CANNES 2014 (04): HISTORIAS ORDINARIAS
Por Roger Koza
(En el tercer párrafo, como en el cuarto, se revelan algunas cuestiones de la trama)
Desde que se vio el tráiler de Relatos salvajes, la tercera película de Damián Szifrón despertó grandes expectativas. Almodóvar, que produce el film, acompaña a Szifrón y a Ricardo Darín a todos lados; las dos funciones de prensa de ayer estallaron de público y las dos oficiales estallaron de público.
Relatos salvajes, que en estos días fue vendida a los principales mercados del mundo, va a triunfar en todos lados. Es un film campeón, seguro de sí, pletórico de adrenalina para despertar a cualquier pusilánime y formalmente pirotécnico para convencer a todos. Las críticas de Hollywood Reporter, Variety y Screen International, la Santísima Trinidad periodística de Cannes, le han levantado el pulgar. El triunfo se huele.
Desde el principio el film muestra tanto su potencial como sus falencias. En un vuelo comercial, un grupo de pasajeros va descubriendo que ninguno de ellos está ahí por casualidad. Hay una razón y tiene un nombre: un tal Pasternak. La venganza articula simbólicamente todo el film: este neurótico, que permanece en fuera de campo, está dispuesto a darles su merecido a todos los que lo lastimaron a lo largo de su vida: novias, profesores, amigos y psicólogo. El primer relato, que es un epílogo, termina con un avión en picada y con un destino muy preciso. El corte de la escena es, como toda la película, ingenioso, y el público de la sala lo festejó como un gol tempranero en un mundial. Después siguen los créditos iniciales: a cada nombre del elenco le corresponde un animal salvaje, una muy buena idea, uno de los pocos momentos elegantes. Algo queda claro desde el arranque: Szifrón volvió a todo o nada.
Lo que une todos los relatos breves de la película de Szifrón es la violencia social. En Relatos salvajes hay un par de muertos y unas cuantas explosiones. ¿Una comedia negra con una pizca de sociología crítica? Como sucede en la reciente Historia del miedo, la película de Szifrón absorbe un clima de época y lo transforma en combustible. Es un film crispado: una cocinera envenena a un intendente reaccionario; un “negro” y un joven rico en su Audi terminan matándose al lado de un río; un millonario tienta económicamente a su jardinero para que asuma, en lugar de su hijo, la responsabilidad por la muerte de una mujer embarazada.
El episodio de Darín funcionará entre nuestros compatriotas como una catarsis colectiva. Los actos del ingeniero Bombita sintetizan la fantasía de una gran mayoría silenciosa de argentinos. En el relato más logrado del film, Darín es un ingeniero al que la grúa le lleva el auto dos veces. La burocracia administrativa, la connivencia entre la intendencia y una empresa y la corrupción generalizada llevarán a una identificación inmediata del público con la bronca del ingeniero. Y Szifrón lo intuye y lo expone en todo su esplendor cuando un simpatizante de Bombita le pide que vuele a pedazos toda la AFIP.
El pragmatismo justiciero de Szifrón ya tiene sus fans. La pregunta es si estamos frente a una gran película o no. Por momentos, Relatos salvajes parece un conjunto de cortometrajes unidos por un hilo conceptual; si no fuera por su espectacularidad ostensible, podría pensarse en sketches televisivos simulados como cine. Un oído atento a los diálogos detectará de inmediato el artificio. El trazo con el que Szifrón pinta a todos sus personajes es sociológicamente demasiado grueso, y la grosería gratuita asoma sin escrúpulos. Se dirá entonces, a modo de apología encubierta, que estamos frente a un film de género, como si esa presunta filiación habilitara una suspensión moral y política de la estética. Pero las grandes películas de género, no deberíamos olvidarlo, siempre aportan un balance casi imperceptible entre las cualidades morales de sus personajes. Por otra parte, ¿es Relatos salvajes realmente una película de género?
El recurso a la misantropía para articular la comicidad es probablemente el atajo más recurrente para un cineasta, un modo de sortear la conciencia con la que se filma y mira un mundo específico.
White God de Kornel Mundruzcó, al igual que Relatos salvajes, también empieza con todo. Una jauría de perros muy numerosa atraviesa las calles vacías de Budapest. La imagen es poderosa: son cientos de perros corriendo detrás de una sola criatura humana, una adolescente que va en bicicleta. ¿Es un sueño? Después aprenderemos que es un flashforward.
El relato es literalmente salvaje y bien podría ser otro capítulo del film de Szifrón. El director húngaro, que tuvo la osadía de dedicar su película a Miklos Jancsó, comparte una filosofía parecida con el realizador argentino: el mundo apesta, los seres humanos son esencialmente salvajes.
Lili tiene que irse a vivir con su padre por tres meses debido a que su madre tiene que viajar por trabajo. Irá a lo de su padre a regañadientes, y con ella se llevará a su perro Max. El padre, desde un inicio, rechazará a Max, y en cierto momento la mascota terminará en la calle. De ahí en adelante, con unos 15 minutos interesantes en cómo los perros se las ingenian para escapar de los guardias de la perrera municipal, White God se convertirá en una cruza berreta de Al azar Baltasar, Amores perros, White Dog y El planeta de los simios: revolución, un verdadero espanto. El perro Max pasará por distintos dueños, se convertirá en un perro de riña y terminará en la perrera. Allí liderará una revuelta canina que solamente será vencida por un par de notas de Richard Wagner interpretada por una trompeta.
Las dos películas desnudan involuntariamente el centro filosófico del festival de Cannes: la perversión, la crueldad y el resentimiento son cualidades humanas que cotizan muy alto en la mirada de sus programadores. Un sorete cayendo en un parabrisas es pura algarabía. El mejor amigo del hombre descuartizando a un malviviente un acto de justicia. Esta es la regla, y como ya sabemos: «la regla desea la muerte de la excepción».
Roger Koza / Copyleft 2014
Qué cagada si esta es la onda del festival, esperemos que no sea la de los jurados también. Excelente, Roger!
Roger, como estas? No te ofendas por el comentario que te voy a hacer. Primero, obviamente aun no vi la peli de Szifron, pero te leo desde que comenzaste con el blog. Y a veces siento que te es muy dificil, por no decir imposible, desenchufarte un rato y disfrutar, simplemente, miles de fotografias que pasan pegadas, una tras otra. El cine es todo. El cine es Lois Patiño y su maravillosa Costa da Morte, el cine es Journey to the West de Tsai Ming Liang, y el casi imperceptible andar del monje, es Terence Davies y The Deep Blue Sea (tres pelis que vi gracias a vos) y, a veces tambien es Titanic, Rapida y Mortal o Titanes del pacifico. Simplemente ver imagenes que te hacen olvidar del tiempo y del espacio, y que apuntan, no al cerebro o a la ideologia, sino a algo tan simple como hermoso, los sentimientos (amor, tristeza, alegria, risa, violencia). Creo que, en ocasiones. sobrepensas (no se si existe la palabra, sino la invento) algunas pelis, las sobreanalizas. Y no porque el analisis sea equivocado o erroneo. Sino porque se me hace que eso hace, de alguna manera, que te pierdas de algunos divertimentos, de algunos buenos momentos. De momentos que tambien son cine. Incluso, en algunos casos, el origen del cine. Como un tren llegando a una estacion. De vuelta, no vi aun Relatos Salvajes (tengo muchas ganas de verla), pero por haber leido casi todas las otras criticas, tanto las argentinas como las extranjeras, puede que este sea el caso de lo comentado mas arriba. Sin embargo, las mejores malas criticas, las mas justificadas, las mas hermosas para leer son las tuyas.
Un abrazo grande
Estimado Alberto: yo también creo que el cine es todo, pero el cine. Titanes del pacífico la llevo en mi corazón desde que la vi. He amado El campo de lo sueños, Legalmente rubia, Role Model. No creo que esté enfermo de seriedad. Y se lo digo con sinceridad.
Creo que el film de Szifrón tiene muchísimos problemas; lógicamente desde mi perspectiva. De todos modos, siempre es bueno recordar que el placer es tan legítimo como el análisis.
Un abrazo tan grande como el suyo. RK
Nada más reaccionario que la idea de que para disfrutar hay que «desenchufar» el cerebro: desde ya, es lo que quisiera de los seres humanos el 95% de la industria cultural, empezando por la TV y el cine mainstream. Pero los festivales de cine debieran ser precisamente un lugar para privilegiar la excepción y no la regla. En ese sentido, el último párrafo de la nota describe con precisión el estado de buena parte del cine contemporáneo.
Ahí va.
Me parecía muy raro que de la mente de quien dirigió las sobrevaloradídismas Los simuladores, Tiempo de valientes y El fondo del mar saliera algo bueno. Parece que por acá va la cosa, entonces….
Saludos,
L.
Si Los Simuladores está sobrevaloradisima creo que deberías llamarte a silencio. Fue de lo mejor que se ha visto en televisión argentina. Gil.
No creo que los simuladores haya sido lo mejor de la tv nacional de los ultimos años, mira «el garante», » la condena de gabriel doyle», » todos contra juan», esos 3 productos fueron mucho mas que lo que llamas «lo mejor»
El final de esta nota es absolutamente admirable.
Abrazo Q.
Qué brillante es este artículo
Querido Roger: sin haber visto la película de Szifron, coincido en que es muy obvio el criterio de los programadores del festival. Se le ve la hilacha a Cannes, y tengo que decir que de lo que vi este año, la mayoría de las películas son más de lo mismo. La de Alonso se destaca como algo autónomo, y esto – más allá de los méritos de Jauja – lo digo con un dejo de tristeza. Abrazo y te seguiré leyendo, adhiero que el final del artículo es magistral.
Hermoso Roger cómo describes la basura. Sorpréndenos con alguna que te guste
Estimado Tori: no considero basura al film de DS; rara vez he visto algo en el que de verdad así lo considero. La entrada anterior hablo de dos películas que me gustaron mucho: la de Ceylan y la de Hausner. Saludos. RK
Respecto a «Relatos salvajes»: al parecer la película deja en claro todos los problemas que tenía «Tiempo de valientes», con el agravante de que la ceguera crítica al respecto entonces era solo local y ahora es global… Szifrón va a terminar en Hollywood y el efecto va a ser -como el del argentino en el trono de Pedro- un neoconservadurismo en el ámbito local. Acorde con los tiempos políticos que se vienen, bah.
No puedo hablar de Relatos salvajes, cuando se estrene veremos. No me gusta- a priori- tamizar las películas por el filtro de las anteriores. Cuando pueda verla será otro cantar y se guramet las ponga en relacion. Pero solo viendola, no antes.
La nota es el estado de las cosas Roger. Tal cual. No sólo de los festivales o de las películas, de todo el cine y del mundo cultural en general.
Abrazo. Necesitamos tos criticas suculentas.
El placer no tiene porqué disociarse de la reflexión y el pensamiento incluso pudiera potenciarse cuando no se subestima el conocimiento. Sin por esto caer en un intelectualismo vacío.
Respecto de Relatos Salvajes, cuando se ve el trailer puede intuirse que la película viene con todos los ingredientes de la gran industria y la planificación necesaria para gustar y seducir a las mas diversas audiencias. Quisiera verla por la aparición de Rita Cortese y Erica Rivas, pero el elenco por sí mismo no siempre garantiza un film sólido. Era predecible el fervor nacionalista que está despertando por estos lados.
Roger espero tus críticas de los films de Godard y los Dardenne. Habrá que ver que sucede con ellos. Saludos
Andrés: todos el elenco está muy bien; Martínez en especial. RK
Preferiría que la criticaras, no que me la contaras. Gracias. Ya sé que críticas no consultar…
Me parece bien… Sin embargo, si usted la ve verá que no se la conté. Saludos. RK
Estimada Amanda: releí la crítica que fue escrita en Cannes. Tiene usted razón: cuento algunas cosas; en parte es una falencia de la crítica (en la medida que uno adhiera a esa idea de no contar ciertas cosas; la literatura del siglo XVII contaba absolutamente todo al inicio de cada capítulo; el tema pasaba por otro lado); por el otro es un problema de la película: es lo único que hay. Sin embargo, crea usted en mí: las sorpresas pasan por otro lado, si es que hay algo de qué sorprenderse, en última instancia. Aún así, seguido por su comentario, agregaré peligro de spoiler). Saludos. RK
Amanda:Disculpe que me meta, pero si no quiere que le adelanten estos relatos, le sugiero que se abstenga de ver el «trailer» (el resumen de la película difundido como publicidad) ya que allí se le adelantará todo lo que la película tiene para contar. Es muy poco lo que la producción se «guarda» para sorprender en la sala de cine y, más allá de que es muy común entre las películas norteamericanas esto de mostrar absolutamente todo en sus trailers, RS es una película que se vende a sí misma como caja de sorpresas, y por eso llama la atención lo previsible que resulta.
Lo que sucede es que, sin el efecto de las vueltas de tuerca (ya reveladas en el trailer y en la prensa) la pelicula deja al desnudo sus hilos y se vuelve un muestrario de ideas y recursos no siempre igual de efectivos.
Aprovecho para felicitar a Roger por su crítica. Saludos, Danilo.
Gracias Danilo; es un poco lo que quise responderle a Amanda, alguien que sospecho por su comentario que no volverá por aquí. Algo de razón, de todos modos, tenía. Y hoy pensé por qué escribí así: en Cannes intento se más descriptivo que conceptual, fundamentalmente porque siempre creo que esas películas no llegarán. Esto fue un error, inconsciente, si se quiere. Saludos. RK
De la película (y la posterior conferencia de prensa) me llamaron la atención dos cosas: primero, que el director se haya guardado su capacidad sublimatoria para sí y no la haya compartido con sus personajes; segundo, que se confundan los estallidos de violencia con «momentos de liberación». La descarga liberadora puede funcionar en el reino animal pero en el de los seres parlantes, es otro cantar.
Se trata, esencialmente, de tachar una parte de la definición de Aristóteles: animal sin lo político. Saludos. RK
A mi la pelicula me gustò mucho….me resultò una pieza cinematogràfica de gran atracciòn.
De todos modos tu analisis me parece sumamente interesante y fundado. Lo que tambien me parece es que el mundo se nos està cambiando mucho y la algarabia en Cannes por el sorete cayendo en el parabrisas es una señal de eso mismo, Cada vez nos resultarà màs dificil saber en donde està una verdadera obra de arte cinematogràfica que no caiga en esos faltantes o excesos que mencionabas.
Dufo: aprecio muchísimo el tono de su intervención.
1. Sí, estoy de acuerdo contigo en cuanto a una especie de crisis de criterio sobre cómo pensar o detectar una verdadera obra de arte. Para mí resulta el tema fundamental para la crítica y la programación.
2. Hoy volví a verla, con la esperanza de encontrarme con algo que no vi, o verme desafiado a cambiar de opinión. No sucedió. Lo único bueno fue verla en 35mm: hace tiempo que no veía una film que tuviera color y brillo en un cine de Córdoba. Curiosa paradoja: un film oscuro resulto involuntariamente luminoso.
Saludos.
RK
Estimado Roger…..yo tambien tuve esa sensaciòn ayer de esplendorosa visualidad en un Cinemark. Lamentablemente las peliculas que frecuento las veo en salas de proyecciòn espantosa, por lo que el disfrute fuè mayor.
Ahora pienso…que es lo que tiene esta peli que, màs allà de una probable buena y costosa publicitaciòn, moviliza tanto las expectativas y el interes de todo tipo de pùblico?
Anteayer, en un colectivo de la linea 15 habia un tipo que vendia por diez pesos un dvd supuestamente con la pelicula de Szifròn…algo que me resulta inèdito…una estafa en nombre de tanta repercuciòn en el ambiente.
Tambien noto en los comentarios de los especialistas una divisiòn que roza aspectos tan delicados como epitetos de nazismo, fascismo, anarquismo,etc..
No dudo de la explosiòn en la taquilla de RS…..y serà entonces el turno de los idòneos en ciencias sociales, salud mental y demàs yerbas sociopolìticas que haran su
enero tratando de dar su explicaciòn sobre què nos pasa a los argentinos y al mundo. Bienvenidas esas discuciones.
Un saludo
La vi anoche y me pareció bastante floja. En gran medida porque esa misantropía que mencionás ni siquiera va a fondo: el final de la última historia -el final de la película, en definitiva- termina siendo condescendiente. Y hasta parece proponer una especie de conciliación demasiado simple y amable.
Roger: como siempre pienso en relación a los grandes, ponés en palabras esas ideas que vagan en la cabeza de uno pero que no llegan a tomar forma. Gracias por tu lucidez.
Entiendo, luego de ver el largo, que es un proyecto muy bien logrado.
Ahora bien: los episodios de Cortese, Sbaraglia y Martínez guardan una hermandad muy consolidada si pensamos en «la agentinidad al palo»; te involucran en esa sensación cotidiana tan nuestra hoy de percibir todo el tiempo que nos movemos sobre una delgada línea que, a la primera de cambio, puede explotar en la peor desmesura.
No sucede lo mismo con el episodio inicial (genial), ni con el de Darín; tampoco con el de la boda. Que parecen primos hermanos o segundos.
Digo, si se quiere mostrar un «todos son diferentes» y en esa variedad radica su riqueza, pues que realmente lo sean. Porque un film de estas características bien puede mirarse en relación a una «integridad» conceptual en función de una idea que opere como enlace. Lo cual no implicaría repetir 6 veces lo mismo, claro. El ver los tres «hermanos» propone y abona un viejo precepto en relación al cine: «muéstrame tu aldea». Excelente en ese trío: esto somos, esto es lo que nos pasa, así estamos.
Sin embargo, con la historia de Darín y la de la boda, el relato que engarza a los relatos se torna digresión. Y la resolución suena a final feliz porque no-sé-cómo-terminar-con-esto. La violencia en la que hace foco primero, se desdibuja después (al tono, me refiero). Porque el momento en que la amante del episodio final queda gravemente lastimada se pasa demasiado por alto (¿por qué no detenerse más en esa escena?) y la pareja atormentada termina feliz (en una felicidad un tanto insalubre, planteada en esos términos…).
Digo.
Con Relatos Salvajes la tele llegó al cine(PRODUCE TELEFÉ): violencia pero pará tampoco tanto;conciliemos no vaya a ser cosa de que rompan todo. Eso explica el final y explica también que no se juegue de lleno en la escena escatológica. Eso es bien de tele, ser burdo sin buscar un efecto disruptivo tremendo. Algo que, me parece, el cine permite. Igual no sé un carajo de cine pero me puse a buscar críticas sobre la película porque me sentí mal con RS. No me gustó que no me gustara. Y un poco bien me hace encontrar otra mirada que la de «excelente película». Por último, como me dijeron ayer, el avance en el cine argentino está en los trailers.
Estimado Roger, le pido por favor que tenga en cuenta a la hora de hacer una critica , que no de tantos de talles del film , como en el corto Pasternak, del film Relatos Salvajes.
Saludos.
Fíjese que aviso sobre los spoilers. Y si usted mira un poco más arriba en los comentarios explico un poco la razón. Saludos
Roger: aunque no soy gran amante del cine -oscilo (sin ningún tipo de orgullo) entre no gustar de la industria cinematográfica «en serie» y no soportar el snobbismo de los ámbitos del cine «independiente»- soy gran amante de tus críticas, tanto por radio como por televisión. Diría, inclusive, que son mi mayor nexo con el cine. Leyendo tu crítica a RS (y habiendo escuchado también la que hiciste en Radio Universidad, donde creo que fue aún mejor que aquí, porque complementabas tu análisis del mensaje de la película con la postura adoptada por Szifrón en el programa de Mirta) pienso que tus críticas me gustan porque son profundamente sociológicas y hasta antropológicas (en tanto y en cuanto registrás «lugares comunes», «estereotipaciones», etc.). Si bien podemos pensar que esa es un condición sine qua non de la crítica (dado que el arte no puede ser escindida nunca del universo social en que es producida) no es usual encontrar esas cualidades en las críticas de cine. En fin, hablo desde la ignorancia más absoluta acerca de la crítica, pero te loquería decir.
Estimado Luc: muchas gracias por tomarse el tiempo para hacerme saber de que alguien valora mi trabajo. Aunque no parezca, siempre es bueno saber qué piensan los otros. Tanto los que están en total desacuerdo como aquellos que valoran mi punto de vista. Saludos. RK
http://circo-analisis.blogspot.com.ar/2014/08/relatos-salvajes-una-anti-critica.html
Pensaba en la historia del comienzo, la de Pasternak. En cierto sentido es original pero no es para nada arriesgada la idea. Creo que es una película que carece de riesgo, elemento clave para que un guión predeterminado de antemano no pese tanto a la hora de filmar. Las actuaciones son demasiado artificiales, recuerda en parte a Alex de la Iglesia, pero sin gracia. Ahora, el punto central creo que es que la película no en sí una película sino más bien una serie de historias, ni siquiera hay desarrollo de personajes. Digamos que son como cuentos. Pero si decimos eso, yo me quedo mil veces con la historia del avión narrada por Laiseca (estoy suponiendo esto, nunca lo hizo), como hacía en Isat, con un pucho en la mano a las 12 de la noche, y te morías de miedo. Me dio la sensación de que son historias que yo te puedo contar a vos y ya no necesitás ver la película porque las tomas, la edición, etc, es decir, todos los elementos que en cine son más importantes que LA IDEA EN SI, son demasiado estereotipados. Saludos
Roger,
con tu permiso, te acerco acá un link a un ensayo de mi autoría que salió publicado en una revista digital. Es un análisis de RELATOS SALVAJES, pero se puede descargar, a su vez, la versión extendida del ensayo, que revisa también la filmografía completa de Szifrón.
Ni hablar que aprendo mucho sobre cine y escritura leyéndote a vos, por más que no acuerde a veces en las lecturas.
Es la primera vez que escribo algo en este registro, así que bueno, te lo acerco a vos y a tus lectores, por si a alguien le interesa. Gracias y un abrazo. Gus.
http://labrokenface.com/tiempo-de-calientes-el-enojo-de-szifron-en-relatos-salvajes/
Hola Roger, gracias por tu crítica que es acertadísima porque hacer ver lo que no resulta evidente, es una crítica netamente filosófica. Y luego de verla puedo decir que me vinieron varias de las ideas que exponés tan admirablemente, aunque también puedo decir que disfruté la película mientras la veía y salí con la sensación de que estaba muy bien realizada. En fin, uno de los principios de la práctica del zen es el de «abrazar las contradicciones», propias, por supuesto. Abrazo y gracias por ir más allá de la mirada ingenua, creo que esa es tu actitud filosófica :-).
¡Qué basura que es WHITE GOD! No puedo creer que haya sido premiada en Cannes. Totalmente de acuerdo contigo, Roger. Lo único interesante- ponele- es la música de Liszt y la actuación del perro protagonista, que es muchísimo mejor que la de todos los actores juntos. Indignación absoluta.