EL JOVEN FANTÁSTICO

EL JOVEN FANTÁSTICO

por - Entrevistas
16 Ago, 2024 11:55 | Sin comentarios
El joven director de 32 años cuenta cómo trabajó por 10 años en El escuerzo, su ópera prima.

A los cineastas latinoamericanos, si no dedican su tiempo a retratar la desigualdad que aqueja a sus sociedades y temas afines, se les permite ejercer su restringida libertad creativa en esa invención castradora llamada realismo mágico. El sofisticado desborde de la razón es para quienes detentan madurez en el silogismo y tienen en su haber ciencia. Transgredir lúdicamente los límites de la realidad es cosa de artistas “evolucionados”. En efecto, a un cineasta primerizo de la ciudad de Córdoba no le corresponde. Además, el fantástico en el cine requiere de recursos abundantes, y no era ayer, y menos hoy, un tiempo propicio para hacerse de un presupuesto capaz de solventar escenas que precisan de criaturas y paisajes inhallables en la realidad. 

A sus 22 años, Augusto Sinay leyó un cuento breve de Leopoldo Lugones e imaginó una película. Tardó diez años en estrenarla, y por tener tiempo pudo expandir la anécdota inicial del relato en una historia que tiene como fondo la Guerra de la Triple Alianza, algo que no pertenece a El escuerzo de Lugones, pero que sin traicionarlo enriquece su transposición cinematográfica. Partiendo de la simpleza de una leyenda y una creencia popular, Sinay revistió la inspiración literaria con signos de mayor volumen semántico. Añadió el contexto de la inescrupulosa guerra del siglo XIX, sumó personajes nuevos (desertores, sacerdotes, chamanes, reos) y viró una superstición menor en el puntapié de una actitud frente a cualquier creencia infundada que sobrevive a su inconsistencia por fuerza de la transmisión y el miedo.

Con El escuerzo se suma un indesmentible talento joven al presente del cine argentino. La pasión y la dedicación que le ha prodigado a su película es poco frecuente. Con él, además, eso que se denominó “Nuevo cine cordobés” vuelve a cobrar algo de sentido. Así como una cineasta de la misma edad de Sinay como María Aparicio ya ha devenido en la cineasta autoral por antonomasia de la provincia, el cine de género tiene ahora un nombre fuerte para darle un impulso mayor al cine local. A quien, como Sinay, tiene el intenso deseo de filmar no lo detiene la inclemencia de una época. Sinay filmará como pueda y sobrevivirá, incluso si un mal día cualquiera un escuerzo odiador del cine intenta tragárselo.

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Augusto Sinay

Roger Koza: Empecemos por la leyenda y el cuento breve de Leopoldo Lugones. Es evidente que es una referencia, pero también lo es la profusa interpretación que les confiere a dos páginas. ¿Cómo fue entonces el trabajo de expandir la referencia textual hasta convertir la película en un relato fantástico? 

El escuerzo

RK: La placa inicial introduce sin ambages el contexto del relato: la Guerra de la Triple Alianza. Hay huellas concretas de ese período, acaso dispersas, pero que funcionan como un contrapunto. ¿Por qué necesitó trabajar ese contrapunto respecto de una leyenda que podía funcionar sin él?

RK: ¿Por qué eligió la figura del desertor para poner en movimiento la trama? 

RK: Si se presta atención a los diálogos, no solamente a la entonación, sino al vocabulario y la construcción de oraciones, la película evidencia una exactitud ostensible. ¿Cómo escribió la interacción verbal en la película?

El escuerzo

RK: El relato avanza conforme a la leyenda, pero al mismo tiempo agrega otras capas de creencias. Están los religiosos que representan a España y asimismo los curanderos. ¿Por qué eligió yuxtaponer creencias diversas para la trama? En principio, su película es un examen de la relación que se tiene con las creencias.

El escuerzo

RK: El cine fantástico en la Argentina cuenta con una limitación de presupuesto. El ingenio ha sido un insumo capital para El escuerzo. Hay una escena en la que el personaje está en el interior de las vísceras de un animal. ¿Cómo trabajaron sobre esos efectos, que lucen como si se estuviera viendo una de las primeras películas de David Cronenberg? 

RK: El sonido es una materia aparte. Lo que pasa con él es destacable desde cualquier punto de vista. ¿Concibió el concepto sonoro antes o después de filmar? Hay detalles sorprendentes.

El intruso

RK: ¿Usted elegía los encuadres? Hay varios pasajes muy complejos y otros de gran placer óptico. El momento antes de que el personaje principal se encuentre con los cuatreros, por ejemplo, parece esperar el viento de la noche que mueve los pastizales. Esos detalles de composición son notorios y notables.

El escuerzo

RK: ¿Cuáles son sus referentes en el cine y cómo se ubica usted en la cinematografía que despuntó en Córdoba una década y media atrás?

*Publicada en otra versión en Revista Ñ en el mes de agosto.

Roger Koza / Copyleft 2024