CRÍTICAS BREVES (147): EL PRECIO DE LA VERDAD / DARK WATERS
El precio de la verdad / Dark Waters, Todd Haynes, EE.UU., 2019
El delicado y virtuoso Todd Haynes prefirió menoscabar la gramática que caracteriza sus películas par ilustrar con simpleza la fría lógica el capitalismo y sus consecuencias abyectas. En efecto, quienes piensan desde ese espacio de razones son capaces de ocultar información, envenenar a los ciudadanos, ponderar la ganancia sobre cualquier otro factor que no sea de índole económica y seguir adelante con sus deberes empresariales. Discreta y acertada presunción de El precio de la verdad: no hay villanos, sí un modelo de razonamiento que arrastra a quien decide, y quizás sea esta la mayor clarividencia, no exenta de desesperanza, que el film dispensa. Quien consigue distanciarse de esa lógica que suele experimentarse como inevitable es el abogado que interpreta Mark Ruffalo: Rob Billot tuvo las agallas y la obstinación de investigar primero y luego actuar en consecuencia, tras descubrir, a propósito del requerimiento desesperado de un granjero, a mediados de la década de 1990, la responsabilidad de la empresa de químicos DuPont en la contaminación masiva de toda la población de Parkersburg, West Virginia (aunque en los créditos finales el daño es exponencial, en tanto que se afirma que prácticamente todas las criaturas vivas del planeta tienen C8 adosado a su organismo). Los efectos del empleo del ácido perfluorooctanoico son altamente nocivos, y la presencia del verdadero Buckey Bailey en el film, con su rostro deformado, es la comprobación empírica de todo lo que el film se propone dar a conocer e impugnar. La reconstrucción narrativa del caso y el largo tiempo que tomó para que la justicia se expida es tan precisa como paciente, aunque Haynes no consigue entrelazar con la misma eficiencia la subtrama ligada a la vida familiar del abogado, quizás porque intuye en ese potencial desplazamiento narrativo un peligro del énfasis. Es que la gran victoria del film estriba en abstenerse de perpetrar el mito del héroe excepcional que redime al sistema. En este sentido, Haynes está en las antípodas de las viejas películas de Capra, porque la nación y sus instituciones son considerados socios, y los individuos quedan a merced de estas, excepto si unen fuerzas y resisten.
Roger Koza / Copyleft 2020
Hola Roger
Coincido con la impresión de que lo mejor de la película es que expone el funcionamiento de un sistema más allá de este caso en particular, deja además la amarga evidencia de que DuPont no es aquí la que pierde, lo que para la tradición hollywoodense es un paso más allá en este tipo de filmes. Me parece, también, que la película es muy convencional para su autor y para el tipo de mensaje que procura elaborar, sólo Ruffalo y su discreta perseverancia parecen sostenerla, lo demás es simple fórmula.
Saludos