CINECLUBES DE CÓRDOBA (19): DE PARAÍSOS Y CINEASTAS
Por Roger Koza
En el espacio INCAA de Ciudad de las Artes este miércoles 6 de noviembre habrá un programa perfecto: a las 19.30hs se exhibirá Tabú (1931), la última película de Murnau, sin duda otro título magistral del director alemán. A las 21.30hs se proyectará Tabú (2011), de Miguel Gomes. Dos películas clave en sus respectivos momentos históricos, unidas por un título y temas parecidos, pero también disímiles, y no sólo por la distancia cronológica. El programa doble puede considerarse una introducción y revisión retrospectiva del cine clásico y sus alcances en nuestro tiempo.
La obra crepuscular de Murnau, una supuesta codirección con el documentalista etnográfico Robert Flaherty, iba a ser un documental rodado en Bora Bora (Tahití), en una zona alejada de la civilización occidental, hasta que Murnau lo convirtió en un drama amoroso etnográfico y colonial interpretado por actores no profesionales. El resultado sigue siendo asombroso y su poder visual inolvidable.
En el filme de Murnau la noción de tabú está relacionada con el destino de una joven (Reri), enamorada de un pescador (Matahi), que es elegida por el jefe de su tribu para ser la nueva doncella sagrada. Semejante honor religioso conlleva un tabú: quien pretenda seducirla morirá junto con Reri. La otra aplicación conceptual del término implica una zona prohibida en el mar donde los buzos que intentan extraer perlas de las profundidades se encuentran con un tiburón asesino.
Está dividida en dos capítulos: “Paraíso” y “Paraíso perdido”. Las primeras secuencias transmiten una vida idílica en la que la pesca, la danza, el sentido de comunidad y el ocio constituyen un estilo de vida, estado colectivo de bienestar que paulatinamente se va perdiendo. Si el sombrío final en el que Matahi intenta rescatar a Reri es aún hoy un prodigio de montaje se debe a la sensibilidad rítmica de Murnau, capaz de combinar música e imagen como nadie.
Tabú, de Miguel Gomes, reconoce alguna filiación con el filme de Murnau, pero no se trata de una remake. El tabú aquí pasa por el adulterio. El filme también está dividido en dos secciones, aunque el orden es inverso: el “Paraíso perdido” remite a Portugal actual y el “Paraíso” se sitúa en una colonia portuguesa en África, momento en el que filme se apropia en parte del lenguaje del cine mudo. La secreta historia de amor de Aurora es el tema, y su hermosura y tristeza son propias de una cinematografía tan extraordinaria como la portuguesa.
Roger Koza / Copyleft 2013
Aquí se puede leer una crítica extensa sobre Tabú, de Miguel Gomes:
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