CINEFILIA ONLINE (10): NOTICIAS DESDE EL PAÍS DEL MALESTAR
Por Roger Koza
En diciembre fue Márgenes, el radical y selecto festival de cine online español. Ahora es el turno de My French Film Festival. Por un mes, diez largometrajes y diez cortometrajes en competencia, además de cuatro películas fuera del concurso correspondiente a esta nueva edición, estarán disponibles gratuitamente, en excelente copias y con subtítulos al español; el 16 de febrero será el último día para “asistir” al importante evento que no tiene lugar en ninguna parte pero se puede ver desde cualquier lado del mundo.
Por cierto: ninguna de las películas en competencia fue estrenada jamás en el país, y algunas han pasado por varios festivales internacionales de renombre (Cannes, Venecia). Es decir, no se trata entonces de un saldo estético, sino de un concepto de programación por el que se intenta recuperar algunos títulos relevantes que tal vez no fueron percibidos en su total dimensión.
Entre los 10 títulos en competencia, Eastern Boys (2013), de Ramiro Campillo, segunda película del editor y guionista de Laurent Cantet (Recursos humanos y El empleo del tiempo), es sin duda la mejor película de la competencia y a su vez un filme que adquiere mayor interés tras los ominosos y desgraciados asesinatos en París y sus consecuencias reales y simbólicas posteriores. No se trata aquí de islamofobia sino de los “otros” de Europa, los que llegan del Este del viejo continente y que también ponen en peligro la estabilidad social, según el imaginario occidental dominante. Campillo, no obstante, no establece una otredad bárbara como origen del problema y entiende que las tensiones entre inmigrantes y ciudadanos originarios de su país se explican por un problema en la distribución de las riquezas. Las desigualdades, en ciertas ocasiones, son tan inconmensurables que una respuesta lógica se expresa mediante la violencia.
Los 10 primeros minutos son extraordinarios. Varios planos generales sobre la estación Gare Du Nord permiten divisar los movimientos de una pandilla de chicos del Este (casi todos rusos). Se dispersan, se juntan, se pavonean y se muestran desafiantes. Díscolos frente a un sistema que los excluye, no hay ley que los persuada a comportarse. El dispositivo observacional de esas escenas también tiene algo de policíaco. Las cámaras están en todos lados, ellos también.
Un hombre de 50 años aparece en escena y un pibe de Ucrania (criado en Chechenia), que está con los rusos, lo interpela preguntándole qué quiere y diciéndole que “hace de todo”. Entonces Daniel recibirá una visita, pero más que un encuentro íntimo, se encontrará como el anfitrión de una especie de rave que tiene lugar en su propia casa. En efecto, los muchachos entrarán a su casa, bailarán, se servirán unos tragos y se llevarán prácticamente todo. Este pasaje es de una violencia total, pero no porque se desate una golpiza encarnizada, sino por la relación violenta que se establece entre los objetos y los desposeídos.
El trabajo de Olivier Rabourdin como Daniel es conmovedor y lo que sucederá entre él y el joven ucraniano, ya después del robo en su casa, le dará un giro insospechado a la película. La atracción sexual será sustituida por una afectividad filial, la cual vendrá acompañada por otros matices y descubrimientos de lo que significa ser un inmigrante en París.
Un clásico de clases
Como suele suceder en todas las ediciones de My French Film Festival, siempre hay algún clásico del cine galo en la programación. En esta ocasión, A pleno sol (1960), de René Clément, una adaptación cinematográfica de la novela de The Talented Mr. Ripley, de Patricia Highsmith, y con el protagónico de Alain Delon, es el título elegido.
En la sexta película del galán francés por excelencia, Delon interpreta a Ripley, un joven muy apuesto que es contratado por el padre de un ricachón para encontrar a su hijo. El parecido entre Tom Ripley y Philippe Greenleaf es ostensible desde el primer momento, y la fascinación del primero por la vida de lujos y placeres ilimitados del segundo lo llevará a fantasear con ocupar su lugar. Y es así que, en cierto momento, Ripley tomará literalmente el lugar del pudiente, después de asesinarlo y sustituirlo por un tiempo en todos sus quehaceres, incluso los amorosos.
A diferencia de la reciente adaptación de Anthony Minghella de la novela de Highsmith, en la que la relación entre Ripley y Greenleaf estaba más atravesada por un deseo homosexual reprimido, en el filme de Clément la tensión, más que sexual, es fundamentalmente de clases, algo que se establece con particular precisión en el inicio, cuando un amigo del millonario desprecia abiertamente la presencia de Ripley en un café. El resto se parece a la versión más reciente, incluso en la forma de retratar la hermosura del mediterráneo italiano.
(Ver las películas aquí)
Este texto fue publicado en el diario La voz del interior en el mes de enero 2015
Roger Koza / Copyleft 2015
De los cortos recomiendo Aïssa.
Este corto de apenas 8 minutos es una muestra extraordinaria de concisión sobre un tema que ha vuelto a cobrar actualidad, como lo es la vida de los inmigrantes en la Francia actual. Aïssa es una mujer joven que es llevada para un reconocimiento médico después de una detención por parte de la policía. El magnifico cuidado de la forma por parte del director, ha logrado que un hecho en apariencia intrascendente, como lo es una revisión médica, se transforme en un fenómeno lleno de connotaciones, respecto a la mujer, a los inmigrantes y a los negros. Una reflexión, casi sin palabras sobre la relación con el Otro. Una cámara que pocas veces se despega del rostro y del cuerpo de Aïssa, y que en cambio, muy poco muestra del médico que la revisa y del policía que la trae al hospital, es una clara toma de posición del director, desde la forma, a favor de su protagonista. También la elección del título, es desde el arranque otro homenaje a estos seres desamparados, carentes de contención y de afectos, perseguidos por las autoridades, siempre sospechados, y que a pesar de todo tratan de abrirse camino en su nuevo destino.
Une place sur la Terre (Un lugar en la Tierra). Fabienne Godet. Francia. 2013
Este filme nos permite explorar las infinitas formas que pueden tomar los afectos entre personas de diferentes edades. Tres personajes centrales contiene la película de Godet, que a su vez representan a tres generaciones, y por lo tanto, si estuvieran emparentados, diríamos que son el padre, la hija y el nieto. Un cincuentón llamado Antoine, es fotógrafo freelance, talentoso pero sin ambiciones. Vive solo, y la obsesión por su actividad lo lleva a retratar casi cada momento de su vida, y lo que es más problemático, la de otros. Mateo es un vecino de Antoine de 7 años, que pasa más tiempo con el fotógrafo que con su madre, siempre sobrecargada de actividades. Por último está Elena, chica inteligente que prepara su tesis doctoral en el campo de la antropología, mientras dedica sus ratos libres a tocar el piano. Vive al frente del departamento de Antoine, lo que le permite a este espiarla y retratarla en forma obsesiva. Sus vidas se entrecruzan, y van dando lugar al desarrollo de complejos sentimientos. Mateo es claro que ve a Antoine como su padre, pero cuando este lo presenta, dice que Mateo es su “mejor amigo”. Una definición extraña, que desubica un poco al niño, pero también refleja la contradicción entre los sentimientos de Antoine, y su temor a comprometerse a fondo en la vida del niño.
Elena, magníficamente interpretada por la actriz griega Ariane Labed, es una joven atormentada, de principios morales rígidos y una familia agobiante, presidida por un padre despótico. Sus conflictos psicológicos, se perciben en un rostro con expresiones casi permanentes de enojo o furia. Ríe con dificultad, le cuesta relajarse. Antoine se va enamorando de Elena, pero ella mantiene un afecto parco y pone distancia de Antoine sin dejar de compartir con él algunas salidas y paseos. Antoine es conciente de la frágil salud mental de Elena y no la presiona ni la acosa con su amor. Tampoco es su estilo. Con tal de estar con ella, acepta la amistad de Elena. Pero Antoine no se resigna del todo y a través de su cámara de fotos, transforma a Elena en su fetiche. La retrata a escondidas decenas de veces y decora su departamento con las imágenes obtenidas, en una actitud que bordea la violación al derecho a la privacidad de la chica.
Como méritos destacables, es posible señalar el pulcro guión, donde el director se cuida de los discursos altisonantes y donde los diálogos son pocos y acrecientan más el misterio de los personajes en lugar de explicarlo todo por medio de las palabras. Hay un trabajo intenso sobre los rostros de los tres protagonistas, que permite captar sutiles gestos que acompañan a las emociones de los retratados. La inteligente idea de pensar la actividad de Antoine, no solo como su medio de vida, sino principalmente como forma de fetichismo hacia Elena, es lo mejor de la obra.
Hay elementos para criticar en el filme. Un uso exagerado de la música extradiegética y diálogos que casi siempre son filmados en plano-contraplano, donde el espectador pierde la noción del contexto en que estos ocurren.
La moraleja que queda flotando, es que la amistad puede ser un sucedáneo válido si la alternativa es la soledad, pero, a veces, esconde la enorme dificultad o la cobardía de poner en práctica un amor intenso e incondicional hacia el otro.
En el rol autoasignado rol de «corresponsal» de este Festival online (corresponsalía que puedo ejercer desde el living de mi casa gracias a Internet) recomiendo «Respire» dirigida por Mélanie Laurent, que no es otra que la famosa actriz que interpretara el antológico rol de Shosanna en la película de Tarantino “Bastardos sin gloria”. Aquí se prueba como directora y saca una buena nota.
Respire fue proyectada en la Semana de la Crítica del último Festival de Cannes.
Me gustaría en especial que Marcela Gamberini se haga tiempo para verla y escriba algo, creo que puede interesarle mucho el filme por su tema y tratamiento.
Las dos protagonistas tienen desempeños formidables, que me hizo acordar (no por su tema, sino por las intensas actuaciones) a las intérpretes de «La vida de Adele».
Aquí se lucen las jóvenes Joséphine Japy y Lou de Laâge, como Charlie y Sarah, respectivamente. Dos actrices a seguir.
¡Solo hay tiempo para ver Respire hasta este domingo!
Voy a hacerme un tiempo, si puedo. Me interesa lo que mencionás acerca de la película. veremos lo que se puede hacer, como dicen en la Tele, el tiempo es tirano!!!
Gracias de veras por tu recomendacion
Saludos
Marcela
Marcela: si bien no es un filme fácil desde lo emocional, no es complejo, y además dura «solo» 90 minutos.
Realmente el cine francés podrá tener mejores o peores directores, pero lo que nunca le va a faltar son excelentes actrices. Hay una camada de magníficas actrices jóvenes que no hará necesario, salvo por alguna cuestión de marketing, traer a nadie de afuera.
Ya todos quedamos deslumbrados un par de años atrás, con Adèle Exarchopoulos por su actuación en «La vida de Adele», y ahora podemos disfrutar de las soberbias interpretaciones en este festival online, de Joséphine Japy y Lou de Laâge en «Respire». Incluso en el corto «Aissa», el rol de otra joven talentosa llamada Manda Touré, es parte importantísima de los méritos del filme.
El filme «Hipócrates» figura como no disponible para Argentina «por no contar el Festival con los derechos de difusión…». Pero con un pequeño truco, si la podemos ver. Basta con instalar en el navegador Chrome, la extensión llamada «Hola» que permite aparecer navegando desde cualquier país del mundo. Si eligen, a modo de ejemplo, Argelia, la película estará disponible, incluso con los subtítulos en español.
Ayer vi «Hipocratres» (haciendo uso del «truco» explicado arriba). Es un film que resulta «válido de ver» (para usar las categorías de Roger). Sin dudas, de visión obligatoria para los fanáticos de series como «Dr. House», de la cual de paso se mofan en este filme.
En unos de los tantos diálogos «filosos» un médico le dice a otro:
– «No aguanto más este trabajo».
El otro le contesta:
– «ser médico no es un trabajo».
– «¿Y entonces que es?» . Pregunta el primero.
– «Que se yo… debe ser una maldición».
“Hipócrates”. Thomas Lilti. Francia. 2014
Es un buen filme sobre el estado del sistema de salud pública en Francia. Se trata de una ficción, que sin embargo parece muy bien documentada sobre el quehacer médico en la Francia actual y en plena capital de la república. Muestra un mundo en las antípodas de las series yanquis tipo “Dr. House” (que de paso es motivo de burla en este filme francés) que relatan desventuras de médicos en hospitales de EEUU, y que parecen sacados de un mundo idílico e inexistente, donde todas las preocupaciones parecen centradas en la relaciones interpersonales como los celos, el arribismo, la codicia, o la competencia, sin ninguna relación con las condiciones del trabajo.
En Hipócrates no hay villanos ni tampoco héroes individuales. Sino un grupo de profesionales de la salud, médicos y enfermeros, explotados y humillados por un sistema perverso, basado en el modelo de ajuste neoliberal implementando también en Francia. Las últimas víctimas son los propios pacientes, que se mueren o agonizan, sin contar con las condiciones mínimas de trato digno. Porque los aparatos están rotos, porque hay la mitad de las enfermeras necesarias, porque no existen las camas suficientes, y porque las guardias extenuantes llevan a los médicos al agotamiento físico y mental.
Pero aquí no están ausentes los conflictos entre colegas médicos, o entre estos y las enfermeras. Lo valioso es mostrarlos como un resultado de las condiciones de trabajo que ninguno de ellos ha elegido. El propio sistema, y la falta de experiencia política, los lleva a conductas individualistas y a acusarse mutuamente de los problemas que surgen. Sin embargo tampoco faltan las huelgas, aunque parecen más una válvula de escape a las presiones, que un modo de obtener objetivos claros. El cumplimiento de los protocolos médicos a ultranza, parece ser la única defensa de médicos y enfermeros para no perder su trabajo, aunque esto se haga muchas veces a costa del sufrimiento de los pacientes.
Los reflejos corporativos, más que un medio de defender privilegios profesionales, solo aspiran a no terminar enjuiciados , penal y civilmente por muertes que los médicos no pueden evitar en medio del caótico sistema imperante.
Un diálogo promediando el filme entre los dos protagonistas principales, Benjamín y Abdel, ambos médicos, pone en evidencia el estado de ánimo del lugar:
– “No aguanto más este trabajo”. Dice Benjamín.
El otro le contesta:
– “ser médico no es un trabajo”.
– “¿Y entonces que es?” . Pregunta el primero.
– “Que se yo… debe ser una maldición”.
En uno de los mejores planos secuencias, en un escenario de aparente calma y sosiego, cuando el médico extranjero Abdel, sale de noche a la terraza del hospital a fumar un cigarrillo, la cámara hace un paneo sobre la bella y luminosa noche parisina, parece también un respiro para el espectador, ya que se trata de una de las pocas tomas en exteriores que nos sacan del asfixiante mundo de consultorios, quirófanos y habitaciones de enfermos, hasta que se detiene en una chimenea que emite una densa humareda y que contamina la ciudad con la incineración de residuos patógenos, que poco antes vimos ingresar a los hornos del propio hospital. Grandeza y miseria de la famosa capital en una sola toma.
Nota: Esta película se puede ver hasta el lunes en la web del festival: http://www.myfrenchfilmfestival.com (con el “truco” explicado en comentario de más arriba)
Eastern Boys. Robin Campillo. Francia. 2013
Un filme en extremo valioso, en especial por su cuidado guión. Pone en escena un relato donde se cruzan relaciones homosexuales con la vida de los inmigrantes en Francia. No de países árabes y de religión musulmana, sino blancos de Europa Oriental, más precisamente de Rusia y Ucrania. Son los “Eastern Boys” a los que alude el título.
El protagonista, Daniel, francés nativo, es gay y parece un hombre de alto poder adquisitivo, aunque nunca sabremos en que trabaja y cuales son exactamente sus ingresos. Daniel trata de contratar un prostituto en la estación de trenes de París, Gard du Nord. Lo elige entre los miembros de una pandilla de inmigrantes jóvenes que vagabundean en la estación, buscando alguna oportunidad de robo, o como en este caso, alguna propuesta de dinero a cambio de favores sexuales. El joven contactado por Daniel se presenta como Marek y proviene de Ucrania, habiendo llegado a Francia solo, sin su familia.
La primera gran sorpresa del filme, es que a la cita, en casa de Daniel, Marek no llega solo, sino acompañado de toda la pandilla, que procede a copar el departamento de Daniel, hurgando en su heladera y bebiendo lo disponible, y al final de la improvisada fiesta se dedican a llevarse todo lo que pueden, en un robo que deja a Daniel estupefacto, pero que sin embargo no es denunciado a la policía. Cuando el espectador crea que este es el fin de la relación entre Daniel y Marek, se sorprenderá al ver aparecer al muchacho unos días después, por el departamento de Daniel, esta vez solo, para el contacto sexual que había quedado pendiente en la primera cita. A partir de allí, las visitas de Marek se vuelven regulares, al extremo que Daniel propone abonarle una tarifa fija mensual por sus servicios. El vínculo entre los hombres se profundiza y cuando uno espera que todo termine en una relación estable de una pareja gay, Daniel empieza de a poco, a mostrar cambios en la forma de manifestar su afecto por Marek, que a esta altura ya ha pasado a vivir en el lujoso departamento de Daniel. La gran sorpresa, que no revelaremos al lector, se da sobre el final y es sumamente provocativa, estimulando al espectador a realizar múltiples reflexiones sobre el vínculo entre los dos hombres.
Una gran parte del filme transcurre entre los miembros de la pandilla a la que pertenece Marek. Desde la primera escena, que como ya se dijo transcurre en una de las estaciones de trenes más populosas de París, el director se ocupa de retratar los vínculos entre sus miembros, acaudillados por un ruso que se hace llamar el “Jefe”, y que mantiene sometidos a su arbitrio a todos los jóvenes que forman parte del grupo. Una de los pasajes decisivos del filme transcurre en el hotel de inmigrantes donde viven en forma provisoria todos los jóvenes de la pandilla, junto a otros inmigrantes, y que permite conocer detalles de las precarias formas de vida de este sector social.
La envidia y el temor a que su liderazgo quede cuestionado, llevan al Jefe a una actitud cada vez más violenta hacia Marek. Daniel logra rescatar a Marek de este grupo, pero a costa de someter a la persecución policial al resto de la pandilla. Una “solución” a todas luces egoísta, individualista, donde se demuestra que a Daniel solo le importa Marek como individuo, sin comprometerse con el destino de los demás inmigrantes y en especial con el grupo de donde este joven proviene, y que para bien o para mal, contribuyó a darle su identidad.
El valor de la película, además de su original historia, con un final imprevisible, es valiosa por una representación rica en matices, no solo del vínculo entre la pareja principal, sino entre los miembros de la pandilla a la que pertenece Marek. También se retrata con sumo detalle la vida de estos inmigrantes, en toda su complejidad, pero a la vez sin caer en una extrema sordidez. Inmigrantes que no se corresponden al estereotipo del terrorista musulmán, que ha vuelto a emerger a partir del atentado a la revista Charlie Hebdo.
Nota: Esta película se puede ver hasta el lunes en la web del festival: http://www.myfrenchfilmfestival.com
Últimos 5 cinco días para ver las pelis en este Festival on-line.
Mis recomendaciones:
Cortos: «Aissa».
Largos:
Ademas de los dos comentados y recomendados por Roger Koza, agregaría:
«Une place sur la Terre», «Hipócrates» y «Respire».
Para los que viven y usan Internet en la República Argentina, y aunque tengan «banda ancha» de 10 megas, es difícil ver una película on line con calidad. El Festival que nos ocupa, permite las más altas resoluciones, pero el anticuado sistema de las empresas telefónicas que ofrecen el servicio en Argentina, hace que para ver los filmes sin los molestos «congelamientos» que ocurren mientras baja de la web un tramo adicional del video, nos obligan a usar las más bajas resoluciones. Una alternativa, claro que ya no gratuita, es comprar o alquilar las películas de este Festival. Están a la venta o alquiler a través AppleStore. Para comprar o alquilar se necesita crear una cuenta en AppleStore y tener tarjeta de crédito, instalar el reproductor iTunes y bancarse las «persecuciones» de Apple (por ejemplo: los archivos que se bajen, aunque sean películas compradas, solo se pueden ver hasta en 5 PC o Mac diferentes, así que no vas a poder prestarlas a demasiados amigos). Los precios son accesibles si se los compara con el valor de una entrada al cine, y la calidad, ahora sí resulta óptima, ya que la película, incluso las alquiladas, se descargan completas a tu Pc o Mac, y después se reproducen. No están todos los títulos del Festival pero hay varios para elegir.
Respire (Respira). Mélanie Laurent. Francia. 2014
Se pueden ver gratis online, hasta el 16/02/2015, en el sitio myfrenchfilmfestival.com
Proyectada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2014
¡Atención contiene spoilers! (pero no se cuenta el final ni la escena clave)
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Mélanie Laurent, que no es otra que la famosa actriz que interpretara el antológico rol de Shosanna en la película de Tarantino “Bastardos sin gloria”, se prueba como directora y adapta una novela de Anne-Sophie Brasme, quien colabora en el guión. La película da cuenta con convicción, del universo afectivo femenino, de adolescentes y adultas, sin ningún tipo de condescendencia. La ausencia de roles masculinos de relevancia en el filme, definen, por omisión, hacia donde apunta el interés de la directora.
Las protagonistas principales son dos jóvenes, Charlie (Joséphine Japy) y Sarah (Lou de Laâge), que están en el último año de la secundaria, y viven en una tranquila ciudad del interior de Francia.
La película se inicia en la casa de Charlie y Laurent se las ingenia con pocos minutos, para situarnos en el contexto de la familia. Los padres discuten, la madre llora, y Charlie con aparente indiferencia, desayuna frugalmente y busca apartarse de ese lugar y dirigirse a la escuela. Vemos salir a Charlie a la calle rumbo al colegio y un plano general muestra el frente de su casa, que es modesta aunque digna. El padre sale en un auto lujoso, que parece incompatible con el aspecto de la vivienda y la sencillez de las mujeres. Ya se puede deducir donde están las prioridades de este hombre que se muestra desagradable desde el inicio.
Una vez en la clase, en una escena que será clave para lo que vendrá después, se escucha la siguiente pregunta del profesor: “¿Creen que la pasión es un medio o un obstáculo para la libertad?”. “Si son apasionados, ¿son más o menos libres?”, vuelve a insistir. Un alumno hace una referencia a Platón, pero de inmediato interviene Charlie y enuncia este pensamiento premonitorio: “Nietzsche dice que es más fácil renunciar a ella que controlarla. Significa que nos preocupamos tanto que perdemos la libertad.” El profesor le da la razón: “Exacto. Es la noción de exceso. La pasión es dañina si es excesiva, como lo es la mayor parte del tiempo”.
La directora maneja con originalidad los primeros planos de los rostros y los planos medios, usando en varias escenas la intermediación de vidrios o cristales, entre la cámara y el personaje. El recurso formal, si bien no es original, funciona de modo eficiente para provocar en el espectador cierto extrañamiento de los gestos retratados.
Laurent, enfatiza la fragilidad emocional de sus congéneres, mostrando las enormes dificultades de comunicación entre hijas y madres, o entre amigas. La madre de Charlie, llamada Vanessa, posee un carácter timorato, sumiso, se la ve siempre insegura y muy dependiente de su pareja. Un hombre que entra y sale de su vida con una irresponsabilidad indignante. Sin proyectos propios, con sus energías consumidas en la elucidación de sus conflictos conyugales y con su escaso carácter, no resulta capaz de acompañar a su hija en el trance de convertirse en adulta.
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El centro de la historia es la relación de amistad que va madurando entre ambas chicas, con caracteres muy diferentes e historias de vida en apariencia disímiles. Charlie es tímida, se lleva bien con sus compañeros pero es una más del grupo. Nunca salió de la ciudad donde vive. Se muestra responsable en el estudio y serena frente al conflicto de sus padres. Sarah cuenta que su madre quedó en África, donde ella también vivió, más precisamente en Nigeria. La madre, cuenta Sarah, trabaja para una ONG, y mientras tanto ella se volvió para terminar sus estudios. Sarah se muestra extravertida, simpática, audaz, aunque no asume roles de liderazgo entre el grupo de estudiantes. Los temperamentos tan contrastantes, son la base de la mutua atracción y también causa de las varias peleas e incomprensiones. Hay un diálogo en particular, que Laurent, filma con maestría. Las chicas están recostada boca abajo en la cama de Charlie, hablan y se ríen, disfrutando intensamente el momento, pero la cámara no muestra sus rostros, sino que capta la escena, como si fuera un testigo pudoroso, no desde arriba, como suele ser lo usual, sino ubicándose a la altura de la cama, y mostrando en primer plano, los pies descalzos de ambas chicas. Las palabras que fluyen ponen el contenido del diálogo. Los pies, y no los rostros, reflejan el éxtasis del momento.
La identidad sexual de ambas chicas se percibe como un aspecto aún indefinido en ellas. Laurent trabaja con delicadeza las escenas donde estas cuestiones se ponen en evidencia. Charlie, tiene un amigo con el quiso intimar en el pasado, pero la relación no prosperó y se mantiene virgen. Sarah cuenta numerosas aventuras amorosas con hombres diversos, que parecen solo salidas de su imaginación. Mientras tanto, la amistad entre las chicas, tiene momentos de gran intimidad física. Se abrazan, duermen juntas, se peinan. En una noche de borrachera, simulan una escena romántica con Sarah asumiendo el rol del hombre. Luego de unos breves diálogos deliberadamente impostados, Sarah termina besando en los labios a Charlie y luego le pega en la cara, dejándola estupefacta. ¿Fue solo una broma excesiva de Sarah, en pleno estado de embriaguez? ¿O puede se el síntoma de una relación lésbica no asumida, con ribetes sádicos?
Cuando está promediando la película, un secreto muy bien guardado de una de ellas, sale a la luz y produce un vuelco drástico en el vínculo entre las chicas, que pone fin a la amistad pero no a la relación, ya que se seguirán viendo en la escuela. Ese secreto se va develando a través de un magnífico travelling lateral, que nos lleva de a poco, desde unas imágenes intrascendentes, que van progresando lentamente, hasta rematar en el espanto más cruel.
Sarah, muy resentida, pasa acosar en forma sistemática a Charlie y ésta parece soportar con estoicismo los ataques de su ex – amiga, tratando de entender el vuelco brusco de sus actitudes y su inmensa agresividad. La falta de referencias más detalladas al contexto social al que pertenecen ambas chicas, como así mismo, el casi total fuera de campo de la madre de Sarah a lo largo de todo el relato, es una falencia severa del filme y opaca la comprensión por parte del espectador, del drama que se está incubando.
A medida que la película avanza, el título resulta una cruel ironía. Y el afiche de propaganda es directamente una mentira. No solo nadie “respira” profunda y relajadamente, sino que la angustia se acrecienta. Mientras, Charlie sufre recurrentes ataques de asma.
La desdicha se desata, porque Charlie hace todo el tiempo el esfuerzo por entender más que contener a su exasperada amiga. Esa aparente frialdad, recriminada por Sarah, es en el fondo desconcierto y miedo a lo desconocido, actitudes ambas heredadas de su madre. Con su inexperiencia en la vida, con su carácter tímido, y desbordada por las agresiones de Sarah, no logra acercarse de manera efectiva a su doliente ex – amiga. Ninguna de las madres puede o quiere intervenir en el vínculo entre las chicas, haciendo inevitable el trágico final, porque no saben entenderlas o no les interesa demasiado la vida de sus hijas, ocupadas como están por sus propias desdichas.
Comienza hoy una nueva edición de MyFrenchFilmFwstival el festival on line de cine francés con subtítulos en 9 idiomas. ¿Algo para recomendar?
Las voy a estar viendo en el transcurso de la semana. No parece muy tentador. Pero, siempre hay algo. RK
Una peli para recomendar de la edición 2016: Cita a ciegas/Un peu, beaucoup, aveuglément. Clovis Cornillac. 2015
Una comedia romántica con un planteo original
Se puede ver gratis con subtítulos en español, on-line hasta el 18/02/2016 en: http://myfrenchfilmfestival.com
Mi crítica aquí: http://comentandocine.com/2016/01/30/cita-a-ciegas/
A mi me interesó Golpe de calor, tal vez muy derivativa del cine de Bruno Dumont pero con momentos inquietantes.
A esa la veo hoy
El Festival ofrece en versión restaurada la película «Ascensor para el cadalso» (1957) de Louis Malle.
Lo que me resulta raro, es que cita al director como parte de la Nouvelle Vague, siendo la primera vez que leo que se incluye a este director como parte de aquel movimiento.
Acabo de recibir una gacetilla donde me informan que el Festival de este año 2016, a mitad de su recorrido, ha contado ya con 2.500.000 espectadores on-line. Más allá de que este año la programación no tiene filmes destacables, muestra el camino a seguir para volver a tener un público masivo.
Es cierto: la programación de este año era floja.
¿Cuando será el día en que todos los festivales de cine del mundo presenten esta opción on-line para los que no podemos costearnos un viaje a las sedes de dichos eventos?
Creo que empieza a ver indicios de que así será. Venecia lo viene haciendo; Rotterdam un poco. Habrá que ver cómo se desarrolla. Saludos. RK