BREVE INTRODUCCIÓN A LOS PLACERES DE LA CIENCIA
En las últimas películas de El hombre araña, Peter Parker había adquirido algunas características y hábitos exógenos a sus orígenes proletarios. El plano final en esta nueva entrega constituye un regreso austero a sus orígenes, más todavía cuando en el inicio del relato pretende seguir sus estudios en el MIT. Es un buen indicio, porque en las últimas entregas el adolescente parecía desconocer toda ligazón con el mundo de sus vecinos de los suburbios. Esa memoria no es menor y tiene un significado político latente.
El modo en el que se resuelve acá el hecho de que toda Nueva York conoce la identidad del superhéroe (es el punto de partida) constituye una admirable operación narrativa en la que se entretejen todos los relatos de las películas precedentes justificando la amalgama en una especulación lúdica del término acuñado por William James en La voluntad de creer y recientemente adoptado por científicos disímiles del campo de la física y la cosmología: el multiverso. De la presunta posibilidad de que distintos universos semejantes pero distintos coexistan se aprovechan lúdicamente todas las consecuencias más estimulantes, incluso la de hacer ver (y sentir) el paso del tiempo en el cuerpo del superhéroe y las contingencias que le depara su existencia en cada mundo posible. En el guion reside la fuerza de la película y en los intérpretes el secreto sentimental de sus personajes.
Que en una película destinada a millones de espectadores se le prodigue un espacio a la ciencia es lo más parecido a un milagro ante un mundo tan supersticioso como el actual, en el que la evidencia científica no llega a persuadir a los necios. Sobre ese hecho indesmentible hay varias escenas hermosas, dilemas morales propio del imaginario (estadounidense), y alguna que otra escena de combate que denota cierta idea de cine y no solamente el empleo obsceno de efectos especiales sin ningún criterio estético detrás del recurso. No es poco cuando se trata de franquicias y taquilla.
*Texto comisionado por La Voz del Interior para «Mirada opuestas» en el mes de diciembre 2021.
Roger Koza / Copyleft 2021
Roger: no es la primera vez que le dedicas un espacio en tu trabajo a Spiderman. Me parece que es tu superhéroe favorito, o de los pocos que te interesan. Buen texto, por cierto.
Fue mi superhéroe favorito cuando era un niño. Me interesa mucho más lo que proviene de MARVEL que DC, en principio porque siempre existe alguna relación entre el poder y la ciencia. De todos modos, el dominio de todo este imaginario de las dos últimas décadas me resulta personalmente indiferente y políticamente sospechoso. Saludos. R