Dovlatov, Aleksey German Jr., Rusia-Polonia-Serbia, 2018

Un biopic ceñido a 6 días en la vida del escritor Serguéi Dovlátov (1941-1990), del 1 al 6 de noviembre de 1971, en plena era Brézhnev, y en un período menos permisivo que la década precedente. En ese contexto, día a día, se revela una época, cuyo dogma aún vigente dejaba afuera cualquier tipo de expresión literaria ajena a la edificación del sistema soviético. Las razones del desconsuelo de Dovlátov, como del de su amigo Iósif Brodsky (1940-1996), se escenifican desde un principio: el comité literario los califica de prescindibles; el impresionismo poético no vindica el socialismo. De lo que se predican formas de subsistencia humillantes: escribir en periódicos sobre presuntos temas importantes, doblar al ruso películas polacas, y en otros casos dedicarse al pequeño contrabando. German se ocupa una vez más sobre el fantasma de la Unión Soviética, como si ese período fuera una experiencia onírica que vuelve una y otra vez, lo que explica los magníficos segmentos narrativos en puesta en abismo como también el trabajo sonoro, que siempre es un fondo apenas audible de melodías imperceptibles y ruidos sin referencias identificables. El desfasaje entre realidad y ficción es incluso enunciado por el propio Dovlátov en una escena hilarante en la que entrevista a legendarios escritores ruso en un set de filmación en el que estos responden como si fueran los auténticos Tolstói, Pushkin o Dostoyevski. Como suele suceder en el cine de German Jr., el espacio es una entidad dramática: los lentos planos secuencia que recorren toda la extensión en el plano son tan notables como necesarios, pues tanto en los interiores como en los exteriores la eficacia del movimiento del registro consiste en plasmar el amontonamiento doméstico, las experiencias de ocio comunitario y, en la esfera pública, la vigilancia y la doctrina (los fondos suelen administrar signos concretos sobre el contexto) Dovlatov es una película sobre vencidos, acaso toda una generación. Aquí German Jr. los vindica desde y en la ficción y así vuelven a resplandecer, más allá de sus circunstancias.

Roger Koza / Copyleft 2018