MOSTRA DE CINEMA DE TIRADENTES: EL PUEBLO DE LAS PROMESAS

MOSTRA DE CINEMA DE TIRADENTES: EL PUEBLO DE LAS PROMESAS

por - Festivales
28 Ene, 2025 03:32 | Sin comentarios
Comenzó la vigesimoctava edición de la Mostra de Cinema de Tiradentes, el hogar del cine independiente de Brasil, un espacio excepcional en la ecología de los festivales de cine de todo el mundo.

Después de que el lúcido teólogo de 86 años, el gran Leonardo Boff, firmaba ejemplares de sus libros y diera una charla abierta sobre la justicia social, el medio ambiente y la espiritualidad y su representación en el cine de Brasil, casi al unísono, el festival proyectaba una película cuyo único escenario se ciñe a un parque de diversiones que en la noche transmuta en un nuevo escenario de diversiones de otra índole: hombres diversos y mujeres trans se encuentran libremente en ese mismo lugar con juegos y calesitas y tienen sexo. Como bien explicitó Ricardo Alves Jr. y un miembro del equipo en la presentación de su película Parque de Diversõ, «no se trata de una “película con sexo, sino de sexo”. Lo que anunció se cumplió de principio a fin. Libertad sexual y teología de la liberación juntos, un signo de hoy y otro del pasado. Que un festival de cine combine el cristianismo de los humildes y la vindicación de todas las formas del deseo no es una casualidad. En la Mostra de Cinema de Tiradentes nunca se hizo silencio sobre el presente.

Encuentro con Leonarod Boff

Todo eso sucede en un pequeño pueblo. No tiene más de 8000 habitantes, aunque la presencia de turistas puede confundir a cualquier observador. El nombre de la locación remite al apodo de un hombre: Joaquim José de Silva Xavier. Tiradentes, el nombre no permite otra interpretación, fue dentista, pero también militar, minero y comerciante. Fue un hombre de su tiempo que sintió la necesidad de rebelarse contra los portugueses La ejecución del rebelde en 1792 merecería una gran película. No solo murió en el patíbulo. El procedimiento culminó con el desmembramiento de su cuerpo y la redacción del acta de ejecución con la propia sangre del reo.

Que la Muestra de Tiradentes se realice desde hace ya 28 años en este pueblo del estado de Mina Gerais, a cuatro horas de viaje por ruta desde Belo Horizonte, puede ser una mera coincidencia o una elección a conciencia de un minúsculo punto en el mapa donde el fervor por la independencia política de Brasil tuvo sus primeros episodios. Es acá, justamente, donde el nuevo cine independiente de Brasil, desde 2010 en adelante, también se erigió y se cimentó. Este es el festival que dio a conocer a muchos de los más significativos cineastas del presente, acá se vio nacer a uno de los cineastas latinoamericanos más notables de nuestro tiempo: Adirley Queirós.

Este es un año novedoso. Hay cambios en la estructura de la programación. El más notorio reside en la inauguración de una nueva sección llamada Mostra de Autorías. Es relevante porque reúnen “viejos cineastas” de la Muestra y añaden otros con trayectorias. En esta ocasión, la sección congrega cinco películas de cineastas que han pasado por acá y consolidaron sus caminos: Ricardo Pretti, Bruno Safadi, Pedro Diógenes y el ya mencionado Alves Jr. En esta sección se vio por primera vez Uma montanha en movimiento de Caetano Gotardo. La quinta película es un caso aparte: Yõg ãtak: Meu Pai, Kaiowá, y no solo porque son cuatros los responsables detrás de cámara y ya por eso se problematiza el concepto de autor. Por lo pronto, es la primera película hablada en maxakalí y kaiowá. Acá también vale hacer una distinción: no se trata de una película sobre pueblos originarios, sino de personas que pertenecen a los pueblos originarios.

La sección Aurora sigue siendo central, pero Ohlos livres, instituida unos años atrás, cobija a cineastas con más películas en su haber y con el tiempo ya ha ganado el mismo peso simbólico que la sección que hizo de Tiradentes el festival ideal para ir en busca del cine más desobediente de Brasil: el que no pretende alinearse a las demandas estéticas que llegan desde la glamorosa Costa Azul francesa, la pretendidamente cosmopolita Berlín o la acuática Venecia, cuyo festival flota todavía por inercia. Van tres días nomás, y ya hay mucho para decir sobre algunas películas estrenadas en Tiradentes.

Roger Koza / Copyleft 2025