LOS OLVIDADOS: HELMUT KÄUTNER
Nacido en Dusseldorf en 1908, casi nada se sabe de sus años de juventud, pero sí que comenzó a trabajar en cine durante el nazismo, debutando como director en 1939. En su obra previa al final de la guerra pueden destacarse dos títulos valiosos, Romanza en clave menor (1943) y La paloma (1944), esta última no autorizada en Alemania. El hecho de que en sus películas no se detectara ninguna propaganda -explícita o implícita del régimen – le permitió seguir filmando después de la guerra, en una carrera de cuatro décadas en la que rodó títulos (varios atractivos) en diversos géneros, como melodramas, comedias (alegres y dramáticas), musicales y relatos románticos. A fines de los 50 fue a probar suerte en Hollywood, pero los dos films que rodó allí no tuvieron éxito, ni de público ni de crítica, por lo que retornó a su país natal donde, luego del Manifiesto Oberhausen, su trabajo se centró principalmente en la televisión. En su país consiguió varios premios y reconocimientos, pero hoy su obra es casi desconocida fuera de Alemania. Helmut Käutner falleció en Múnich, en 1980.
Tema complejo el de los realizadores alemanes que trabajaron durante el nazismo sin efectuar ninguna propaganda a favor del régimen pero sin tampoco cuestionarlo. Seguramente no se puede acusar de nazi a Helmut Käutner por haber rodado películas en Alemania entre 1939 y 1945, pero la pregunta es si el solo hecho de filmar en su país, sin que en sus películas aparezca ninguna referencia al nazismo imperante, no supone una forma de complicidad. Muchísimos trabajadores del cine (directores, actores, actrices, guionistas y otros técnicos) se exiliaron de su país a partir de que Hitler asumiera el poder. La pregunta es, desde luego trasladable a otros países (En España, bajo el franquismo, en Argentina, también, en los años de la dictadura. Entre nosotros hubo gente del rubro cinematográfico secuestrada, desaparecida o asesinada, otra que traficó obras complacientes con la dictadura y también directores que lograron sortear la censura y hacer referencia oblicua a lo que se vivía en la Argentina en esos años, como Adolfo Aristarain). Pero pasemos al cine de Helmut Käutner. En los años mencionados realizó, como se dijo, al menos dos obras valiosas, Romanza en clave menor y La paloma. En los años posteriores a la guerra, Käutner desarrolló una filmografía bastante ecléctica. En sus mejores films abordó los efectos del nazismo sobre la vida cotidiana, la división de Alemania después de la guerra, la conducta de algunos militares nazis que rechazaban al régimen, entre otras. Esos films se caracterizan por una mirada pesimista y finales generalmente amargos y desolados. En el aspecto formal hay que destacar en el director su trabajo en la dirección de actores, la fluidez de su trabajo con la cámara que, en ocasiones, bordeaba el virtuosismo (sus travellings son notables), su utilización de la profundidad de campo y el uso dramático de los primeros planos. Otro rasgo para señalar es su capacidad para intercalar en un mismo film, momentos humorísticos con otros dramáticos y también en algunas obras mostró predisposición para desarrollar escenas oníricas, casi surrealistas, no siempre logradas. A partir del surgimiento en los años 60, una camada de nuevo directores modificaron de manera definitiva los rumbos del cine alemán; de ahí en más, el trabajo de Käutner se concentró mayoritariamente en la televisión. Sin duda, el cineasta alemán realizó varias películas que merecen ser recordadas, algunas de ellas recomendaremos a continuación.
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ROMANZA EN CLAVE MENOR (Romanze in Moll, 1943) es una adaptación de un relato de Guy de Maupassant en el que una mujer casada es acosada por otros dos hombres. El trabajo de cámara es notable; también lo es la definición de caracteres. Se trata de un film que comienza en un tono de comedia pero se va oscureciendo progresivamente hasta desembocar en un final definitivamente trágico. Un film sorprendente en varios aspectos.
LA PALOMA (Große Freiheit Nr. 7, 1944) . Un marinero retirado es ahora cantante de un cabaret y ante el pedido de su hermano moribundo decide hacerse cargo de su novia, una muchacha desprejuiciada. Poco a poco, ve cómo sus sentimientos hacia ella evolucionan del papel protector al enamoramiento. Como ocurre con frecuencia en los films del director sus deseos se verán frustrados y volverá a hacerse a la mar con dos viejos compañeros.
BAJO LOS PUENTES (Unter den Brückenm 1946) fue filmada antes del final de la guerra: dos barqueros amigos que buscan casarse y cambiar de vida se enamoran de la misma enigmática muchacha. La película es una lejana antecesora de Jules et Jim, desarrollando un tono de comedia al que la soledad de los protagonistas le proporciona algunos toques dramáticos. De todos modos, uno de los films más optimistas del director.
SIETE JORNADAS ( In jenen Tagen, 1947) es un curioso film en episodios en el que el narrador es un automóvil que traslada a diferentes pasajeros en los días del nazismo. Muy interesante galería de personajes de diferente extracción social en un film que presenta una mirada crítica y poco complaciente sobre los protagonistas y donde solo la última historia escapa al tono amargo y pesimista que impregna casi todo el film.
EPÍLOGO (Epilog – Das Geheimnis der Orplid, 1950) tiene como punto de partida el intento de un periodista de averiguar las causas de la misteriosa desaparición de un yate de lujo en el que se celebraba una fiesta de boda. Con el tratamiento de un film coral, con numerosos y variopintos personajes, el film es, antes que nada, la minuciosa crónica de la frustración de un investigador ante un hecho enigmático.
EL ÚLTIMO PUENTE (Die letzte Brücke, 1954) está ambientada en la Segunda Guerra, durante la ocupación nazi de Yugoslavia, donde una enfermera alemana, a la sazón en relación con uno de los ocupantes, es secuestrada por un grupo guerrillero serbio. Allí, a través de su relación con el jefe del grupo, verá tambalear muchas de sus convicciones, en un film que tiene un progresivo crescendo dramático y que, como es de rigor en las mejores películas del director, terminará dramáticamente.
EL GENERAL DEL DIABLO ( Des Teufels General, 1955) está centrado en un militar, ingeniero y as de la aviación nazi, del que, en una fiesta, que ocupa la primera parte del film, nos enteramos de que es opositor al régimen. Detenido por la Gestapo, sufrirá numerosas penurias y vejaciones, incluida un simulacro de fusilamiento, y terminará ayudando a numerosos judíos a escapar de la brutalidad del nazismo.
EL REY LOCO (Ludwig II: Glanz und Ende eines Königs, 1955) es una primera aproximación a la figura de Ludwig II de Baviera en un barroco y romántico melodrama de gran presupuesto, centrado en un personaje extravagante, más interesado en las artes y la belleza que en la política, que morirá misteriosamente ahogado. Lo mejor del film es su último tercio, con el personaje cada vez más solo y desequilibrado, convertido casi en una figura trágica.
CIELO SIN ESTRELLAS (Himmel ohne Sterne, 1955) está centrado en la relación entre un policía fronterizo del lado Oeste de Alemania y una muchacha obrera que vive en el lado Este y debe cruzar periódicamente la frontera para ver a su hijo a cargo de los padres de su marido muerto. Cuando ella decide secuestrar al pequeño y llevárselo, la situación entrará en una inexorable espiral dramática que culminará de la peor manera. Notable melodrama, y tal vez la mejor película del director.UN AMOR DE PARÍS (Mompti, 1957): un joven pintor de origen húngaro, que lleva una vida bohemia en París, se encuentra de manera casual con una muchacha (una jovencísima Romy Schneider), quien le asegura ser una rica heredera cuando en realidad es huérfana. Cuando se descubre la verdad, el tono de comedia ligera de la película va cambiando hasta desembocar en un melodramático final. (Varias escenas oníricas del muchacho no favorecen el desarrollo de la trama).
Jorge García / Copyleft 2024
Enorme director, uno de los mejores del cine alemán. Corto-pego algunos apuntes sobre otras películas destacadas suyas:
Bildnis einer unbekannten (1954): Un film donde se impone la vena romántica de Käutner. Fascinación a primera vista, un equívoco producto de un falso retrato desnudo, el sacrificio personal, son ingredientes que podrían apuntar a un drama, pero la película se decanta progresivamente hacia la comedia con extraordinaria sutileza, a base de la fina ironía de sus ingeniosos diálogos, una pareja protagónica brillante y un ágil ritmo narrativo dentro de una puesta en escena que apuesta por dinamismo visual, muy apropiado para una obra que celebra la vitalidad.
Die Rote (1962): Entre el drama romántico y el cine negro, Käutner volvía a transitar por algunos de sus géneros favoritos en una obra de curioso discurrir. Una mujer abandona su pasado sentimental tomando por azar un tren que le lleva a Venecia, donde se ve envuelta en un asunto criminal. En primera instancia varios flashbacks muy breves y la voz en off de la protagonista nos informan de sus relaciones pasadas, una exploración que parece va a ser el leitmotiv del film antes de que las personas que va conociendo en Venecia tomen el relevo. El pasado sigue siendo clave, puesto que los ecos del nazismo se hacen presentes. De hecho la película transcurre en una Venecia invernal, un espacio fantasmagórico, casi onírico, poblado por personajes en un limbo existencial. También se puede interpretar como la materialización física de esa nebulosa en la que habría quedado instalada la herencia nazi, formada por una combinación de impunidad y olvido. Por otro lado, me parece percibir cierta influencia de El tercer hombre en el tono, en los detalles argumentales, incluso musicales. Aun sin el tour de force visual que se marca Reed en su obra maestra, Käutner traslada a la perfección la desolación, negrura y el carácter ocasionalmente espectral de los escenarios venecianos.
Konïgskinder (1950): Käutner entregaba una curiosa variante de trümmerfilm, una comedia romántica y social sobre el trasfondo ruinoso de la posguerra alemana. Una princesa y sus tres acompañantes regresan sin dinero a un castillo destartalado tras la guerra, como si nada hubiera cambiado, con la obsesión de mantener unas liturgias que (especialmente) en esta situación se antojan ridículas. Cuestiones como la ocupación, el mercado negro o la inflación sirven como contexto y alimento cómico, siempre con la estratificación social como principal línea argumental, claro está. Käutner realiza una obra llena de movimiento visual y dialéctico, pero siempre bajo control, elegante en las formas y de eficaz ejecución.
Wir machen Musik (1942): Otra comedia romántica de Käutner en tiempos del régimen nazi, con más presencia musical de lo que ya era habitual en él por entonces, hasta casi ser adscribible al género (la música es en principio diegética, aunque hay algún refuerzo extradiegético, y las letras por lo general no se refieren directamente a la acción). Lo que describe el film es la clásica historia de amor en la que se produce el enamoramiento, la unión, la crisis y la reconciliación, entre un profesor y aspirante a músico «serio» y una alumna más práctica en su enfoque musical. Vista hoy se antoja rematadamente machista, pero sí que hay algún conato de guerra de sexos. La gran baza del film es, una vez más, la puesta en escena de Käutner, el dinamismo y la precisión de sus movimientos de cámara, del trabajo sobre los elementos escénicos. Resultan llamativos, por cierto, un par de velados recordatorios de que hay una guerra en marcha, puesto que la película tiene ambientación contemporánea, aunque son más anecdóticos que otra cosa.
Der Rest ist Schweigen (1959): Käutner se lleva a Hamlet a la Alemania posbélica, en el cuerpo del hijo de un joven profesor de Harvard que regresa a su país natal después de muchos años con la intención de averiguar la verdadera causa de la muerte de su padre. La turbiedad moral del referente literario encuentra fácil acomodo en un país con semejante pasado reciente (¿qué no olería a podrido por entonces?) y Käutner sabe impregnar las imágenes de la grisura y el tono sombrío más adecuado. De alguna manera resulta fiel al original sin dejarse sentir encorsetado en todo el metraje.
Kleider machen Leute (1940): Esta tempranera obra de Kaütner es una comedia de época sobre un sastre soñador que es tomado por un conde debido a la levita que porta, la que precisamente propició su despido y sirvió de finiquito tras haberla cortado a su propia medida en un arrebato. El film trata evidentemente sobre la estratificación social de manera leve y ligera, pero no creo que complaciente. El desarrollo es un poco previsible, incluso insiste con demasiada recurrencia en las típicas reacciones de la gente que le rodea achacando a su nobleza cualquier cosa que haga o diga, incluso cuando niega ser un conde. Pero la película tiene mucho encanto, un aire de cuento (es un poco Cenicienta por momentos), con ese blanco y negro luminoso y brillante, cierta musicalidad en su fluir visual, y es difícil no simpatizar con el gran Heinz Rühmann en su papel protagónico. Me llama la atención el préstamo de Hamlet en la estupenda escena musical que precipita el desenlace, y en general toda la puesta en escena ya apunta las grandes maneras de Kaütner. Hay por ejemplo un brillante montaje a base de match cuts para ilustrar el desarrollo del personaje en un momento determinado que, eso sí, incluye la muy grosera metáfora de la transformación de un pájaro corriente en un pavo real, pero tampoco molesta en el contexto cómico en el que se mueve la película.
Schwarzer Kies (1961): La violencia, y no necesariamente la física, preside esta incómoda película alemana, en la que todavía supuran las heridas provocadas por la Segunda Guerra Mundial. Localizada en los alrededores de una base americana, hay una evidente fricción entre los estadounidenses y la población local, derivada en buena parte del estatus económico (no es casualidad que se muestre la recurrencia de las relaciones entre estadounidenses y alemanas), pero también una soterrada herencia nazi que en cualquier momento puede emerger. Todavía bajo una fuerte influencia del cine negro, el malestar moral de los personajes les convierte en seres atrapados por su pasado. En ocasiones un poco burda, quizás también se echa de menos un poco más de concreción en su tramo final, pero no deja de ser una obra con pegada.
Der Hauptmann von Köpenick (1956): Una nueva versión de la famosa obra de Carl Zuckmayer que adaptaba a la escena un célebre suceso de principios de siglo, cuando un hombre disfrazado de capitán irrumpió en el ayuntamiento de Köpenick y consiguió que le dieran toda el dinero de sus arcas. Si la versión dirigida por Richard Oswald en 1931, mismo año del estreno teatral, se recreaba más en dicha acción, Käutner presta más atención a los precedentes, que ocupan dos tercios del metraje, siguiendo con mayor fidelidad el desarrollo de la obra de teatro, que abunda en la descripción de la sociedad prusiana como profundamente militarista, reglamentada y jerarquizada, cuadriculada y obediente. La capacidad de resonancia no puede ser la misma que en vísperas de la toma del poder nazi, pero la dimensión satírica y la sorna del material es incuestionable, y Käutner lo maneja con habilidad confrontando la inflexibildad maquinal de la sociedad que describe con la calidez humana de su protagonista, que termina infectando en buena medida las imágenes del film.
Die Zürcher Verlobung (1957): El mismo año en que realizaba Mopti, Käutner entregaba otra comedia romántica, sobre el amor a primera vista de una aspirante a guionista que, fabulando con su sentimiento, escribe un guión seleccionado por un director que resulta ser el mejor amigo del objeto de sus desvelos. Si bien es quizás más ortodoxa que la otra, recordando a las comedias clásicas americanas, su juego entre la realidad diegética y la presunta ficción guionizada resulta bastante singular. Es una película simpática, que quizás peca de evidente en su desarrollo argumental, pero se disfruta, también gracias a un sólido trabajo de Käutner tras las cámaras.
Muy bueno el analisis sobre la vida cinematografica del director Kautner. Por una inquietud que broto, al ver la pelicula documental dirigida por la directora austriaca Christleb «Pandara Legacy» sobre la trayectoria del director del cine mudo Pabs, quien con su compañera, realizo cine en la alemania nazi y colaboro con la documentalista Riensthal,Como escaparon del regimen, sin ser mencionados luego de la terminacion del nazismo?