LOS OLVIDADOS: LEWIS MILESTONE
Nacido Lev Milstein en 1895 en los suburbios de Odessa, hijo de un próspero fabricante de ropa judío, a pesar de que su vocación era la de ser actor, a instancias de su familia cursó estudios de ingeniería. En 1913 se fue con lo puesto a los Estados Unidos, donde realizó los más diversos trabajos para ganarse la vida hasta que pudo acomodarse en un estudio de fotografía. En 1917 ingresó en el ejército en el departamento de fotos, lo que le sirvió de aprendizaje inicial para trabajar en cine. En 1919 adoptó la ciudadanía norteamericana y cambió su nombre, ingresando en los estudios de Hollywood como asistente de montaje de Henry King, realizando luego diversos trabajos hasta su debut en la dirección en 1925. A partir ese momento desarrolló una carrera de cuatro décadas hasta su retiro por enfermedad en 1965, trabajando desde los años 50 también en la televisión. Luego de sufrir varios ACV pasó los últimos años de su vida en silla de ruedas hasta su fallecimiento en Los Ángeles en 1980.
Se indicaba más arriba que la obra de Lewis Milestone había sufrido una notoria declinación después de 1948 y es probable que eso haya tenido que ver con la persecución que sufriera a manos del macartismo por sus posturas liberales progresistas, manifestadas en varias de sus películas. No es fácil encontrar rasgos claramente distintivos en las obras de Milestone pero sí se pueden señalar como relevantes su notable aptitud en el manejo de la cámara, en ocasiones bordeando el virtuosismo, una influencia en la planificación y en el uso de los primeros planos del cine mudo soviéticos y, desde lo temático, posiciones ideológicas que, en ocasiones, aparecían como a contrapelo de las dominantes en Hollywood. Tras un par de títulos bastante exitosos en la etapa muda (Two Arabian Nights, The Racket ), en 1930 ganó el Oscar a la mejor dirección y mejor película por Sin novedad en el frente y al año siguiente repitió con la primera versión cinematográfica de Primera Plana. Es posible que para aquellos sectores de la crítica que solo se deslumbran por los premios ganados por los films, a partir de allí su obra haya perdido interés; sin embargo, una mirada atenta y sin prejuicios podrá encontrar en las décadas del 30 y el 40 varios títulos de innegable interés. Milestone tuvo un gran colaborador en el luego director Robert Rossen, quien fue guionista de varios de sus film más atractivos y también, como otros realizadores, tuvo su actor fetiche en Dana Andrews, quien participó en algunas de sus mejores películas. Lo cierto es que Milestone merece -al menos en su obra de las décadas mencionadas- un reconocimiento superior al que buena parte de la crítica le otorga. Va entonces, como siempre, la recomendación de varios de sus films.
***
SIN NOVEDAD EN EL FRENTE (All Quiet at the Western Front, 1930) es una notable adaptación de la novela pacifista de Erich María Remarque, centrada en un grupo de noveles soldados alemanes que se enfrentan por primera vez a una guerra. Con una estructura en forma de atractivas viñetas, alterna momentos de gran intensidad dramática con otros que, por momentos, rozan la picaresca. Un gran clásico del cine bélico.
PRIMERA PLANA (Front Page, 1931) es posible que no tenga la precisión en la puesta de escena de la versión de Howard Hawks ni la recargada virulencia de la posterior de Billy Wilder, pero esta primera adaptación de la obra teatral de Ben Hecht y Charles MacArthur, tiene el suficiente dinamismo y timing para convertirse en un entretenimiento insoslayable, no desprovisto de matices críticos.
LLUVIA (Rain, 1932) es la segunda adaptación del relato de W. Somerset Maughan y narra el enfrentamiento entre una prostituta (excelente Joan Crawford) y un misionero reaccionario. Varias escenas conservan hoy una gran potencia y la lluvia permanente es otro protagonista indiscutible en un film con varios pasajes de interés.
CANTANDO SE VAN LAS PENAS (Hallelujah, I´m a Bum, 1933) está basado en un argumento de Ben Hecht de tintes chaplinescos y está estructurado como un musical de la Depresión, con canciones de Rodgers y Hart que permiten el lucimiento de Al Jolson en el protagónico. Como bienvenido plus está la presencia, en un papel importante, del hoy casi olvidado cómico Harry Langdon.
EL GENERAL MURIO AL AMANECER (The General Died at Dawn, 1936) es un bizarro relato ambientado en la China premaoísta, en el que un mercenario enredado con una chica espía se ofrece para luchar contra un despótico militar chino (un sorprendente y formidable Akim Tamiroff). El film, contra todos los posibles pronósticos, consigue trasmitir una atmósfera perturbadora y enrarecida-
LA FUERZA BRUTA (Of Mice and Men, 1939) es una muy buena adaptación de una novela de John Steinbeck, rodada el mismo año que Viñas de ira, que John Ford realizara sobre el mismo autor. En contraposición con el lirismo del film de Ford, esta película ofrece una mirada desolada y sin concesiones sobre los años de la Depresión, con una notable galería de personajes y varios de los rasgos de la cultura sureña americana (racismo, misoginia, etc.).
LA ESTRELLA DEL NORTE (The North Star, 1943). ¿Realismo socialista en Hollywood, producido por Samuel Goldwyn? Créase o no este es el caso en el que un film sobre un guion de Lillian Hellman, ambientado en una aldea soviética en el que un reparto americano canta y baila canciones populares del lugar y donde, más allá de lo imaginable, Walter Brennan interpreta a un campesino ruso. Una auténtica rareza.
REBELION (Edge of Darkness, 1943) es uno de las tantas películas anti-nazis realizadas durante la guerra, pero en este caso colocándose por encima del nivel medio de los films de propaganda. Planteado como homenaje sobre la resistencia noruega a la ocupación nazi y narrado a través de un gran flashback, el film cuenta con varios momentos de vibrante acción y otros de gran intensidad dramática.
EL CORAZON PURPURA (The Purple Heart, 1944) es otro film de los años de la guerra, en este caso antijaponés, narrando la odisea de ocho pilotos norteamericanos que son sometidos a juicio en una prisión nipona. Más allá del esquematismo para caracterizar a los japoneses y el discurso final de tono triunfalista de Dana Andrews, el film elude el final feliz y en varios pasajes construye un angustiante clima opresivo.
PASEO BAJO EL SOL (A Walk in the Sun, 1945), a diferencia de los anteriores, es un relato intimista, exento de sentimentalismo y triunfalismo, sobre un grupo de soldados que deben realizar una misión tan arriesgada como inútil. Más que ante un film bélico estamos frente a una película –filmado casi en su totalidad en planos cortos- que es un potente estudio de caracteres centrado en las vivencias de los personajes.
EL EXTRAÑO AMOR DE MARTA IVERS (The Strange Love of Martha Ivers, 1946) se inicia con una notable secuencia (un corto dentro del film) que da las pistas centrales sobre los personajes. La acción se desarrolla casi dos décadas después cuando uno de ellos (un jugador profesional con turbio pasado) regresa al pueblo y se reencuentra con los otros dos, una mujer calculadora y fría (notable Barbara Stanwyck), un fiscal pusilánime (el debut de Kirk Douglas) y una muchacha recién salida de la cárcel. Un formidable melodrama noir, desolado y demoledor, con un forzado happy end.
ARCO DE TRIUNFO (Arch of Triumph, 1948) está ambientado en el París de los momentos previos a la Segunda Guerra, adaptando otro relato de Remarque y narra la tortuosa relación entre un refugiado austríaco con una prostituta, con la sombra permanente (casi siempre fuera de campo) de un miembro de la Gestapo. El resultado es un sombrío melodrama, algo estirado, en el que se agradece que no se haya incluido el habitual final feliz de los últimos dos minutos.
*Fotograma de encabezado: 1) Hallelujah, I´m a Bum; 2) Rain; 3) All Quiet at the Western Front.
Jorge García / Copyleft 2021
Últimos Comentarios