Borrar el historial / Effacer l’historique, Benoît Delépine y Gustave Kervern, Francia, 2020.

La enajenación no es jamás humorística, pero sí puede inspirar una comedia que elija como centro de su burla toda la cultura digital que define el estilo de vida de nuestro tiempo. Los tres personajes del relato, quienes viven un barrio “ideal” en el sur de Francia, no pueden dejar de comprar o vender por Internet, o simplemente conectarse para trabajar y subsistir; todo pasa en Internet o al menos eso creen. En efecto, en la web se puede chantajear, ejercer el patoterismo o hacer dinero filmando porno casero, y por el exceso en el que se ven sumidos pueden llegar a soñar con el fin de ese universo inmaterial, una fantasía tan deseable como impensable en el orden actual. Si pueden tener éxito en arruinar o no el gran sistema de interconexión permanente y los negocios ligados a este poco importa, porque la nueva película de la dupla Delépine-Kervern prefiere intensificar el absurdo del sistema y la humanidad de sus personajes sumando gags, situaciones inverosímiles y vindicando la amistad entre estos. Hay algunos pasajes clave, como aquel en el que Michel Houellebecq tiene un cameo muy divertido, pero nada sintetiza mejor las intenciones artísticas y políticas de los realizadores que la escena alrededor de un señor que trabaja haciendo delivery en bicicleta, una escena en la que resplandece una verdad del mundo laboral tan incómoda como reconocible.

Roger Koza / Copyleft 2021