CRÍTICAS BREVES (88) / MES FICUNAM 2015 (22): RESILIENCIA

CRÍTICAS BREVES (88) / MES FICUNAM 2015 (22): RESILIENCIA

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11 Mar, 2015 10:34 | Sin comentarios

storm-children-book-1-lav-diaz-2014-cov932-932x460Por Roger Koza

Storm Children, Book One, Lav Diaz, Filipinas, 2014

Dada la duración de este notable documental observacional heterodoxo de Lav Diaz sobre los efectos inmediatos del tifón Yolanda, que azotó en noviembre de 2013 el sudeste asiático y causó más de 6000 muertos en las provincias de Sámar y Leyte en Filipinas, se podría pensar que se trata de un corto de Diaz, pero los 140 minutos de Storm Children, Book One son suficientes para visualizar la tragedia, el desamparo y la resiliencia.

Los planos iniciales del voluminoso caudal de un canal en plena ciudad de Tacloban y de las calles inundadas constituyen la primera evidencia del paso del tifón. De ahí en adelante, los efectos del desastre natural se conjugarán con distintas situaciones en las que se ven niños jugando en las improvisadas albercas callejeras, separando la basura que arrastra la corriente y destapando desagües. Si bien la mayoría de los encuadres son estáticos y de una precisión absoluta en cuanto a la superficie por observar, en ocasiones el registro cambia y la cámara se pone en movimiento para seguir a algún interlocutor que así lo “exige”. En algún momento, los niños reconstruyen lo que les pasó, lo que suele comportar la mención de pérdidas afectivas y materiales, aunque curiosamente la austeridad expresiva de las víctimas conjura cualquier atisbo de sentimentalismo ramplón. Eso no impide sentir la orfandad casi cósmica en la que viven los damnificados, y en especial los menores de edad.

La paradoja inmediata es la vitalidad de esos niños que no dejan de trepar a una cantidad de embarcaciones destruidas por el tifón, como si esas involuntarias ruinas se hubiesen convertido en un parque de diversiones posapocalíptico. El contrapunto semántico de esas secuencias es aquella en la que un chico de unos 10 años lleva agua potable de un grifo hasta su casa. La presencia del Estado permanece en fuera de campo, tal vez para denotar su incompetencia, aunque el punto de vista que articula la película es menos político que existencial, más cercano a Y la vida continúa que a Cuando se rompieron los diques: un drama en cuatro actos, otros dos filmes notables acerca de la impiedad de la naturaleza.

Roger Koza / Copyleft 2015