CINECLUBES DE CÓRDOBA (69): HISTORIAS DE LIBERTAD

CINECLUBES DE CÓRDOBA (69): HISTORIAS DE LIBERTAD

por - Cineclubes de Córdoba, Críticas breves
01 Jun, 2015 09:31 | Sin comentarios
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La religiosa

Por Roger Koza

 Frente a una cartelera comercial empobrecida, a excepción de algún que otro título genial como Mad Max: furia en la carretera, la vida de los cinéfilos cordobeses, sin la actividad de sus salas alternativas, estaría muy marcada por algo parecido a la sed que experimentan los personajes del filme de George Miller: la escasez es la regla de su deseo.

Esta semana es insólita: de lunes a miércoles, por ejemplo, una selección de títulos representa una versión acotada de Venice Days, la sección organizada por realizadores independientes que funciona a la par y en el contexto del Festival Internacional de Cine de Venecia, acaso una versión italiana de la mítica Quincena de los Realizadores de Cannes, nacida en 1968. El evento tendrá lugar desde hoy hasta el miércoles 3 en el Cineclub Hugo del Carril (Bv. San Juan 49).

Entre los ochos títulos elegidos, hay un clásico que no necesita introducción: Roma, ciudad abierta (1945), de Roberto Rossellini. Lo que sí resulta pertinente decir es que los representantes directos del festival italiano han instalado un sistema de DCP en la sala del centro de la ciudad para que la calidad de la proyección remita directamente al estándar técnico del festival europeo. Esto implica que la versión digitalizada del filme de Rossellini se verá mejor que nunca. Ver esa obra maestra como corresponde es casi un deber (cinéfilo).

El resto de la programación consta, entre otras, de dos películas argentinas, una ya estrenada, como El 5 de Talleres (2014), y otra a punto de estrenarse, como El incendio (2015); se podrá ver también el filme de Alex de la Iglesia sobre el diez actual de la selección argentina y del Barcelona, Messi (2014), la película chilena La vida de los peces (2010), la israelí La fiesta de despedida (2014), la última película del director de Recursos humanos (1999), Laurent Cantet, titulada Regreso a Itaca (2014), y el film galo Noche de verano (2014), de Mario Fanfani. Son películas muy distintas entre sí, una heterogeneidad que define un poco los criterios de la sección en el festival.

Sin duda, Noche de verano, de Fanfani, con Guillaume de Tonquedec y la hermosa actriz y cantante Jeanne Balibar, es uno de los títulos para no dejar pasar. La película ganadora del Queer Lion de 2014 es un drama doméstico atravesado por la guerra de Argelia, a fines de la década de 1950. Un escribano a punto de obtener un cargo político lleva por años una doble vida: ama a su esposa Hélène y a su hijo en París, pero se escapa cada tanto a una casa de campo en donde se viste de mujer y tiene una especie de amante mentor, otro hombre travestido.

A partir de una de las subtramas, que compromete a un joven soldado y violinista que ha desertado del ejército francés para evitar ir a Argelia, reforzada simbólicamente por una carta a los combatientes escrita y leída por la esposa del escribano en una reunión social, Fanfani establece una relación directa entre los hombres travestidos y los conscriptos no convencidos de la lucha militar, legítimos desertores de una moral ortodoxa y patriótica que traiciona cualquier expresión de libertad. El registro cuidadoso, la reconstrucción mobiliaria de la época, los temas musicales elegidos y el formato del filme en 4:3 pueden remitir un poco a un melodrama de Douglas Sirk, lo cual para un director debutante es una filiación auspiciosa.

Víctima vertical

A quien haya visto la lúcida y lucida adaptación de Jacques Rivette de La religiosa de Diderot, le será muy difícil dejar de comparar esta nueva versión a cargo de Guillaume Nicloux de ese mismo texto: ¿quién podría olvidar el magnífico trabajo de Anna Karina en ese filme? Sucede que Pauline Etienne, la joven actriz que interpreta a la joven de 16 años llamada Suzanne, que en pleno siglo XVIII termina “presa” en un monasterio por mandato familiar, es la principal razón que esgrime esta nueva transposición, a veces demasiado académica, de Nicloux.

El anticlericalismo de Diderot se sobreentiende y no siempre las bellas imágenes impugnan la vida religiosa; la estética del ascetismo es demasiado hermosa en el lente de Nicloux, aunque el desorden emocional de las novicias y madres superioras funciona como una compensación crítica de una opción vital que esencialmente niega la vida. Isabelle Huppert tiene su aparición en los últimos 30 minutos de la película como una religiosa lésbica que pierde los estribos al conocer a la joven Suzanne, y su presencia está, lógicamente, a la altura del magnetismo de la joven intérprete.

El film de Nicloux se verá en la Semaine du cinema français 2015, que va del jueves 4 al domingo 7, también en el Hugo del Carril, en donde se proyectarán otras películas valiosas, como Crónicas diplomáticas, de Bertrand Tavernier, y la obra maestra de Aki Kaurismäki, El puerto.

Este texto fue publicado en La voz del interior en el mes de junio 2015

Roger Koza / Copyleft 2015