CRÍTICAS BREVES (30): ALGUNAS HORAS DE PRIMAVERA / QUELQUES HEURES DE PRINTEMPS
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Algunas horas de primavera / Quelques heures de printemps, Stéphane Brizé, Francia, 2012 (**)
Por Roger Koza
Filmar la muerte (esa experiencia tan conocida como insondable, negocio de las religiones que la invisten de premios, castigos y destino) no sólo como acontecimiento inesperado o inevitable sino como un paradero deseado. No hay muchas películas sobre la eutanasia. El género no convoca multitudes, pero a los cineastas les interesa: Amour, Alto en el camino, Madre e hijo y ahora Algunas horas de primavera, de Stéphane Brizé. La última película de Brizé no es solamente sobre el buen morir. Es también, como la anterior (Une affaire d’amour), un breve retrato de la clase trabajadora en la sociedad francesa actual. El versátil y magnético Vincent Lindon vuelve a ser el protagonista de un filme de Brizé. Aquí compone a un camionero que acaba de salir de la cárcel tras 18 meses de encierro. No es un delincuente en sentido estricto, a pesar de que su condena involucra esa palabra sobrecargada de inmoralidad para los oídos del status quo: droga. La reinserción laboral no es sencilla y trabajar separando basura no es precisamente una vuelta digna a la vida “normal”. Tampoco ayuda el regreso al hogar materno. Para Alain, vivir con su madre, viuda y jubilada, es más humillante que terapéutico. Pero los temas amorosos y laborales son secundarios. La madre de Alain tiene un tumor irreversible y ha decidido darse muerte mediante los servicios de una institución suiza porque está prohibido en el país de la igualdad, la libertad y la fraternidad. La austeridad de Brizé es admirable. El malestar de Alain, el rencor entre madre e hijo, la determinación de la moribunda, una posible reconciliación filial se registran sin un ápice de sentimentalismo. La frialdad precisa de cada escena, la luz elegida para determinar un temple de ánimo general, la economía de gestos y la total ausencia de moralidad destituyen cualquier exceso frente a lo inevitable. La apropiación del cariño de una mascota y la obsesión por terminar un rompecabezas, por ejemplo, son detalles dramáticos que revelan una poética circunspecta pero eficiente donde menos es más. Filmar la muerte como si se tratara de la preparación de la merienda o con el coraje necesario para igualarla al cepillado de dientes. La discreta redención llegará como si fuera un poco de lluvia. La amargura está desterrada, la felicidad también.
Roger Koza / Copyleft 2013
Inmenso Vincent Lindon. Qué gran actor, con una versatilidad enorme. Trabaja con cada parte del rostro: sus arrugas, su mirada, la forma de modular los labios. Una expresividad que no tienen muchos actores de su generación (al menos en Francia). Lo recuerdo en Mademoiselle Chambon (2009). También aquí como trabajador (albañil) en la Francia actual pero de esta vez traspasado por la tortuosidad de haberse enamorado (amor correspondido) de la maestra de su hijo, de qué hacer con la vida pueblerina (anodina) en la que se desenvuelve y qué decisión tomar en su vida conyugal. El desgarro lo expone hasta con las pestañas. Preciosa reseña breve, Roger. Muchas gracias.
abrazos
edf
Querida Ema: gracias por lo que decís. VL es un fenómeno. Lo conocí en 2005 en el festival de Hamburgo: buena gente, un poco callado y claro al responder. Presentaba entonces El bigote, para mí uno de sus trabajos más finos. En la última de Denis la rompe. Gracias por tu mensaje. RK
Me parece valiente que Brizé aborde un tema moralmente sensible y su austeridad en la puesta en escena es destacable aunque, para mí, el film no está del todo exento de algunos altibajos. En algún momento sentí que la película no tenía un rumbo preciso y en otro que daba vueltas sobre sí misma. La historia de amor irresuelta quedó bastante accesoria, no suma ni resta y no pudo servir de gran consuelo para el personaje de Lindon que por otra parte, pese a tener una interpretación impecable, no mostraba demasiados matices:parco de pricipio a fin. Lo del perro no sé si era necesario y el final me lo imaginaba mas abierto aunque el resultado era inevitable y la determinación de la protagonista era firme, casi nunca se la ve con dudas. Las escenas finales se prolongan bastante a la espera del fin y la discreta reconciliación no alcanza como paliativo. Brizé acierta en el modo de crear y mostrar atmósferas: lo difícil de la reinserción social, la incomunicación,el malestar doméstico,etc. Tan solo unas observaciones al paso. Saludos
Andrés: estoy de acuerdo especialmente con el tema de la historia de amor. Es un film con altibajos, sin duda, pero no deja de ser valioso. Saludos. RK
Gracias Roger por tener en cuenta mi comentario. Estoy de acuerdo también en que es un film valioso y además complejo por su tema.
La vi anoche y terminé, como decimos los argentinos, llorando a moco tendido… imperdible, hermosa, cruel y real.