Parsi, Eduardo Williams y Mariano Blatt, Argentina-Suiza, 2018

En el cine de Eduardo Williams, el tiempo disociado del espacio, el movimiento como forma de estar en lo real, el multilingüismo del mundo, la desobediencia a las reglas de continuidad y la incesante búsqueda de una perspectiva inédita para el cine constituyen una poética. Aquí un poema descriptivo y rizomático de Blatt en español y un par de planos en movimiento frenético en el que se ven personas yendo de un lado al otro, la mayoría miembros de una comunidad trans y queer de la capital de Guinea-Bisáu, entran en colisión y desafían perceptiva y semánticamente la labor receptiva e interpretativa. El resultado no es otra cosa que un retrato mutante sobre la juventud globalizada de la era digital.

Plano controle, Juliana Antunes, Brasil, 2018

Una ingeniosa idea por la cual un teléfono móvil permite viajar físicamente en el espacio y el tiempo le permite a Antunes realizar algún que otro gag (con Nueva York como excusa) y explicitar el tenebroso presente brasileño, que comenzó a asentarse en el 2016, con la destitución de Dilma Rousseff. El tiempo histórico se confunde aquí con las memorias televisivas, incluso la textura de las imágenes constituye un suplemento de la propia materia de los recuerdos, como lo sugieren los formatos elegidos para realizar el propio film. La joven viajera en el tiempo elige los 90 para descansar un poco de la pesadilla del final de la segunda década de XXI, no menos imprevisible que la precedente, aunque bajo una valencia negativa, ya que el hecho de que Lula Da Silva y luego una mujer fueran presidentes resultaba antaño menos inimaginable que la consagración de un fascista en el poder. 

Permanências, Ricardo Alves, Jr., Brasil, 2011

15 planos, 34 minutos: un hombre toca un piano eléctrico, una mujer fuma su cigarrillo y espera la cocción de sus alimentos en una olla a presión, un hombre tan solo observa y escucha la lluvia, otro recuerda el fin de una relación amorosa; Alves Jr. puede filmar un rostro, un perro, una baldosa, una puerta con la misma delicadeza, ejercitando un formalismo democrático que irradia el mismo respeto por todo lo que esta en cuadro. La duración del plano y lo que habita en él es la materia del cine, una verdad tan evidente como descuidada, un saber que el cineasta se propone honrar extrayendo de sus personajes y los lugares en los que están huellas de lo real; y si se trata de hombres y mujeres, el intento estético se circunscribe a reflejar con justeza la dignidad.

Roger Koza / Copyleft 2020