PIBAS SUPERPODEROSAS

PIBAS SUPERPODEROSAS

por - Críticas
28 Oct, 2023 08:29 | Sin comentarios
¿Con qué intensidad impactó la “marea verde” en el movimiento estudiantil secundario? ¿Cómo se expresó esa novedad en los discursos, en las intervenciones, en las disyuntivas existenciales de las pibas?

LA JUVENTUD DE LA MAREA VERDE

“Si no pudiéramos inventarnos, cada una y cualquiera, 

más allá del modo en que fuimos construidas, ay de nosotras…”

María Pía López

Ana Belatti, Lorena Morán y Milena Szmukler no poseían superpoderes mientras cursaban la escuela secundaria en el Carlos Pellegrini, de la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, casi al final del trayecto, asumieron esa “gran responsabilidad” que Stan Lee le atribuyó a su criatura arácnida. Ana era la presidenta del Centro de Estudiantes, Mile era Consejera estudiantil y miembro del Consejo Escolar Resolutivo (CER) y Lore era performer e integrante de la Comisión de radio del colegio. Emergentes de las luchas de los feminismos y las disidencias, cada una a su manera, las tres pibas desempeñaron un rol en la trama institucional desmarcándose de los estereotipos, permitiéndose la duda y la vacilación, construyendo comunidad a su alrededor. De hecho, la película que las tiene por protagonistas (Pibas superpoderosas) tomó su nombre de una agrupación creada por estudiantes del Pelle “para acompañarse y visibilizar situaciones de abuso y machismo”. 

Pibas superpoderosas es la primera película en largo y documental de Leonora Kievsky (licenciada en Sociología (UBA), con formación cinematográfica (ENERC), y experiencia en docencia e investigación (en los campos de arte, cultura y medios), que desde hace más de una década, se dedica a la realización independiente). Fue rodada entre 2018 y 2019, mediante una cámara que convivió con Ana, Lorena y Milena y sus compañeres en asambleas y jornadas estudiantiles, en reuniones con autoridades, en clases, en emisiones de la radio escolar, en muestras artísticas, en marchas callejeras. 

Las primeras imágenes del documental funcionan como el plano general que da cuenta del ámbito institucional en el que transcurrirá el relato (la Escuela Carlos Pellegrini, dependiente de la UBA). Antes de subir las escaleras de mármol en zigzag para instalarse, finalmente, entre les estudiantes, la cámara se demora en carteles (“La revolución de las pibas”, “No queremos violentos en nuestra escuela”, “No es no”, entre otros), en bustos de próceres varones (también de mármol), en una de las esfinges magulladas del frente del edificio. 

Esas primeras tomas, serán el molinete por el que el relato, una y otra vez, se moverá desde el pasado hacia el presente. No sólo en relación a la agenda de reivindicaciones de los feminismos y las disidencias (agenda aún dramática en términos de feminicidios y travesticidios), no sólo en relación a las luchas de los estudiantes secundarios, sino en cuanto al devenir político de los últimos cinco años. En este aspecto, Pibas superpoderosas resulta una reivindicación genuina de la escuela pública, de los procedimientos de deliberación democrática que suceden (que pueden suceder) en el marco de la “escuela media”, de la incidencia que esos años de aprendizajes cruciales tienen en la formación ciudadana y en la arquitectura subjetiva de pibes y pibas. Sobre todo, la película pone el foco en el papel primordial jugado por las pibas cuya adolescencia irrumpió al calor de la “marea verde” y el NiUnaMenos.

Plantado el punto de vista en la voluntad de documentar discursos y acciones desde la perspectiva de las estudiantes, la cámara cederá la palabra a las tres activistas que, a su vez, van a interactuar, alternadamente, con sus pares, con autoridades y con profesores. A lo largo del documental, como un apéndice de sus cuerpas, la cámara les escoltará a través de manifestaciones y festejos callejeros, en ensayos y en asambleas, en discusiones en las que la condición de género (imposiciones culturales, determinaciones biologicistas, prejuicios y tabúes, violencia intrafamiliar) estará en el centro de las preocupaciones del conjunto de alumnas y alumnos.

Con confianza innegable en su herramienta, con pulso preciso para sostener los encuadres, la directora recorta y desparrama fragmentos de clases en los que algunos profesores mencionan textos y autor@s que se convertirán en la bibliografía virtual de la película. Las referencias a Beatriz/Paul B. Preciado (“Después de un movimiento de transformación identitaria hoy estamos hablando de la misma persona pero de otra persona”), a Sor Juana (“¿Quién otro habla en la boca de Sor Juana? ¡La mujer que empieza a decir..!”), se suman a la letra de las canciones que, en distintas escenas del film, configuran el guion expandido de Pibas superpoderosas

Entre las reflexiones colectivas sobre la identidad de género y la movilización contra el “gatillo fácil” o el 24 de marzo o el 19 de septiembre, junto a las propuestas para mejorar el sistema de evaluación anual (que les Consejeres estudiantiles defienden frente a las autoridades del colegio), destaca una suerte de reseña colateral sobre la experiencia radial. “Pensamos mucho en qué significa hacer radio en un secundario, a quién le hablábamos, quiénes hablábamos. Dejamos de pensar, únicamente, en militar en partidos orgánicos y, de repente, se bifurcó (sic) en un montón de posibilidades para pensar el arte y la comunicación como otra herramienta para hacer política. Creo que ése fue un poco el espíritu de la radio Pelle… Me parece reloco que seamos todes tan jóvenes y hayamos elegido la radio como medio de comunicación… Ahora que es todo la imagen, la imagen, lo audiovisual, para mí, tiene algo de disruptivo el hacer radio. Bueno, es un momento en el que vas a escuchar voces y no vas a ver nada…”, cuenta al aire, una de las fundadoras de ese experimento.

Otro momento singular del documental, es la cobertura del viaje que realizan las pibas del Pelle al 34º Encuentro Plurinacional de Mujeres que, en 2019, tuvo lugar en La Plata. Las exposiciones enfatizando la necesidad de un feminismo “más amplio” que dé cuenta de la heterogeneidad (de clase, de etnias) que el movimiento transita en la Argentina, así como la insistencia en que, en el marco de la sociedad capitalista, “hay cosas que queremos vivenciar como libertades y que quedan en un discurso muy liberal… se nota muchísimo a nivel cuerpo: ‘ay, con mi cuerpo hago lo que quiero’… y no, en un mandato supercapitalista el cuerpo es hegemónico y no podemos hacer lo que queremos con el cuerpo”, señalan la vigencia desgarradora de todo lo que muestra el filme.  

Vista desde 2023, Pibas superpoderosas resulta bastante más que el testimonio en primera persona de tres adolescentes a punto de terminar la escuela secundaria. Leonora Kievsky diseña un documento de época que, desde la voz de esas pibas, revaloriza la política como herramienta de transformación y la transformación, cualquiera sea, como proceso colectivo que demanda ecualizar las diferencias. Así lo declara la oradora durante un acto en el Cabildo: “Somos la juventud que participó del Cordobazo, somos la juventud de la marea verde, somos la juventud que dio cada una de las luchas para conseguir una educación pública de calidad… y por eso estamos acá para homenajear a les compañeres detenides-desaparecides de la Noche de los Lápices, en las calles, entendiendo que es el único método de transformación… la tenemos clara y sabemos lo que queremos”.

María Iribarren / Copyleft 2023