CINECLUBES DE CÓRDÓBA (06): EXTRAÑA COINCIDENCIA

CINECLUBES DE CÓRDÓBA (06): EXTRAÑA COINCIDENCIA

por - Cineclubes de Córdoba, Críticas
01 Jul, 2013 06:49 | comentarios
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Bernie

Por Roger Koza

La distancia que suele existir entre el cine que se estrena y el que se ve en cineclubes o salas alternativas es a veces apabullante. ¿Estamos hablando de lo mismo? ¿Qué tienen en común El hombre de acero y Tabú? Sin embargo, por un par de días, varios directores que están en cartelera estarán en ambos mundos. Además, en los cines sin pochoclo vuelven algunos clásicos de todos los tiempos.

Antes de rodar en Grecia la extraordinaria Antes de la medianoche, el gran Richard Linklater, siempre impredecible pero jamás incoherente, hizo una película rarísima llamada Bernie (2011). El territorio simbólico es el de los Coen y David Lynch: la locura (y violencia) americana, pero Linklater ni es cínico y sádico como los Coen ni magníficamente perverso como el director de Imperio, lo que no implica que renuncie a la lucidez. ¿Quién es Bernie Tiede? En el filme, Jack Black, y en la vida real una especie de embalsamador y especialista en ritos funerarios.

El comienzo de Bernie no podría ser mejor: el especialista embellece a un cadáver y los estudiantes observan los procedimientos como si se tratara de una clase de cocina. De ahí en adelante, Linklater propone un falso documental sobre este personaje en el que miembros de la comunidad de Carthage (algunos actores, otros gente real), un pueblo de Texas, reconstruyen la historia de Bernie, amado como pocos por su benevolencia infinita, aunque en la actualidad cumpla una pena máxima en una penitenciaria estatal: cadena perpetua por homicidio calificado. ¿Es Bernie un monstruo? Linklater está más interesado en la psicología colectiva, y su película funciona como un test amable pero cabal del delirio americano. Como en la magnífica Los Newton Boys (1998), cuando empiezan los créditos se puede ver al verdadero Bernie charlando con Black. Lo real es aquí más poderoso que la ficción, y la historia de Bernie es insólitamente inimaginable. (Viernes 5, a las 20.30hs, en Cinéfilo Bar, Bv. San Juan 1020)

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El viajero

El viajero (1974), el primer largometraje de Abbas Kiarostami, contiene, potencialmente, la totalidad de su cine y, como suele ocurrir con las operas primas de los grandes maestros, se trata de una obra maestra. Como en los cortometrajes anteriores a El viajero, los protagonistas son los niños, aunque no se trata en este caso de un film con fines pedagógicos. La historia: un niño obsesionado por ir a Teherán a ver un partido de fútbol empieza a juntar dinero como puede. Tiene que escabullirse del control de su familia y el colegio. En un pasaje bellísimo, el niño oficia de fotógrafo escolar con una cámara que no funciona. Por cada foto posa un alumno de la escuela, incluso algunas madres. De algún modo, Kiarostami destituye la inocencia para convertirla en expresión poética. En otras palabras, determinados eventos ordinarios son trastocados para elevarlos a un contexto extraordinario. Como ocurriría tres décadas después con Offside, de Jafar Panahi, discípulo de Kiarostami, el fútbol y el deseo de un niño por entrar a la cancha funcionan indirectamente como un espejo en el que se reflejan la incompatibilidad e inconmensurabilidad entre el mundo adulto y el de la niñez. La cámara, como en ¿En dónde está la casa de mi amigo?, se mantiene irrestrictamente a la altura del niño que sostiene el relato. Es una perspectiva, una premisa ética y estética. Y también un análisis político: la niñez no es una institución, es más bien una forma que se institucionaliza. En el estadio tiene que esperar unas horas hasta que comience el partido que tanto espera. Explora la cancha y sus alrededores. Observa nadar a otros niños en una pileta del club y decide dormir una siesta. Todo esto no sólo sirve para que Kiarostami introduzca dos secuencias oníricas en las que se pueden ver las posibles puniciones que le esperan al niño, sino también para determinar el cruce entre el deseo y la ley en un orden social específico. Tan magistral es esta pieza temprana que tiene la delicadeza de ocultar su perfección. (Miércoles 3, a las 20.30hs, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, Bv. San Juan 49)

Zhao Tao, la gran actriz china y musa del gran Jia Zhang-ke, es la protagonista de este filme discreto pero conmovedor en sus propios términos, aquí bautizado con el espantoso nombre de La esperanza de una nueva vida (2011), donde Zhao es una inmigrante china que trabaja en una fábrica italiana con la esperanza de poder traer algún día a su hijo pequeño, que vive en China. En algún momento la transfieren a Venecia, donde empezará a trabajar en un café y conocerá a Bepi, también inmigrante pero de Europa del Este, que vive hace tiempo en Italia y al que todos llaman el poeta. Filme intimista, de gestos y detalles: la Venecia que descubre aquí Andrea Segre poco tiene que ver con la postal turística, y la potencial historia de amor tampoco responde a los imperativos narrativos de la época. (Del jueves 4 al domingo 7, en Cine Teatro Córdoba, 27 de abril 275).

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Mogambo

En la legendaria sección “Pasión de los fuertes”, los sábados a la tarde, Alejandro Cozza arranca un ciclo dedicado a África con la sensacional Mogambo (1953) de John Ford. Esta revisión de Tierra de pasión (1932) vuelve a tener como protagonista a Clark Gable, un cazador que vive en África y que a pesar de ser un solitario se sentirá atraído por dos mujeres que por diversos motivos aparecen en su vida. Ava Gardner y Grace Kelly son las mujeres en cuestión, y la inteligencia de Ford no reside solamente en examinar la dinámica de las pasiones amorosas sino en trabajarlas en un contraste directo con otro universo simbólico, vinculado a la naturaleza y la cultura africana. (En el Cineclub Municipal Hugo del Carril, Bv. San Juan 49, a las 19.30hs)

La noche del señor Lazarescu, segunda película de Cristi Puiu, sigue las peripecias burocráticas que tiene que padecer un jubilado que siente un fuerte dolor de estómago y llama al servicio de ambulancias, que demorará 45 minutos (reales). El mejor cineasta rumano de la actualidad devela en esta elegía pesimista la burocracia ya no como un padecimiento institucional y un virus estatal sino como un poder, una forma de vida que escribe la historia del cuerpo. Película extraordinaria. (Jueves 4, a las 20.30hs, en el Cineclub La Quimera, Teatro La Luna, Pasaje Escuti 915)

Esta nota fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de julio 2013

Roger Koza / Copyleft 2013