CUANDO ACECHA LA MALDAD
EL DEMONIO AVANZA
Toda película de terror propone una relación entre las creencias y el mundo circundante. Hay tres expresiones distintivas: la fuente del terror es sobrenatural (una entidad o varias asociadas a una existencia maligna intervienen en los asuntos de los mortales); es una mutación del orden natural, provocada por azar o por desidia humana, que trastoca el ritmo evolutivo y engendra criaturas o fenómenos que aniquilan o arrasan sin piedad a los miembros de nuestra especie; es un hombre o un grupo humano que desconocen las inhibiciones y prodigan tormentos y atrocidades. Son variables impuras, pueden combinarse. Cuando acecha la maldad pertenece al primer caso; se inscribe en el terror metafísico, aquel que postula un ser diabólico cuyo fin aquí no es otro que poseer inocentes y vivir en sus cuerpos.
Lo interesante de la película de Demián Rugna radica en su perspicaz habilidad para combinar tradiciones de la representación de lo demoníaco en un relato que no reniega incluso del folclore: algún que otro signo criollo se concatena con exégesis paganas del cristianismo, aunque la difusa retórica de la teología invocada esté más signada por la historia del género con demonios. Que una de las escenas más temibles de Cuando acecha la maldad tome por escenario una escuela rural, con alumnos zombis luciendo sus respectivos guardapolvos blancos, denota la influencia vernácula. Es un ambiente reconocible, como también lo es la chacra en la que se descubre la primera víctima del demonio y un poco más tarde el cuerpo vivo de un infectado. En el léxico propuesto por Rugna, se trata de un “encarnado”. Es una formulación precisa, a juzgar por la escena en la que se explicita el concepto.
En una escena clave, una mujer da algunas indicaciones sobre cómo combatir al demonio encarnado. Los siete consejos para resistir el contagio son heterogéneos y astutos. El protagonista, cuyo pasado puede ser oscuro pero nunca deja de tener buenas intenciones, está obligado a mantener distancia de su exmujer y sus tres hijos. Como conoce la dimensión del horror que se avecina y asimismo sabe cómo evitar la propagación de la sustancia del demonio, el buen hombre va con su hermano al rescate desobedeciendo la interdicción jurídica. Un buen aviso: los animales no son inmunes al contagio. La reacción de la mascota familiar es una buena medida para observar el coraje de Rugna en ser leal al género. Es terror a todo o nada.
Cuando acecha la maldad pertenece a una serie de películas del género que en el país cuenta con un distinguido inventario: Muere, monstruo muere, El eslabón podrido, El día trajo la oscuridad son casos decorosos, también lo es Aterrados, película precedente de Rugna. Para esta ocasión, basta atender al plano secuencia inicial donde los dos hermanos se desplazan en el interior de la casa de campo en la que viven para constatar a un director que tiene ideas visuales además de narrativas. Lo mismo puede añadirse sobre el ritmo en el interior de los planos y entre estos: la eficacia del registro y del montaje revela un buen pulso para narrar. Se podría objetar la ubicua música accidental que no está en consonancia con la inventiva plástica y el ingenio narrativo ostensibles. He aquí un rasgo cuyo desaprendizaje solamente redundaría en beneficios para el arte cinematográfico de Rugna.
A esta altura, no está de más indicar que en tanto el Mal exista y se propague por un agente inhumano se atenúan las responsabilidades de una especie como la nuestra, a la que no le cuesta mucho congraciarse con la vileza: basta escuchar vociferar con tenebrosa convicción a tanto apologeta suelto del terrorismo de Estado. El demonio puede asustar, pero nada es más desolador que descubrir lo abyecto bien cerca nuestro y con rostro humano. En ese sentido, el demonio engendra hijos por doquier entre nosotros y los siete preceptos formulados por el personaje que interpreta tan bien Silvina Sabater son tan estériles como los preceptos religiosos y las virtudes liberales con las que se pretende mitigar la crueldad.
Cuando acecha la maldad, Argentina-Estados Unidos, 2023.
Escrita y dirigida por Demián Rugna
*Publicada en otra versión y con otro título en La Voz del Interior en el mes de noviembre.
Roger Koza / Copyleft 2023
Muy buena película, interesante con ideas diferentes , rápida y directa al grano!