PROGRAMACIÓN COMPLETA AGOSTO 2011
Votar o no votar, o qué votar, ésa es la cuestión: al menos durante el mes en curso, nuestra vida cotidiana estará signada por las urnas. Como siempre, estarán aquellos que desprecian en secreto el acto cívico que define la vida democrática, estarán los que intuyen el valor intrínseco que implica elegir representantes, los que se apasionan, los indiferentes e incrédulos, los que recién llegan a la mayoría de edad para votar y quizás experimentan un impensado entusiasmo.
La política y sus actores, siempre bajo sospecha, pues el lugar común y en parte la evidencia es señalar al político como un ladrón, tienen que rendir examen ante la supuesta decencia del votante, como si no hubiera un orden de continuidad entre el representado y el representante, como si la dirigencia viniese de un mundo maculado al que no pertenece el ciudadano indignado, que cree que la corrupción corresponde solamente a esos reos que viven en un congreso. Ese dualismo no es casual, ni mucho menos inocente. Es un resabio de un tiempo sombrío, un reflejo condicionado que lleva a sospechar de la política como actividad y que lleva a menudo, por ejemplo a muchos docentes, a pensar que la política en la vida adolescente es una distracción más perjudicial que la revolución hormonal que padecen sus alumnos. Es también lo que habilita la cobardía y la difamación impersonal contra todos aquellos que sí deciden dar la cara y eventualmente comprometerse en el destino de una sociedad y un pueblo. El cinismo cibernético y la militancia del mail en cadena son propios de un civismo atávico característico de un pasado en el que hacer silencio era sinónimo de salud. Es su contracara, el correlato inverso y perverso de aquello devenido en participación. A la distancia siempre es fácil ser incendiario y un alcahuete profesional de la indignación.
¿Pero por qué hablar de política en un editorial de un cineclub? Es notable observar cómo el spot político copia la gramática del cine. Cada spot remite a un tráiler, a una película futura, en donde se condensan diversas fantasías. Hay héroes, villanos, un mal que debe ser conjurado; fundamentalmente, se debe vender un relato. La música juega un rol central, y está claro que el modo de pensar la inserción musical proviene de una estética que nos lleva a California. Hollywood es el paradigma, la forma secreta que organiza la epopeya del candidato. En este sentido, mal que les pese a muchos, la sociedad del espectáculo va más allá del éxito de un cómico berreta devenido en protagonista advenedizo de la vida política nacional; la política del espectáculo y el espectáculo como política hace rato que predominan y organizan el imaginario social.
Por eso importa la forma cinematográfica. Ver otro sistema de representación cinematográfica es indirectamente alejarse de la lógica del espectáculo. Una tarea política necesaria, tal vez urgente, consiste en restablecer una experiencia sensible e inteligente con las imágenes. Un cineclub puede aportar algo al respecto, pues, en última instancia, la forma cinematográfica es una forma de lucha, y las luchas de hoy tienen una forma en la que se devela una ideología. Saber mirar, aprender a hacerlo, es uno de los requerimientos de cualquier sujeto que aspire a emanciparse y conjurar la enajenación sistemática en la que las imágenes son portadoras de un veneno capaz de lograr el insólito gesto de regalar nuestro tiempo a un sinfín de sinvergüenzas. Esos que definen las pautas del esparcimiento y que propagan la psicosis colectiva en un carnaval infinito en el que baila y se confiesa una sociedad, la del espectáculo, la nuestra.
Roger Koza, programador.
LA CUMBRE: EN EL CINE LUIS BERTI, BELGRANO 470
3 de agosto, a las 20.30hs:
La vida sublime, de Daniel Villamediana, España, 2010
90’/ ATP
Cortometraje: Fin (8’), de Artavazd Peleshyan, Armenia, 1993
10 de agosto, a las 20.30hs:
Un hombre que grita, de Mahamat Saleh Haroun, Chad-Francia-Bélgica, 2010
92’/ ATP
Cortometraje: En rachâchant (7’), de Danièle Huillet y Jean-Marie Straub, Francia, 1982
17 de agosto, a las 20.30hs:
Un lugar en el cine, de Alberto Morais, España, 2008
106’/ ATP
Cortometraje, a las 20.20hs: Carl Theodor Dreyer (28’), de Jörgen Roos, Dinamarca, 1966
24 de agosto, a las 20.30hs: Hong Sang-soo en foco
Mujer en la playa, de Hong Sang-soo, Corea del Sur, 2006
127’ / +13
Cortometraje: El hipocampo (14’), de Jean Painlevé, Francia, 1933
PELÍCULA DEL MES
31 de agosto, a las 20.30hs: John Ford en foco
Siete mujeres, de John Ford, EE.UU., 1966
87’ / ATP
Cortometraje: José Maza, el viajero del cielo (13’), de Patricio Guzmán, Chile, 2010
Qué buen texto, Roger. Ahora que estoy leyendo a Jean-Louis Comolli esto que escribiste se enlaza perfectamente con mucho de lo que sostiene a propósito del vinculo cine-espectáculo y la posibilidad de otra mirada. Leía cómo el mercado funciona perpetrando un tipo de espectador a partir de las formas de la imagen (que no son más que formas de la duración); por ejemplo, en la televisión francesa se impone un mínimo de planos en un telefilme: ¡no menos de 1.200 en el lapso de 90 minutos! O sea que estamos hablando de planos que duran aproximadamente cuatro segundos cada uno. Velocidad, consumo y obturación del pensar van de la mano; de este modo, en su fugacidad, no podemos habitar/pensar/observar/detenernos en los planos.
Gracias, Roger. Un abrazo.
edf
Ema: la lectura de Comolli me es cercana. Simplemente eso. Gracias por pasar por aquí. RK
Gloriosa editorial. Siga así Roger.
Saludos desde la tierra donde casi gana «un cómico berreta devenido en protagonista advenedizo de la vida política nacional» ja.
Bruno: muchas gracias. RK
Bien querido Roger, justamente y en relación con tu lúcido texto encuentro oportuno dejar la dirección del «Cinéfilo Bar» donde encontrarán el texto crítico y las películas del ciclo que comenzamos en Julio intitulado:
«Que se vayan todos. Películas que deberías ver antes de ir a votar» http://cinefilobar.wordpress.com/2011/07/05/57-martes-del-septimo-arte-caballero-sin-espada-de-frank-capra/
Como dice nuestro compañero Godard, no se trata de hacer sólo cine político sino de forma polítca
Cariños. Alexis C C.