BROOKLYN
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Koza
IMITACIÓN DE UNA VIDA
Brooklyn, Irlanda-Reino Unido-Canadá, 2015
Dirigida por John Crowley. Escrita por Nick Hornby
* Tiene un rasgo redimible
Una película con buenas intenciones y personajes queribles no es necesariamente una buena película
Brooklyn, otra película misteriosamente nominada para un Óscar. Su insipidez es tan evidente como sus buenas intenciones; su falta de imaginación cinematográfica es apabullante, su retórica mecánica, una invitación a la fatiga, ni qué decir del candor obsceno con el que se tratan los potenciales conflicto de la trama. A su favor, su modestia y el deseo de retratar el preciso momento en el que una persona cualquiera elige su propio camino. Legítima elección que requiere un poco de brío, virtud desconocida en este relato con vocación inspiracional.
El filme transcurre a mitad del siglo pasado. Es tácito que Europa ha salido de una guerra, lo que podría explicar la falta de horizontes para los pobladores de un pueblo irlandés, aunque el sentido histórico de este filme se circunscribe al mobiliario, la indumentaria y un respeto por los buenos modales que incluye una circunspecta forma de entender el erotismo. Que Estados Unidos resultaba un horizonte de sentido para una joven inquieta como Eilis, la heroína de Brooklyn, es aquí una petición de principio.
Es así que en menos de 15 minutos, la chica ya está subida a un barco despidiéndose de su madre y su hermana mayor. En el navío, una pasajera con experiencia le (y nos) explicará el ABC de la vida de todo inmigrante. Mucho más tarde, Eilis repetirá el procedimiento en un mismo espacio, una prueba necesaria de su aprendizaje. La escena aludida puede pasar desapercibida, pero es la que articula la didáctica general del filme. Lo que no debería pasar inadvertido es la simulación física de la escena. El mar inexistente adquiere su presencia digital como fondo, la iluminación excesiva lo delata y la película expresa su triste confort enraizado en el diseño. Más que un filme es un póster de una época por el que se mueven los personajes.
Estados Unidos es la panacea. Una sociedad dinámica y pletórica de oportunidades, que rápidamente albergará a Eilis. Conseguirá trabajo, conseguirá un novio, también inmigrante, aunque no será irlandés, y a medida que pase el tiempo dejará de pensar en su patria. Hasta que una desgracia la obligue a regresar por un tiempo, lo que incluso puede poner en riesgo su flamante matrimonio. He aquí la enunciación de un drama que permanecerá como esbozo.
Frente a Brooklyn, de John Crowley, escrita para el cine por Nick Hornby y basada en una novela de Colm Tóibín, que un filme como Carol, de Todd Haynes, no esté entre los candidatos es un escándalo. Ambos están situados en el mismo período y son deudores de una novela. Pero una es una película notable y la otra una pulcra ilustración en imágenes de una pieza literaria. A esto último se le llama cine académico. El desdén por la forma cinematográfica es parejo al desgano con el que se encaran los materiales del relato para neutralizar el poder expresivo del cine a costa de asegurar asentimiento y comodidad. Demagogia benevolente de Brooklyn, un remedo de cine clásico.
Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de febrero 2016
Roger Koza / Copyleft 2016
Roger, primero quiero decirte (a riesgo de parecer chupamedias) que sos el mejor crítico que tiene este país. Siempre das argumentos claros y concisos y esta no es la excepción, aparte que sos de los que mejor escriben.
Luego, que la comparación con Carol es inevitable pero nimia. Porque, seamos sinceros, cuáles de las otras nominadas (saco a Mad Max del asunto; pero también Puente de espías y a the Martian -que no me pareció gran cosa, pero seguro que no es nada pretenciosa) tiene los recursos cinematográficos a la altura de lo que se intenta contar. En el caso de El Renacido, ni siquiera tengo claro que es lo que se intenta contar. Lo que decis de Brooklyn es muy ilustrativo para diferenciar una pelicula «académica» de una clásica y eso te lo agradezco. Pero, más allá de que tenés razón, lo que rescato de esta travesía irlandesa/norteamericana edulcorada es la falta de pretensiones. Sobre todo frente a otras películas con mayores recursos cinematográficos, sin duda. Pero con idénticos mensajes subrayados, planos-secuencia o contrapicados interminables que no necesariamente son útiles a la diégesis del film o la «iluminación natural» espectacular de paisajes bellos con gente horrenda y sin profundidad que trata de sobrevivir a la miseria que rodea la postal. Pronto nos pondrán carteles para explicarnos lo que pasa (por si no se entiende) o morirán actores in situ porque, ¿para qué usar dobles o un croma y DGI en lugar de paisajes inhóspitos y riesgosos si un artista puede morir de hipotermia en Alaska? Si total el cine serio, ese que finalmente gana todo los premios, rechaza toda artificiosidad, incluida la que misma que lo constituye. Al lado de todo eso, Brooklyn hasta parece sensata, y en última instancia un detalle menor y hasta inofensiva (¿»demodé» se usa todavía?). No ganará nada. Y NO ME PARECE la peor de las ocho; eso creo que queda claro. A mi lo que me molesta más es que me ofendan. Por eso creo que es Mad Max a quien realmente van a ofender el domingo, no a CAROL. Porque la van a chorear feo. Y porque la maravilla de Haynes ni siquiera va a figurar como «perdedora» al lado de lo que hay, porque no tiene nada que perder en primer lugar. Yo hasta me alegro que no tenga que competir ahí. Pero si lo siento mucho por MM, más que nada. Si hablamos de los oscar, eso va a doler más. Si la comparación es entre dos películas que transcurren en la misma época, quedó clarísimo todo. Gracias y saludos.
Estimado Chofer: le respondo mañana o pasado. Apenas me da el tiempo en el medio de FICUNAM de subir textos día a día. Pronto mi respuesta. GRACIAS. RK