CINECLUBES DE CÓRDOBA (63): CINÉFIILOS EN ACCIÓN
Por Roger Koza
Se los extrañaba, al menos la secreta comunidad cinéfila de Córdoba los esperaba. Los jóvenes del cineclub y la revista Cinéfilo vuelven con todo: número nuevo de la única revista de cine de Córdoba en papel y regreso a las tareas de programación. La elección del filme inaugural está a la altura del paradigma estético que los define: una película de Hong Sang-soo. Título: El día que él llega (2011), una película que destila la poética de Hong. Antes de la función, presentarán el nuevo número de su publicación.
Pocos directores consiguen trabajar temas tan poco triviales como el deseo, la (in)comunicación entre hombres y mujeres, la contingencia de todas las cosas y la repetición de la vida cotidiana en un registro liviano y ocasionalmente humorístico. El maestro surcoreano Hong vuelve a demostrar todo su talento a partir de una anécdota: un director de cine llamado Yoo Sungjoon regresa a Seúl y visita a su amigo Youngho. Se encontrarán e irán a un bar. Hablar y beber son marcas registradas del cine de Hong, y no pasará mucho más, aparentemente. A partir de ese mínimo motor narrativo, Hong insiste en las variaciones de ese hecho menor pero placentero al que se suman cuatro mujeres (la dueña del bar, una vieja amiga de los dos amigos, una amante y una actriz) y tres estudiantes de cine.
Como suele suceder en Hong, los veloces zooms funcionan como reencuadres en vivo de la escena en desarrollo e indican a su vez una variación en el curso de la conversación, que suele estar focalizada en dos tópicos: el poder de la descripción de un otro sobre uno mismo –que, a pesar de la falibilidad e inexactitud de toda descripción, repercute sobre el yo– y el carácter azaroso de todos los hechos que se concatenan en nuestra vida cotidiana: no hay ningún motivo secreto detrás de nuestros actos; tampoco hay grandes certezas sobre quiénes somos. Lo genial es que los postulados filosóficos de Hong no se enuncian sólo en palabras sino también a través de la naturaleza de los vínculos y el juego de variaciones con el que trabaja las escenas.
El día que él llega es otra pieza extraordinaria de una obra singular que parece estar en evolución a pesar de que la repetición es parte de su sistema, como lo han demostrado sus películas posteriores. (Martes 7 a las 21.15 h, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, Bv. San Juan 49)
Los nuevos cordobeses
Atlántida (2014), la ópera prima de Inés Barrionuevo, es la película elegida para inaugurar el año en curso por los programadores del cineclub La Piratería. El delicado retrato de la vida adolescente en un pueblo no identificado de Córdoba en una época en la que los vínculos no estaban aún signados por las comunicaciones digitales le permite a la joven y talentosa realizadora cordobesa explorar el nacimiento del deseo en la adolescencia por distintos caminos. La precisión de la puesta en escena, el sólido trabajo de los intérpretes y algunos riesgos narrativos son los méritos ostensibles del debut de una realizadora que se habrá de tener muy en cuenta. (Martes 7 a las 20.30 h, Arturo Orgaz y La Rioja, barrio Alberdi)
El grillo (2013) fue el debut en la ficción de Matías Herrera Córdoba, tras su contundente ópera prima Criada (2009). En esta película discretamente existencialista que transcurre prácticamente en el jardín y los interiores de una casa, tres personajes revisan sus propios momentos de vida con algunos giros decisivos e inesperados en el caso de uno de éstos. Herrera Córdoba depende aquí mucho del trabajo de los actores, que cumplen roles destacados en cada caso; la interpretación de Martín Rena es particularmente notable debido a la sutileza de su registro. (Del jueves 9 al domingo 12 de abril en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, Bv. San Juan 49)
Una ópera en Burkina Faso
Quien aquí escribe nunca suele recomendar un filme sin haberlo visto, y sugerir a ciegas una película que no se ha visto es casi un acto de irresponsabilidad, pero, a juzgar por los antecedentes, El crujido del tiempo (2012), de Sibylle Dahrendorf, que se exhibe en el Museo Caraffa este miércoles 8 de abril a las 20.00 h, sugiere ser una película más que atendible. El famoso director de cine, teatro y ópera Christoph Schlingensief viajó a Burkina Faso en mayo de 2009 para hallar las locaciones de lo que sería luego una “aldea operística”. Enfermo de cáncer, Schlingensief, quien había emprendido esta empresa (no tan lejana de las aventuras de un Werner Herzog) junto al arquitecto Diébédo Francis Kéré, murió finalmente antes de que el proyecto se cumpliera, lo que no detuvo a Dahrendorf a finalizar su película. Dahrendorf, más tarde, declararía: “ No planeé que la película termine así. No esperaba que él muriera. Tan sólo quería contar una historia, como decía Christoph, de cómo el arte puede curar”. (En el Museo Emilio Caraffa, Av. Poeta Lugones 411)
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