PRIEST. EL VENGADOR / PRIEST
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
LOS NUEVOS CRUZADOS
Priest. El vengador / Priest, EE.UU., 2011.
Dirigida por Scott Charles Stewart. Escrita por Cory Goodman y Min-Woo Hyung
° Sin valor
Un síntoma interesante, una película insignificante.
La religión cristiana es invencible, y en el cine pasa por un momento de esplendor. Hay para todos los gustos. Para cristianos compasivos está la extraordinaria Dioses y hombres, para los heterodoxos El árbol de la vida, para los contemplativos El gran silencio, para los literalistas El rito, y para los conservadores Encontrarás dragones. Si uno tiene gustos góticos y el paganismo trash característico de la cultura metálica le sienta bien, Priest. El vengador es la película a elegir.
En un tiempo impreciso, la humanidad vive protegida por un clero cristiano genérico: pastores y policías del alma. En esta teocracia apocalíptica que funciona en una metrópolis sin nombre el mantra callejero y omnipresente es preciso: quien desobedece a Dios lo ofende. La cara de Dios se asemeja a la de un monseñor (Christopher Plummer), y para confesarse con este Gran Hermano celestial hay un confesionario electrónico: uno chatea con su confesor, que parece más un contestador automático que un alma virtuosa dispuesta a aliviar las tribulaciones de un mortal sumido en las tinieblas.
En una introducción animada, Scott Charles Stewart, un director proclive a la ciencia ficción apocalíptica y religiosa (Legión), explica un enfrentamiento mítico entre vampiros y hombres. Hubo una guerra, y en esta batalla entre especies surgieron unos curas con poderes extraordinarios, capaces de vencer a los compatriotas de Drácula. Después de la victoria humana, los curas perdieron su investidura y fueron olvidados. La paz reinó desde entonces.
Sin embargo, un cura (Paul Bettany) cree que los vampiros han regresado, lo que contradice la historia oficial y el control del clero, pues su sobrina, aparentemente, ha sido secuestrada por los míticos enemigos, liderados por un nuevo tipo de vampiro. Naturalmente, el cura será un disidente e irá en búsqueda de la hija de su hermano. Habrá sorpresas.
Desprovista de humor, y estoica y unidimensional como su protagonista, Priest. El vengador es un pastiche mecánico en donde Más amor que odio se cruza con 1984, Ciudad en tinieblas y varios otros títulos del western y la ciencia ficción que protegen a este filme de su condena eterna. La presencia de Brad Dourif en un papel secundario y algunos pasajes en un desierto de sal contrarrestan ligeramente este despropósito destinado a un supuesto público adolescente. La fe es infinita y mueve montañas.
Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior durante el mes de junio 2011
Roger Koza / Copyleft 2011
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