ARGENTINA LATENTE

ARGENTINA LATENTE

por - Críticas
03 Jul, 2007 12:12 | Sin comentarios

**** Obra maestra *** Hay que verla ** Válida de ver ● Sin Valor

por Roger Alan Koza

La base está…

Argentina latente, Argentina, 2007.

Escrita y dirigida por Fernando Solanas.

*** Hay que verla

El tercer documental de Pino Solanas sobre Argentina en el tercer milenio tiene sus concesiones y simplificaciones ideológicas pero ofrece un tipo de información relevante y vital, dignas de ser conocidas.

Han pasado más de 40 años de La hora de los hornos (1966-1968), aquel filme iconográfico de un tiempo en el que el cine era una herramienta revolucionaria, un dispositivo de emancipación. De Onganía a Kirchner, nuestro país ha experimentado décadas aciagas y un sistemático programa de pauperización. Aquel cine que Gettino y Solanas fundaron bajo el nombre de Cine Liberación pretendía transformar a través de una cámara militante la percepción colectiva sobre el devenir histórico. Había una promesa, un peligro. La Historia no era un dado en un cubilete. Tenía un sentido latente. Hoy, el contexto histórico, naturalmente, es otro, pero las coordinadas simbólicas se repiten, aunque si existe una exhortación a la acción ya no está implícita la resistencia armada. La utopía ahora está en el capital simbólico y su organización estratégica.

Después del 2001 el campo de lo político se ha modificado. Si la escena parece ser la misma de siempre lo que Solanas viene registrando desde Memoria del saqueo indica algo novedoso. En efecto, Argentina latente como anteriormente La dignidad de los nadies señalan nuevas articulaciones políticas por fuera de la política partidaria. En esta tercera entrega, hay ejemplos numerosos, desde la defensa y administración de un astillero exitoso que no aceptó su privatización en la década del 90 hasta la recuperación de fábricas por parte de los trabajadores, tras el hundimiento del modelo neoliberal a principio del milenio. Pero Solanas ofrece algo más: una cartografía de navegación por el potencial disperso de un país que es esencialmente próspero aunque percibido por quienes lo habitan como paupérrimo.

Las primeras escenas son contundentes. Planos panorámicos aéreos de todo el territorio nacional, acompañados con una voz en off del realizador, introducen una geografía vasta y diversa. Son planos bellos, y el texto leído es didáctico y preciso. Lo que viene después son casos particulares de una Argentina desconocida: del INVAP y sus satélites y reactores, pasando por el Centro Atómico Bariloche y el Instituto Balseiro, hasta el testimonio de científicos que optan por investigar y crear aquí, son expresión de una nación utópica, capaz de concebir en el conocimiento su verosímil emancipación. Pero como sus protagonistas advierten, falta un plan estratégico. Y si el conocimiento es la condición de posibilidad para el desarrollo industrial (y ecológico), todavía, en el gobierno Kirchner, como dice Solanas, predomina un modelo agrominero exportador.

Formalmente, los travellings, los planos contrapicados y la profundidad de campo con la que Solanas elige mostrar la arquitectura de la industria nacional dan una dimensión del tamaño de la inversión. Así las visitas a una planta abandonada de fabricación de cohetes en Falda del Carmen, o la Fábrica Nacional de Aviones hoy en manos de Lockheed, ambos en Córdoba, adquieren un impacto mayor: la elección formal intensifica el desasosiego y la ira. Pero las palabras del director de una escuela de Ciudad Evita y la declaración de un físico nuclear que gana 1.400 pesos por mes provocan los mismos sentimientos sin apelar a ningún recurso estético. Solanas puede ser tan sofisticado como sencillo, pero siempre es efectivo.

Popular y optimista, Argentina latente postula un enemigo invisible aunque ubicuo: el colonialismo mental, una suerte de impotencia espiritual que conquista la imaginación utópica. Liberarse de ese yugo implica retomar la posta de Allende, Zapata, Artigas, entre otros, quienes concibieron al continente, más allá de cualquier pasión nacionalista, como una patria grande y libre.

Copyleft 2000-2007 /Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada por el Diario La Voz del Interior durante el mes de junio de 2007.