroxismo por James Benning en Stemple Pass, acaso su película más política e inteligente de todas las que jamás ha hecho.
7. Conozco la apelación de Vattimo, en línea con la restitución de Francisco de Asís y su ética política de vivir con nada que propuso en su momento y casi al unísono por Agamben en Altísima pobreza. Son atendibles, porque toda práctica que desestime la acumulación del Capital y la descentralización de las comunidades humanas de las metrópolis organizadas bajo ese sistema de riquezas ya es en sí importante. Pero no veo en Nomadland ningún gesto de rebeldía, más bien todo es del orden del acatamiento y de una consolación espiritual difusa que acerca al film a todo el conservadurismo New Age.
Un abrazo.
Bastante acertada la crítica. Lo peor de los films como Nomadland, independiente de la identidad de quién la escribe o dirige, es lo condescendientes que son frente a las consecuencias del capitalismo y quienes las padecemos.
Llego tarde a la conversa, recién pude ver hoy la película. Tenía mis reservas, pero debo decir que me parece una buena película. Hay algunas cuestiones menores que no me convencieron -música, cierto paisajismo-, pero no afectan del todo el conjunto, En principio, creo que es una película sobre el duelo de la protagonista, y en ese eje es precisa y limpia, honesta, sensible. El duelo es doble, al menos, tiene que ver con la pérdida de su esposo y también la de su hogar, que están ligadas en su experiencia, Fern es una expulsada como los Joad de Viñas de ira, pero me parece que el tiempo es otro y que el sistema ya no necesita la represión abierta para trazar los límites entre quienes pertenecen y quienes no; en todo caso, signo de los tiempos. Honestamente, no veo felicidad en el personaje principal ni en sus ocasionales acompañantes, hacen lo que pueden y sobreviven como pueden, llevando a cuestas sus dolores. El acierto principal del film consiste para mi en que Fern no se integra las familias disponibles -ni la de la hermana ni la de su pretendiente-, y esto inscribe algo de una ruptura social más amplia. No veo celebración alguna del sistema en el film, y si su filo político es débil, creo que esto se puede leer también como un comentario sobre el mundo en el que les toca vivir a sus criaturas. Ciertamente, hay aquí y allá un tufillo de autoayuda en ciertos diálogos, pero creo que en el conjunto es un film triste sobre gente triste en un mundo aún más triste Saludos