CINECLUBES DE CÓRDOBA (32): PRIMERA B
Por Roger Koza
Algo profundamente democrático y hermoso del cine es que hay películas grandiosas del llamado cine arte, obras maestras que provienen del cine industrial, películas notables de género e incluso títulos inolvidables que pertenecen a un sistema de producción de segunda línea como el cine clase B. La sabiduría cinéfila consiste en igualar todas las películas en un mismo país imaginario: allí conviven Kiarostami con Siegel, el western spaghetti con el cine de vanguardia, los personajes del neorrealismo con los zombis.
El Cineclub de la Biblioteca del Cineclub Municipal Hugo del Carril (Bv. San Juan 49) arranca con una revisión de varios clásicos del western spaghetti, ese subgénero nacido en la década del ’60 cuyo director mayor fue, sin duda, el gran Sergio Leone. Django, dirigida por Sergio Corbucci, otro de los grandes directores del género, ha revivido en parte por la reciente apropiación indirecta de Quentin Tarantino en Django encadenado, aunque el personaje interpretado por primera vez por Franco Nero ha sido una figura recurrente en varias películas a lo largo de los años.
La gran potencia del género reside en la creación de personajes notables como Django y en una sintaxis cinematográfica libre y propia de la época. ¿A quién se le puede ocurrir un cowboy que viaja a todos lados arrastrando un ataúd? ¿Quién puede olvidar el sonido del viento en el filme de Corbucci o el maravilloso uso del zoom a lo largo de toda la película?
La trama se sintetiza en pocas palabras: al comienzo, Django le salva la vida a una mujer azotada por unos bandoleros yanquis. Los mexicanos, presuntos revolucionarios de la región, se enfrentan con los yanquis. Django se mantendrá neutral, aunque estará ligado con los revolucionarios, más que nada para compartir un botín de oro. Una balacera en una cantina, el duelo entre Django y unos 40 pistoleros y la escena final en un cementerio donde el héroe tendrá que ingeniárselas para disparar con las manos destrozadas son secuencias en las que se verifica una idea de puesta en escena. Véase el plano final, en profundidad de campo: la pistola en una cruz en el frente del plano y al fondo Django yéndose del cementerio, evidente destreza formal de este tipo de películas. (Miércoles 3, a las 22hs, Bv. San Juan 49)
Beethoven y Masoch en clave japonesa
En una escena magnífica de R-100 (2013), de Hitoshi Matsumoto, un ejecutivo japonés reprimido se asocia a un club privado masculino ligado a un servicio de fantasías sadomasoquistas: mientras da vueltas en una calesita varias dominatrices se muestran como posibles objetos de su fantasía. El protagonista goza de que mujeres vestidas de negro le peguen, lo aten o le den un par de patadas; así se excita y se libera. Desde ese momento, varias mujeres aparecerán sin previo aviso en situaciones insólitas para darle su merecido al respetable ejecutivo. En el momento del clímax su cara se hincha como si se tratara de una eyaculación facial, gag recurrente que alcanza su mayor comicidad cuando se transfiere a otro personaje. Matsumoto lleva la premisa hasta límites incómodos, pero jamás pierde el control de su cuento moral, que culmina con una delirante escena musicalizada con la Novena Sinfonía de Beethoven. Al final de cuentas, se trata de un filme dentro del filme, dirigido por un anciano que está más allá del bien y del mal, lo que justifica al propio Matsumoto. (Jueves 4, a las 20.00hs, en La Quimera, Teatro La Luna, Pasaje Escutti y Fructuoso Rivera)
Alienígenas y ciencia
Uno de los grandes personajes surgidos de los estudios Hammer es el doctor Quartermass. En ¿Qué sucedió entonces? (1967), de Roy Ward Baker, el famoso personaje se ve envuelto en una extraña situación en la que su saber científico tendrá que confrontar con posibles espíritus (en realidad una suerte de langostas extraterrestres) que viven en una estación en refacción del subte londinense. El hallazgo de unos esqueletos antiquísimos lleva a algunos personajes a ciertas visiones misteriosas, hasta descubrir una pretérita nave espacial. Los efectos especiales son inverosímiles para una mirada actual, pero algunas especulaciones científicas y filosóficas son ingeniosas, sostenidas con gran dignidad en los parlamentos por sus intérpretes, en especial Andrew Keir como Quartermass y James Donald en el papel del doctor Roney. (Lunes 2, a las 20.30hs, Cinéfilo Bv. San Juan 1021)
Este artículo fue publicado por el diario La voz del interior en el mes de junio 2014
Roger Koza / Copyleft 2014
…Recuerdo cuando niño haber visto aquel ‘Django’ y convertirme en fanático, al punto de jugar a ‘arrastrar el ataúd’ en un soñado ‘oeste’, en el patio de casa… pero el criterio cinéfilo aún no llegaba: también era fan de ‘Ringo’…
Mi ídolo de esa edad fue Trinity. Y lo más curioso fue cuando sucedió esto: http://www.conlosojosabiertos.com/en-los-hombros-de-bud/
…Ja ja, si, también fui fan de las dos primeras películas de ‘Trinity’, pero ahí ya tenía 9 años (bueno, tampoco eran muchos)… que bueno también poder re-leer aquella hermosa nota-Spencer, Roger…
«qué sucedió entonces?» es «Quatermass and the Pit», de la gran serie de Quatermass, nombre con ecos de Rider Haggard (Quatermain). Escrita por Nigel Kneale, un inglés que adaptó Wutherin Heights y hasta fue coguionista con John Carpenter de «Halloween III, Season of the Witch», esa rareza en la que encontramos hasta un antecedente de films como «La cabaña del terror» de Joss Wheadon.
Quatermass and the pit la daban en Cine de Super Acción, junto a otras que llenaban nuestra infancia.
También llegan El Pasado y Si Estoy Perdido no es Grave. Gran semana para los cineclubes y constatar una interesante y estimulante diversidad en su progragramación.