EL SEÑOR DE LAS IMÁGENES

EL SEÑOR DE LAS IMÁGENES

por - Entrevistas
24 Dic, 2024 06:16 | Sin comentarios
No es la primera conversación publicada en este sitio sobre No esperes demasiado del fin del mundo, la que ha sido la mejor película estrenada comercialmente en este año que ya termina. Radu Jude habla sobre su film y algunas cosas más que se desprenden de su mejor película a la fecha.

Si una nave de antropólogos y estetas del futuro llegara a la tierra y algunos de sus tripulantes científicos quisieran saber cómo se vivía en el mundo de los terrícolas a mediados de la tercera década del siglo en curso, No esperes demasiado del fin del mundo sería un documento clasificado como esencial. Debe ser una de las películas más precisas para volver a pensar un término en desuso como la enajenación. Debe ser también una de las grandes películas sobre cómo la lógica empresaria imperante desconoce derechos laborales y erige una retórica de la pertenencia con la que se manipula y humilla. Es también una exposición notable de la historia de la imagen en movimiento y su relación con la Historia. 

En No esperes demasiado del fin del mundo, la joven protagonista atraviesa la ciudad de Bucarest arriba de su auto visitando a empleados que han tenido algún accidente para la empresa en la que ella también trabaja. No es otra cosa que un casting de heridos a domicilio para protagonizar un cortometraje institucional orientado supuestamente a la prevención de accidentes laborales. De casa en casa, Angela se divierte filmándose con un celular y, a través de un filtro, se convierte en un personaje de las redes que injuria y defenestra a todo lo que resulte hipócrita. En su veneno discursivo se destila todo malestar, porque detrás de la permisividad de su personaje anidan sufrimiento y sumisión. Bobita, la mujer rubia que parece un hombre, no tiene pelo y luce con barba es el otro yo de Angela, una táctica estéril para hacer frente al sistema que envilece y domestica sin obstáculos a quienes trabajan para apenas sobrevivir. 

No esperes demasiado del fin del mundo

Al presente de Rumania, se contraponen segmentos de una película pretérita que funciona como contraste entre hoy y los primeros años de la década de 1980. Jude introduce 16 citas de Angela merge mai departe, de Lucian Bratu, que se yuxtapone y fusiona orgánicamente con el avance narrativo de su propia película. En aquella película, la protagonista también se llamaba Angela y manejaba un taxi por toda la ciudad. Lo que sucede con ese contraste es una gloria didáctica y un placer cinematográfico.

Es conveniente recordar que el Festival de Cannes dejó pasar la película de Jude en su momento. Si había un título para pensar qué es el cine en nuestro presente y qué es una imagen cinematográfica hoy, No esperes demasiado del fin del mundo era insustituible. Lo que indirectamente permite conjeturar que pensar el cine del presente no es tan fácil como parece. El festival de festivales desconoció una película de esas que hacen una diferencia en el calendario y en las discusiones estériles sobre el canon y otras cuestiones que entretienen mientras el conformismo avanza. 

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Roger Koza: Ha pasado un año desde que la película se estrenó en la competencia oficial de Locarno. ¿Qué balance hace del recorrido de la película y cómo la considera en el conjunto de su obra? 

No esperes demasiado del fin del mundo glosa pretéritas formas de existencia de la imagen en movimiento y sus mutaciones hasta el día de hoy. Entre otras cosas, es una película sobre la relación de la imagen y el mundo con sus imágenes. 

Jude en la biblioteca de Dan, amigo y ocasional actor

Por distintos motivos, he compartido con usted algunos seminarios y he podido razonar sobre cómo trabaja sus películas. Usted es un observador agudo de la realidad. Cualquier objeto o situación, algún matiz o detalle, más allá de su presunta fealdad o inutilidad, ingresa en un sistema de insumos en el que todo permanece listo para ser puesto en una película. Estos insumos creativos no provienen solo de la realidad, también de imágenes ya existentes, desde pinturas hasta publicidades en YouTube. ¿Puede referirse a este procedimiento creativo en el que acumula signos de todo tipo para quizás desplegarlos en sus películas? 

¿Y cómo relaciona esa película infinita al universo de la palabra?

Créditos de No esperes demasiado del fin del mundo

Pero vuelva, si puede, a su método de trabajo 

En el caso de No esperes demasiado del fin del mundo implicaba tener en cuenta algunas variables. La inclusión dialéctica de una vieja película, Angela merge mai departe, de Lucian Bratu, y el hecho de contar con la misma actriz principal de esa película interpretando el mismo papel tiene que haber sido concebido con anticipación. ¿Fue así? 

No esperes demasiado del fin del mundo

Entonces, ¿cuándo se dio cuenta de que podía jugar con esa yuxtaposición de personajes y también construir una línea narrativa que enlazaba a las dos películas en un sistema de espejos en el tiempo sobre un mismo lugar? 

Una vez que entendió que el relato iba a tener ese movimiento dialéctico entre el pasado y el presente, ¿cuándo decidió la ralentización de algunas secuencias e incluso algunos reencuadres?

No esperes demasiado del fin del mundo

También usted rehúsa representar el pasado en blanco y negro y el presente en colores. Invierte la ecuación: el blanco y negro en 16 mm representa el presente; el 35 mm en colores, el pasado. En esa fusión de imágenes del pasado y el presente, añade las imágenes en colores del teléfono que la protagonista sube a TikTok. ¿Por qué eligió a un personaje que transmitía en vivo sus pareceres y vivía filmándose? Con esa decisión usted adiciona otra textura de imagen, propia de nuestra época. 

Pero desde el punto de vista narrativo existe una irrefutable razón: la personalidad de Angela como trabajadora es sumisa, pero al emplear la aplicación y cambiar su apariencia asume una personalidad irónica y avasallante. Es su yo desinhibido. La iracundia y sus pensamientos se articulan mejor bajo la máscara que le suministra la aplicación. En última instancia, su película es sobre la alienación contemporánea y sobre la humillación concomitante. Angela es la alienada, ella somos nosotros, los que rara vez descansamos. 

Nouvelle Vague

El collage era muy importante en su película precedente, Sexo afortunado o porno loco. El collage nos lanza de nuevo a su método de trabajo asociado a la recolección de todo lo que le llama la atención. Respecto de algo que dijo en el inicio, quisiera que se explayara sobre la dispersión de textos en No esperes demasiado del fin del mundo. En el plano de apertura, lo primero que se ve es un tomo de En busca del tiempo perdido. En la película se pueden leer inscripciones en las tumbas, fraseología de la publicidad, carteles en la vía pública e incluso los haikus en los créditos finales. Es una intertextualidad que resulta natural al relato. Se trata de un collage de signos.

Puede ser que no tenga ningún sentido hablar de las texturas de cada imagen, pero volvamos por segunda vez sobre esto. De las tres modalidades descriptas, falta una observación. En el epílogo, en el momento en que se filma la película institucional para la empresa, la imagen es deliberadamente chata y bien paradigmática de la era digital. Son dos planos, aunque parece uno, la duración pasa los 30 minutos y cada plano es fijo. Es un contrapunto al movimiento constante de la película. Es una mutación radical de la puesta en escena. 

¿Cuál sería entonces la característica de esa resolución? 

*Comisionada y publicada por Cuadernos de Caimán en agosto 2024.

Roger Koza / Copyleft 2024