Calcuta / Calcutta, Louis Malle, Francia, 1969

A Malle se lo conoce por sus ficciones; Lacombe Lucien, Adiós a lo niños y Atlantic City, por nombrar algunos títulos reconocidos de su carrera, llevan a identificar su cine con la ficción, y siempre fue ostensible el placer que prodigaba la amable evolución de sus relatos; sin embargo, el cineasta tiene en su haber algunos retratos extraordinarios sobre India, Estados Unidos y su propio país, películas que desbordaban la sociología y el turismo, y absorbían un territorio y su gente en un acontecimiento cinematográfico. En 1969, Malle eligió (primero) Calcuta (y después toda la patria de Nehru y Gandhi) como protagonista de su mirada alucinada sobre un país como India, que no deja de ser para cualquier occidental más que un país un continente en el que se despliega un pluralismo ontológico casi imposible de asir. Malle consigue reunir los signos caleidoscópicos de una ciudad antigua, en la que aún están los vestigios del colonialismo inglés y en la que se pueden apreciar todas las contradicciones que definen la metrópolis, empezando por la invención de un comunismo escindido de izquierdas y derechas, las asimetrías entre vida espiritual y la riqueza material, las diferencias de castas y los flujos migratorios de otras regiones aledañas que trastocan el vetusto orden social, un urbanismo caótico en el que el hacinamiento y la monumentalidad coexisten, o la presencia de la vida animal en el propio espacio urbano desprovisto de árboles, plantas y flores. El método de registro prioriza la naturaleza observacional, aunque una medida voz en off y alguna que otra entrevista indirecta y esporádica proveen información relevante sobre el contexto histórico y cultural que se escenifica dócilmente frente a cámara. Hay revelaciones constantes en pasajes inolvidables, porque la cámara adopta un procedimiento cercano al de una conciencia alerta, capaz de maravillarse por el baño de un elefante en plena calle o las piruetas de un hombre que gira casi suspendido en el aire, conmoverse por los moribundos en Kalighat de la Madre Teresa y los niños jugando en el contexto desolador de los suburbios y asimismo sorprenderse por la disciplina de los sadhus que se purifican en la mañana al lado del río y la estética implícita en los ritos celebratorios ofrendados a la diosa Sarasvati.

Roger Koza / Copypleft 2020

*Calcutta se puede ver en Mubi.com