CINECLUBES DE CÓRDOBA (85): LOS DINOSAURIOS LIBRES
Por Roger Koza
Paradojas del sentido común: la senectud comporta sabiduría, ya que el tiempo permite cosechar experiencias; la juventud es más que un estadio del tiempo de una vida, acaso se trate de un presunto estado espiritual ligado a la curiosidad y la libertad. Es posible que tales verdades propias de una psicología folclórica, a las que no se exige rigor ni evidencia, expresen alguna verdad. Excede a este comentario saber cómo un hombre empieza a entender su experiencia para no repetirla y eventualmente saber algo de sí. Lo mismo sucede con los jóvenes: de la piel lisa y la lozanía en el semblante, incluso de la excusable inexperiencia, no se infiere el deseo de conocer y cuestionarlo todo.
Cuando Jean-Luc Godard entrevistaba en 1964 al gran Fritz Lang para el programa de televisión Cineastas de nuestro tiempo, producido y a veces dirigido por André S. Labarthe y Janine Bazin, tenía 34 años. El capítulo en cuestión se llamó El dinosaurio y el bebé y se emitió en 1967. El título proviene de un pasaje de la afable conversación entre los dos cineastas: Lang tenía en ese entonces 74 años y se refería a sí mismo como un dinosaurio (del cine). Él director de Metrópolis había comenzado en la era silente del cine, como Dreyer y Gancé, a quienes se nombra en cierto momento. Godard, como es de suponer, era aquí el bebé, el joven que recién empezaba hacer cine justo en el momento en el que ya se había dado un giro fundamental en la historia de ese arte aun imberbe: en la transición del clasicismo a la modernidad, Godard fue un artífice.
El diálogo entre el representante de la experiencia y su contrario es extraordinario. Lección de cine sin duda, y un poco más. Labarthé deja que Lang y Godard hablen con total libertad mientras la cámara registra. Entre los dos existe un conocimiento mutuo y una admiración admitida. Lang, un poco antes, había sido uno de los intérpretes en El desprecio de Godard. El personaje de Lang en aquel filme se llamaba Fritz Lang. Es por eso que Labarthe suele interrumpir la musicalidad del diálogo con fragmentos de ese filme, aunque también incluye varias secuencias de M, del propio Lang.
Dividida en 8 capítulos, los directores revisan sus películas, discuten sobre el trabajo, el nacimiento del cine, la censura, la noción de espectáculo, la naturaleza popular del cine. El epílogo es un segmento fundamental debido al testimonio del actor Howard Vernon sobre Lang y la inserción de un material “descartado” que contradice dialécticamente algo que Lang y Godard repiten sobre el carácter documental de la ficción.
El gran momento de la entrevista es aquel en el que Fritz Lang explica en un papel cómo concibe una escena, lo que contrasta radicalmente con el método de improvisación utilizado por Godard, genialmente ilustrado por dos secuencias de M y El desprecio respectivamente. La lectura en cuatro capas que el propio Lang aplica a M es de capital importancia, máxime si tenemos en cuenta que es ahí cuando él defiende un cine de entretenimiento con un plus en el que se conjura la distracción y surge entonces el conocimiento.
Justamente este jueves 3 de diciembre, día en el que Godard cumplirá 85 años, los cinéfilos de La Quimera celebrarán la hazaña ontológica de Godard pasando El dinosaurio y el bebe (al que seguirán otros tres filmes en torno al director de Adiós al lenguaje). Godard se ha convertido ya en un dinosaurio, pero como Lang en aquel entonces, tiene la rebeldía de la que carecen los jóvenes y la sabiduría que no siempre tienen los hombres de su edad. (Jueves a las 20.30 h, Teatro La Luna, Fructuoso Rivera y Pje. Escuti, Barrio Güemes)
El velocirraptor de Ituizangó
Este martes, en el cineclub La Piratería, los presentes tendrán la posibilidad de ver Favula (2014), una película extraordinaria de un dinosaurio cinematográfico llamado Raúl Perrone que, a sus 63 años y con 43 películas en su haber, sigue creyendo en el cine y en las posibilidades expresivas de él.
Después del giro expresionista y experimental que tuvo lugar en el 2013 con el estreno de P3nd3jo5, el director de Graciadió y La mecha ha pronunciado su búsqueda estética en la que prioriza el carácter sensorial del cine y no tanto su costado narrativo, aún cuando este relato ligeramente inspirado en una fábula africana anónima esté centrado en la trata de blancas.
En esta oportunidad, Perrone concibe una selva imaginaria por la que se desplazan sus personajes y en el que también se divisan criaturas no humanas, como esos insectos luminosos y hermosos que en ocasiones vuelan entre los árboles. El placer óptico no es menor al que se experimenta con los oídos. En el reciente cine de Perrone, el concepto visual resulta una apropiación consciente de los inicios del cine y su expresividad deliberada, mientras que el sonido de sus películas recientes se concibe enteramente bajo las coordinadas estéticas de nuestro tiempo. (Martes 1, a las 20.30 h en el SUM del Club Atlético Belgrano, ingreso por Arturo Orgaz, esquina La Rioja)
Este texto fue publicado en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de noviembre de 2015
Roger Koza / Copyleft 2015
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