CABALLO DE GUERRA / WAR HORSE
Caballo de guerra / War Horse, EE.UU., 2011
Dirigida por Steven Spielberg. Escrita por Lee Hall y Richard Curtis.
**Válida de ver
La última película de Spielberg tiene un comienzo notable hasta convertirse paulatinamente en una versión de ET equina con pinceladas de los hits del director en donde prevalece el amor entre mamíferos de especies diferentes
¿Después de leer Hergé y filmar Las aventuras de Tintín, Spielberg deviene bressoniano? En la extraordinaria Al azar Baltazar, Bresson elegía como protagonista a un burro y este cuadrúpedo asociado a la falta de inteligencia era testigo de nuestra supuesta vida inteligente. El burro azarosamente pasaba de dueños y en cada uno aprendíamos algo de nuestra especie.
Pero antes de Bresson está John Ford. La primera media hora de Caballo de guerra es hermosa. En algún recóndito lugar de Inglaterra, un héroe de guerra devenido en alcohólico, su mujer y su único hijo pelean por retener su granja. El poderoso del pueblo los aprieta, deben pagarla. En ese contexto nacerá un caballo y el joven Albert lo adiestrará y de algún modo lo sentirá como su hermano. De no ser por la intrusiva banda sonora de John Williams, el modo de registro de los paisajes, las locaciones, la introducción de los personajes y la interacción entre éstos remiten a El hombre tranquilo, de Ford. Cine clásico y del mejor.
Pero llega la Primera Guerra Mundial, y Joey, el “hermano” silencioso y salvaje de Albert, “partirá” a la guerra. La granja o el caballo es la disyuntiva, y Joey tendrá otro amo, otro jinete, en este caso un militar inglés de alto rango. En plena batalla, Joey volverá a perder a su dueño, y de ahí en adelante será cuidado por un par de soldados alemanes y una niña que vive con su abuelo. ¿Volverán a encontrarse Joey y Albert? Siendo un filme de Spielberg no es difícil adivinar la respuesta.
Como sucedía en el film de Bresson, en Caballo de guerra los propietarios del caballo están al servicio de revelar la condición humana. La asimetría de clase y las brutalidades de la guerra son aquí los males de nuestro mundo, al menos se enuncian como tales aunque prácticamente no se desarrollan. El humanismo ramplón y utópico de Spielberg se sintetiza en un pasaje en el que los alambres de púa ponen en juego la vida de Joey. Su sentimentalismo inescrupuloso alcanza su apoteosis en una enfermería. Poco importa los muertos y los heridos, el chiflido del amo todo lo puede, la prioridad es que ET regrese a casa.
Las proezas formales de Spielberg son reconocibles: los planos generales y los travellings sobre la infantería montada de los aliados encaminándose a la batalla, el virtuoso seguimiento de cámara sobre el bellísimo animal y sus movimientos, que incluye una secuencia digital, son notables.
Caballo de guerra es al cine de Bresson y Ford lo que El artista al cine mudo: un homenaje honesto y amoroso pero descafeinado, tan amable como liviano. No es fácil filmar los buenos sentimientos de la única especie que tiene (la) palabra.
Esta crítica fue publicada en otra versión y con otro título por La voz del interior en el mes de febrero 2012.
Roger Koza / Copyleft 2012
Coincido en general con tu comentario, aunque la relación que la crítica ha hecho con Bresson me parece un poco perezosa (no es tu caso Roger, ya lo discutimos en FB) y, si bien es, como decís, un homenaje amable y liviano (para mí también «Hugo» lo es, pero eso ya lo discutimos en otro post de tu blog), no la veo parecida a «El artista», por algunas razones que vos mismo destacás: una primera hora de «cine clásico y del mejor», «proezas formales», «virtuoso seguimiento de la cámara». Aunque sensiblera y algo cursi, «Caballo de guerra» no es sobre el cine, es cine.
Estoy de acuerdo, Fer, con lo que decís. Lo de Bresson sí me parece importante, más allá de si Spielberg la vio o no (y no tengo idea porque no leí nada sobre su parecer al respecto, lo que no tiene en última instancia importancia). El inicio sí es interesante, y es más Ford que Bresson. Pero el dispositivo del caballo y su idas y vueltas con sus amos, remite directamente a Al azar… Pero en aquella película el caballo no se humaniza como aquí, y son los personajes lo que se muestran animales. Es un devenir animal y no un caballo convertido en ET y testigo. Por otro lado, hay otros filmes de caballos que me apasionan. Un ejemplo: el film de la hija de Deleuze era fallido, pero el caballo era un caballo respetado como tal. Mister V me resultó en ese sentido fascinante.
Giro final a tu comentario: no es sobre cine, es cine, pero no del mejor.
Abrazo.
PS: Y Hugo es sobre cine y es cine, y si no está entre lo mejor del cine sí tiene momentos de lo mejor del cine.
Algo más: hay toda una cosa homosexual en Caballo de guerra. Quise escribir sobre eso, pero mis tiempos ya no me lo permitían. Es una dimensión del film que me hubiera gustado escribir. No lo hice. En fin, un apunte. Nada más. RK
Creo que si algo tienen de bueno algunas de las películas nominadas al Oscar este año es que han despertado discusiones interesantes entre los cinéfilos (basta ver la falta de unanimidad de los críticos en http://todaslascriticas.com.ar/)… ¿Las historias de HUGO y de EL ARTISTA son menos pueriles que la de CABALLO DE GUERRA porque tienen que ver con los comienzos del cine? ¿Hubiera sido tan celebrada HUGO si al final el chico en vez de encontrara Meliés descubría que ese señor era, por ejemplo, coleccionista de zapatos? ¿LOS DESCENDIENTES vale más que las demás por ser la única en la que asoman conflictos del mundo de los adultos en la actualidad? ¿El hecho de que Spielberg narre con recursos genuinamente cinematográficos (mientras otros parecen estar haciendo un telefilm o una exhibición celebratoria casi circense) debe desmerecerse por su guión remilgado?
Querido: sinceramente creo que La invención de Hugo no es circense, sí celebratoria, y si no la consideré una obra maestra tiene que ver con el uso extremo y excesivo de la música y algunas simplificaciones innecesarias. Entiendo que se la odie y se la confunda con Spielberg. La de este último, ya he expresado lo que tenía que decir. Lo de El artista es realmente un fenómeno extraño: es ostensiblemente insignificante, por momentos ridícula, con dos o tres buenas secuencias y un perro simpático. La de Payne: me parece menor, a veces elegante y con algunos momentos logrados desde un punto de vista dramático y con un gran trabajo de la adolescente, pero, como le sucede a García, no pasarán muchos meses para que quede en el olvido. Y está la de Allen, que me parece buena y nada más, y la de Mallick que está más allá del bien y el mal: los primeros minutos me resultaron de otro mundo, el resto me pareció espantoso. The Help no la vi. La de Hanks es muy mala. En fin. En realidad el gran drama de los Oscar es que una ganadora de la Palma de oro puede ganar el Oscar. Fremaux debería interrogarse al respecto, pero yo soy un nadie, y, naturalmente, soy insignificante frente a todo eso. Abrazo. RK
Bueno, en realidad cuando hablé de exhibición celebratoria casi circense no estaba refiriéndome solamente a HUGO, también EL ARTISTA tiene algo de eso. HUGO es muy disfrutable y esplendorosa, pero la veo un poco como un entretenimiento infantil de lujo. LOS DESCENDIENTES, THE HELP y MONEYBALL tienen bastante de telefilm (aunque la de Payne menos estereotipada y sin moraleja) . Lo de que una Palma de Oro compita por los Oscar no es nuevo, hay películas de Fellini o Akira Kurosawa ganadoras del Oscar, y varias premiadas en Cannes han sido nominadas como film en idioma extranjero. Lo bueno, insisto, es que de este conjunto caprichoso de películas pueden desprenderse algunas puntas para la discusión.
Gracias por responder.
Querido Fer: sucede que en la época que Fellini y Kurosawa ganaban, los Oscar eran menos condescendiente de la industria. Abrazo. RK
Roger, sobre eso mismo (la homosexualidad reprimida en la película de Spielberg) discutimos con Marcos Vieytes y eso quedó registrado en su blog: http://www.hacerselacritica.blogspot.com/2012/02/caballo-de-guerra-de-steven-spielberg.html . Disculpá el francés, pero era una simple charla de chat entre amigos.
Saludos y éxitos con el festival que arranca.
war horse, es simplemente una obra maestra. Narracion extraordinaria y cine al alcance de los mejores solamente, menos poses de criticos y mas humildad ante la obra de arte