CINECLUBES DE CÓRDOBA (75): MURGA Y LOS OTROS

CINECLUBES DE CÓRDOBA (75): MURGA Y LOS OTROS

por - Cineclubes, Críticas, Críticas breves
13 Jul, 2015 04:26 | 1 comentario
la-tercera-orilla-2014-celina-murga-04

La tercera orilla

Por Roger Koza

Es una de las grandes realizadoras del cine argentino contemporáneo. Tiene cuatro películas en su haber y desde hace unos años es la protegida de Martin Scorsese, director que profesa por ella admiración y entusiasmo. Desde su ópera prima, Ana y los otros (2003), Murga, oriunda de Entre Ríos, no ha dejado de filmar y sus películas suelen transcurrir en el lugar en que nació y creció. En el Cineclub Hugo del Carril (Bv. San Juan 49), desde el próximo jueves 16 al domingo 19, se podrán ver todas sus películas (también las de su marido, Juan Villegas), una ocasión ideal para revisar el progreso de una carrera notable.

En su primera película, Murga contaba la historia de Ana, que regresaba a Paraná. El carácter semiobservacional del registro permitía entender las inquietudes de la juventud de esa ciudad de Entre Ríos en un tiempo específico, aunque el gran mérito de aquel primer filme consistía en el trabajo sobre el fuera de campo con el que se introducía en el relato la presencia-ausencia de un viejo novio, al que Ana comenzaba a buscar para reencontrarlo.

La gran excepción en cuanto a los escenarios característicos en las películas de Murga es Una semana solos (2007), una de las películas más sensibles en materia (micro)política del llamado Nuevo Cine Argentino, cuya historia se circunscribe a un country no muy lejos de la Capital Federal. Al cuidado de una empleada doméstica, los niños de una familia rica, junto con otros del vecindario cerrado, se ven comprometidos en un acto de vandalismo “menor”. Esta conducta inesperadamente violenta tiene a su vez un contraste mayor cuando el hermano de la mujer que los cuida visita la casa y en la interacción de clase se descubren todavía otros contrastes y diferencias. La dirección de actores es asombrosa, y la inteligencia de la puesta en escena se constata en que jamás se subraya y siempre se sugiere, como sucede en un plano subjetivo fugaz en el que una de las niñas de la casa espía desde la combi que la lleva al colegio un barrio muy pobre no muy lejos del suyo.

También se podrán ver las dos últimas películas de Murga: por un lado, La tercera orilla (2014), gran retrato familiar de clase (y de provincia) que conjura los vicios del costumbrismo y permite seguir la conquista de su joven protagonista de su propia autonomía, alejándose así de la figura casi siniestra de su padre; por el otro, se verá Escuela normal (2012), documental observacional acerca de una escuela secundaria en la que Murga consigue entender los procedimientos de construcción del imaginario político y democrático de los jóvenes estudiantes de la institución elegida para filmar.

6117693627_4b2546aabe_b

Santa Juana

La guerrera del Altísimo

Santa Juana (1957), adaptación de una obra teatral de Bernard Shaw en manos de Graham Green y dirigida por el gran Otto Preminger, sobre la vida y el proceso de Juana de Arco, fue protagonizada por Jean Seberg en el papel de la santa y cuenta con las presencias de John Gielgud, Richard Widmarck, Richard Todd, entre tantas otras figuras en el elenco, motivo suficiente para considerar a fondo uno de los tantos retratos de este ícono teológico y político de Francia.

A diferencia de las dos obras maestras de Dreyer y Bresson sobre la santa, el tono elegido por Preminger es aquí por momentos humorístico y exento del hieratismo sublime de ambos retratos aludidos recién, una estrategia de distanciamiento que acentúa una lectura moderna del caso. La racionalidad de la puesta en escena se revela en el principio, cuando Juana de Arco, ya ciudadana de otro mundo, tiene una aparición en un sueño de Carlos VII, momento en el que los dos juntos revisan los acontecimientos pasados con la distancia crítica y reflexiva que otorga el tiempo. De ahí en más, la película cuenta la historia conocida de la religiosa militarizada que terminará en la hoguera el 30 de mayo de 1431.

Los diálogos decisivos del juicio tiene una agudeza conceptual que excede a su tiempo, pero son perfectos para sugerir la dificultad epistémica de hallar un criterio de demarcación entre la inspiración divina o diabólica de la acusada. Las plumas de Shaw y Greene, por otro lado, no dejan de señalar el costado político del juicio. Este fue el debut de Jean Seberg, cuyo aplomo en el papel no solamente resulta evidente sino que anuncia sin duda el nacimiento de una estrella indiscutible, cuya muerte temprana y misteriosa parece estar en consonancia con el espíritu de desobediencia del personaje con el que empezó su carrera. (Jueves 16, a las 20 h, en el cineclub La Quimera, Teatro La Luna, Fructuoso Rivera y pasaje Escutti)

El tren de la Historia

Es notable cómo una anécdota de espionaje de posguerra, la que articula Berlín Express (1947), del maestro Jacques Tourneur, puede servir como encuentro (in)directo con el espíritu de un tiempo ya acontecido. Lo que precipita un asesinato en un tren rumbo a Berlín vinculado a un hombre con una misión de paz para unir Alemania, le permite a Tourneur no solamente ofrecer algunas imágenes reales de Frankfurt y Berlín destruidas a fines de la década de 1940, sino también aventurarse a realizar un retrato tanto de la discreta paranoia de lo que sería pronto la Guerra Fría como también de cierta necesidad de retorno de la fe, como lo refleja un hermoso diálogo, entre cándido y lúcido, en el cierre del filme. (Sábado 18, a las 19.30 h, en Pasión de los Fuertes, Bv. San Juan 49)

Este texto fue publicado en otra versión y con otro título por el diaro La voz del interior en el mes de julio 2015

Roger Koza / Copyleft 2015