Mi amigo Roger Koza acaba de escribir una nota de balance del año cinematográfico sesuda y admirable. Como yo, a esta altura de la carrera, no dispongo de su energía y entusiasmo, estos breves y desordenados apuntes serán mucho más escuetos y acotados.

Lo primero que hay que señalar es que –a pesar de las continuas predicciones en sentido contrario- el interés por el cine no parece disminuir y este año se han estrenado más películas que en los anteriores, de las cuales la mitad son argentinas.

Como viene ocurriendo desde hace mucho, las producciones internacionales son en su inmensa mayoría, de origen estadounidense. Si bien es muy probable que muchos de los títulos más interesantes de la producción de ese país no aparezcan por estos pagos, los films conocidos me ratifican en mi creencia de que –a diferencia de lo que ocurre en otros países (vg, Portugal)- la relación cantidad/calidad debe ser de las peores del mundo.

También a diferencia de lo que ocurría en otros tiempos, llegan muy pocas películas europeas (no digamos ya, asiáticas, latinoamericanas o africanas).

Y en cuanto al cine nacional –si bien no puede dejar de señalarse la variedad de intentos y la riqueza de contenidos-, son pocas las películas de ficción que escapan al costumbrismo naturalista y el minimalismo abusivo, escaseando las obras que hagan referencia, sin perder calidad estérica, a la realidad cotidiana que nos toca vivir.

Abundaron también los documentales, tal vez en promedio de mayor interés que las ficciones. Sin embargo, no parecen muy promisorias las perspectivas para el cine nacional en este año entrante ya que las nuevas disposiciones del INCAA seguramente redundarán en una ostensible disminución de los títulos a estrenar. En realidad, no hay razones para imaginar que la devastación que está produciendo el gobierno en todos los terrenos no iba a alcanzara a la cultura en su conjunto y al cine en particular.

 A pesar de lo señalado y de la inmerecida fama que tengo de no gustar del cine contemporáneo, he encontrado una buena cantidad de títulos que me interesaron (extranjeros y nacionales); vi algunas películas fuera del circuito comercial que me gustaron y también me decepcionaron algunos films en los que había depositado expectativas. También tuve diferencias con las opiniones mayoritarias ya que, por ejemplo, no logré suscribir al desmesurado entusiasmo que despertó Zama, lo que no me impide admirar el virtuosismo formal de la película de Martel y en cambio valoré mucho una película tunecina (El amante) no demasiado reconocida. Tampoco compartí el rechazo que provocó en gran parte de la crítica la última película Ken Loach, quien a sus ochenta años cuestiona sin ambages el capitalismo salvaje actual. Del mismo modo, no comparto los reparos que se le han hecho a los últimos trabajos de los hermanos Dardenne (La chica sin nombre me parece que está entre sus mejores obras). El festival de Cosquín me permitió descubrir una película brasileña de nombre larguísimo del joven realizador brasileño Thiago B. Mendonca (Jovens infelizes ou Um homem que grita não é um urso que dança) solo exhibida en ese ámbito y también disentí con el consenso favorable generalizado con Paterson, de Jim Jarmush, al que el hecho de que el protagonista del film recite poesías pareció otorgarle vuelo “poético”. También Marco Bellocchio estuvo lejos de su mejor nivel en Dulces sueños y el esteticismo lavado de El seductor, de Sofía Coppola hizo añorar el virulento humor negro de la versión de Don Siegel.

En fin, aquí van mis listas del año, ordenadas en estricto orden alfabético, y la verdad que son bastantes películas más de las que me hubiera imaginado al principio de la temporada (o será que me estoy poniendo gagá):

ESTRENOS INTERNACIONALES

El día después (Hong-Sang-soo)

Elle (P. Verhoeven)

El otro lado de la esperanza (A. Kaurismäki)

Invasión zombie (Sang-Ho-yeon)

La amante (Mohamed Ben Attia)

La chica sin nombre (Hnos. Dardenne)

La muerte de Luis XIV (A. Serra)

Las mil y una noches (M. Gomes)

Manchester junto al mar (K. Lornegan)

Sieranevada (C. Puiu)

Sin nada que perder (D. Mackenzie)

Una serena pasión (T. Davies)

Yo, Daniel Blake (K. Loach)

ESTRENOS NACIONALES

Alanis (A. Berneri)

Cuatreros (A. Carri)

El otro hermano (A. Caetano)

El pampero (M. Lucchessi)

La idea de un lago (M. Mumenthaler)

Nadie nos mira (J. Solomonoff)

Ni un pibe menos (A. Manco)

Pinamar (F. Godfrid)

Temporada de caza (N. Garagiola)

Sinfonía para Ana (E. Ardito/V. Molina)

Solar (M. Abramovich)

Zama (L. Martel)

INTERESANTES

El viajante (A. Farhadi)

El porvenir (M. Hansen-Love)

Frantz (F. Ozon)

Graduación  (C. Mungiu)

Huye! (J. Peele)

La academia de las musas (J.L. Guerin)

Luna, una fábula siciliana (F. Grassadonia y A. Piazza)

Oscuro animal (F. Guerrero)

Viento salvaje (T. Sheridan)

Una mujer, una vida (S. Bricé)

NO ESTRENADAS COMERCIALMENTE

Dawson City: Frozen Time (B. Morrison)

El intenso ahora (J. Moreira Salles)

El pacto de Adriana (L. Orozco)

El parque (D. Danivel)

La amante de un día (P. Garrel)

La fábrica de nada (P. Pinho)

No soy un negro (R. Peck)

Paris era una fiesta (S. George)

Jóvenes infelices o un hombre que grita no es un oso que baila (T.B. Mendonca)

Viejo calavera (K. Russo)

DECEPCIONES

Aquarius (K. Mendonca Filho)

Dulces sueños (M. Bellocchio)

El seductor (S. Coppola)

Good Time: Viviendo al límite (Hnos. Safdie)

Luz de luna (B. Jenkins)

Paterson (J. Jarmush)

Personal Shopper (O. Assayas)

Silencio (M. Scorsese)

The Disaster Artist (J. Franco)

Una bella luz interior (C. Denis)

* Fotogramas: 1) Sin nada que perder (encabezado); 2) La amante; 3) Solar.

Jorge García / Copyleft 2018