CINECLUBES DE CÓRDOBA (10): ESPERANDO POR LUMIÈRE
Por Roger Koza
Durante todo julio no hubo en las salas comerciales ni un sólo estreno destinado a la población adulta, y menos aún cinéfila. Para una cura directa y total por la falta de un cine vital y exigente, quienes vean D’Est (1992), de Chantal Akerman, el próximo jueves en el cineclub La Quimera, podrán verificar de inmediato las posibilidades de ese invento que todavía llamamos cine. Akerman, una de las directoras más importante de la historia del cine (junto con su compatriota Agnès Varda), visita los escombros simbólicos de lo que fue Europa del Este, poco después de que el Muro de Berlín se desplomara y países como Alemania, Polonia y Rusia restablecieran su pertenencia cabal al Occidente liberal.
Se trata aquí de un viaje visual sobre dos ejes: los rostros y los espacios públicos, y la combinación poética de ambos constituye un retrato aciago del “fin de la historia”. Los notables y majestuosos travellings laterales, casi siempre de derecha a izquierda (como si Akerman los asociara a la escritura del hebreo), suelen servir para interceptar a los transeúntes en la vía pública, que parecen experimentar una desorientación general. Akerman filma las paradas de tren y ómnibus como si fueran un corredor infinito de condenados por la Historia. Los rostros se ven siempre a cierta distancia, y ninguno parece expresar un gesto mínimo de satisfacción. A veces, Akerman espía incluso la intimidad cotidiana de algunas casas; un ama de casa realizando sus tareas domésticas remite directamente a Jeanne Dielman, la indiscutible obra maestra de la directora belga. Es extraordinario comprobar cómo una película puede sostenerse sin los recursos de la palabra y la música y funcionar como un tratado preciso y contundente sobre el significado del fin del comunismo. (Jueves 1, a las 20.30hs, Teatro La Luna, Pasaje Escuti 915)
¿A quién se le puede ocurrir entremezclar el western y el cine de samuráis? ¿Quién puede yuxtaponer en un relato cinematográfico el contexto de la Guerra de la Triple Alianza y el fin del Período Edo en Japón? Gaspar Scheuer demuestra en Samurái que no hace falta gastar millones de dólares para asumir riesgos estéticos: una buena idea, dos buenos actores y un director de fotografía puntilloso pueden hacernos creer que estamos en el siglo XIX. La relación que se establece entre un ex combatiente del exterminio paraguayo y un japonés exiliado en la pampa le permite a Scheuer indagar sobre la amistad, la diferencia cultural y las relaciones entre tradición y modernidad a escala íntima. Película más que atendible. (Del jueves 1 al domingo 4, en el Cine Teatro Córdoba, 27 de Abril 245)
¿Otra película de Hong en Córdoba? En Una mujer en la playa un director de cine viaja con un asistente y su novia (admiradora del realizador) a una zona costera para seguir escribiendo el guión de una película en la que un hombre escucha en todos lados música de Mozart. El director no para de seducir a la novia de su colaborador, que dice: “Ya que estamos, no soy su novia”. Acostarse con su fan es una cuestión de tiempo, pero la pasión tendrá como límite los propios miedos del director, que no quiere involucrarse demasiado. Hong ve a sus personajes como títeres de una estructura psíquica y simbólica que los lleva a repetir situaciones cotidianas y a insistir en deseos reiterados, lo que muchas veces les impide interpretar a fondo el objeto y objetivo de sus deseos. En una secuencia genial, el director expone a través de unas figuras geométricas una teoría ridícula y cómica de la conducta y una relación entre imagen y realidad: “Estamos repitiendo imágenes que otros han grabado en nosotros”. Película lúcida, secretamente cómica y caústica, filmada con la elegancia característica del director. (Miércoles 31, en Cinéfilo Bar, Bv. San Juan 1020)
No hace falta haber visto ni Cold Fish ni Love Exposure para seguir el filme que cierra “la trilogía del odio” de Sion Sono. Si bien El amor y la culpa puede ser leída como una exposición delirante y corrosiva de una confrontación dialéctica entre dos fuerzas opuestas y estructurales del psiquismo, llamémosle Eros y Tánatos (aquí en clave nipona), no es ni el odio ni el amor el tema central del filme, sino la represión como modus operandi de la cultura japonesa. La detective Kazuko intenta descifrar un brutal asesinato en la zona roja de Tokio: Sono adelanta al comienzo de cada uno de los cinco capítulos el estado de la investigación para luego reconstruir en flashbacks heterodoxos la historia de la víctima, Mitsuko (de día profesora de literatura en una universidad elitista y de noche prostituta), y la de su discípula, Izumi, una obediente esposa de un famoso novelista convertida paulatinamente en prostituta; en verdad, Izumi intenta reinventarse, y si hay algo que le fascina verdaderamente de su gurú sexual es su conocimiento de la poesía de Tamura Ryuichi, cuyo poema “De camino al hogar” atraviesa espiritualmente el relato. ¿Una deconstrucción voluptuosa de las costumbres? Los rituales domésticos de Izumi y un pasaje extraordinario en donde Mitsuko visita a su madre junto con Izumi y un proxeneta sintetizan las prácticas sociales y el doble discurso que las organiza: la obsesión por la pureza y la pulcritud son el reverso exacto de la perversión. Las interpretaciones son gloriosas y el montaje vertiginoso, a veces desacelerado por acordes musicales de Marais y Mahler, es asombroso. Sono sugiere que el sexo y el lenguaje son la estofa de la identidad, cuya codificación rígida y extrema en la cultura japonesa no deja jamás de causar malestar. (Miércoles a las 20.30hs, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril)
Después del éxito de su estreno en Córdoba, vuelve Salsipuedes, de Mariano Luque, donde el joven director explora la violencia de género sin apelar a la denuncia ni al lugar común. Un bosque encantado en las sierras sirve de contraste para el desencanto que vive la protagonista (Mara Santucho), testigo del pacto silencioso entre sus propios familiares y el hombre que vive con ella. (Del jueves 1 al domingo 4, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, Bv. San Juan 49)
Roger Koza / Copyleft 2013
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