BAFICI 2011: POESÍA DE COMBATE

BAFICI 2011: POESÍA DE COMBATE

por - Festivales
19 Abr, 2011 05:00 | comentarios

Que descansen en la revuelta

Por Roger Alan Koza

En la fiesta de inauguración la política había estado presente. Antes de que comenzara la apertura, casi como si se tratara de un sketch, Luis Ziembrowski subió al escenario y arrebató el micrófono para denunciar las condiciones vergonzosas en las que viven los teatros de la ciudad de Buenos Aires. La fiesta de clausura también fue política, pero no fue el escándalo el sentimiento dominante sino el desconcierto.

El director Sylvain George, de la extraordinaria y legítima ganadora de la competencia internacional, Que descansen en la revuelta, envió una carta de agradecimiento desde París para que se leyera en la entrega de premios. Su extensa misiva, política y poéticamente combativa como su filme, conjuró los ritos mecánicos de este tipo de ceremonia y pulverizó cualquier gesto cínico que pudiese rondar en el ambiente. Ya no importó si el festival creció en público (300.000 personas) y tantos otros datos relevantes pero cuantitativos. El discurso de George fue un relámpago cuya luminosidad, la misma que tiene su película, remitía al poder del cine de mostrar y modificar nuestra mirada sobre el mundo y nuestras prácticas.

“Un sujeto es profundamente irreductible a la representaciones sociales y raciales que se hacen de él”. Esa declaración es una síntesis de Que descansen en la revuelta. George, tras tres años de trabajo de registro, filma la vida de los inmigrantes africanos que intentan cruzar el Canal de la Mancha desde Calais, al norte de Francia, para llegar a Inglaterra. La cámara de George “viaja” con ellos. Los vemos bañarse, cantar, huir, dormir, comer, reír, aunque la secuencia imborrable es aquella en donde estos hombres, que viven en la desesperación, se queman sus huellas digitales para no ser identificados por los sistemas informáticos de la policía francesa. George, que durante todo el film propone una dialéctica entre la naturaleza, los animales y los hombres, reinventa el documental (político).

Córdoba existe y convence

Yatasto, nuestro representante cordobés, otro gran documental político, fue la otra gran película en competencia. Sus premios (UNICEF, FEISAL y mejor película argentina en competencia) y menciones son el inicio de un camino promisorio. Ya tiene pasaje para festivales en Francia, Alemania, México, Corea del Sur. Pero lo que importa es la película. Paralluelo consigue retratar no sólo los pormenores de un oficio (el de nuestros cartoneros, o carreros) sino que detecta cómo el estado permanece ausente, al igual que los padres de los niños que protagonizan el filme. Yatasto es también un relámpago. Su luz dignifica, hiere y confirma la madurez del cine hecho en Córdoba.

Este artículo fue publicado en el mes de abril por La voz del interior.

Roger Alan Koza / Copyleft 2011