DESDE MI CIELO
**** Obra maestra ***Hay que verla **Válida de ver * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor
Por Roger Alan Koza
SUSIE EN EL PAÍS DE LAS DESVENTURAS
Desde mi cielo / The Lovely Bones, EE.UU-Nueva Zelanda., 2009.
Dirigida por Peter Jackson. Escrita por Fran Walsh, Philippa Boyens y P. Jackson.
* Tiene un rasgo redimible
La nueva película del responsable de llevar Tolkien a la pantalla grande exacerba lo peor de sus películas precedentes, aunque algunos pasajes permiten inferir que después de todo y tantos efectos digitales, es una película fallida de un hombre de cine.
Como sucedía en King Kong, los primeros minutos de Desde mi cielo introducen un mundo, un tiempo y la vida de sus personajes, más allá que la voz en off de una criatura celestial organice el relato desde un trasmundo. Un libro de Hesse y uno de Camus y, posteriormente, un manual sobre crianza infantil, son suficientes para delinear la vida espiritual de los padres de una familia, signada por la desgracia. Cada objeto y detalle remiten a una clase social y década específica. Es 1973, y en ese tiempo todavía no se habían naturalizado los asesinatos de niñas y adolescentes.
Susie tiene 14 años. Estudia, ama a sus padres y a sus hermanos y jamás besó a un chico. Su vida en Pensilvania es apacible y feliz, y así como su padre se obsesiona con su hobbie, introducir barcos diminutos en botellas de vidrio, Susie está apasionada por la fotografía. Captar un instante es retener el tiempo inaprensible, cazar lo fugaz en una película, una pasión prematura que tendrá otro sentido cuando, de regreso a casa, un vecino, divorciado y solitario, la invite a conocer una construcción insólita y siniestra bajo tierra en un maizal después de la cosecha. A partir de allí, Susie permanecerá suspendida entre dos mundos: aquel en el que vivimos y aquel que corresponde a la hipotética e imprecisa eternidad que espera por nosotros. Es un espectro aferrado todavía a su pretérita existencia, tanto por amor a su familia como por sus ansias de justicia.
Desde mi cielo, basada en el best-seller “The Lovely Bones”, de Alice Sebold, es una película en tensión: su flanco metafísico kitsch rivaliza con su costado perverso. Aquí, Jackson combina fallidamente esa tendencia ostensible en la iconografía esotérica New Age de El señor de los anillos con el sadismo amoral de Criaturas celestiales, aunque Desde mi cielo es esencialmente un drama familiar y un melodrama adolescente. En ese sentido, todos los pasajes vinculados al asesino y sus obsesiones metodológicas trabajan sobre un registro realista que se contrapone dialécticamente con el limbo paradisíaco en CGI. Así, todos los primerísimos planos de los dedos de Stanley Tucci (quien interpreta magistralmente al asesino serial en cuestión), o los siniestros planos detalle sobre unas muñecas, momentos previos al asesinato, constituyen los mejores “efectos especiales” del filme, pues allí Jackson demuestra que el cine es también un lenguaje y una forma, y no un sospechoso arte derivado de la literatura, ahora auxiliado por un nuevo estadio digital capaz de plasmar en imágenes cualquier capricho de la imaginación. La secuencia que transcurre en la casa del asesino, entre la hermana mayor de la víctima y el homicida, es un prodigio de suspenso: basta un primer plano y el trabajo inteligente sobre el sonido para provocar físicamente al espectador.
Pero esos logros ocasionales son neutralizados por un sinfín de excesos digitales con los que se persigue materializar un reino suprasensible en el que la lógica de los sueños parece estancada en una concepción de lo bello que desestima la austeridad como mejor aproximación a lo extraordinario. El kitsch secuestra imagen tras imagen, y solamente un trigal devenido en mar y una versión gigantesca de los veleros paternos tocando la costa de una tierra vacía se desmarcan de ese fulgor celestial empecinado en vender una espiritualidad vaga que probablemente no contará con el beneplácito de Evo Morales, ni será prohibida en la tierra de Mao y Confucio (como sucedió recientemente con Avatar, otra película de cuño New Age), aunque el sumo pontífice, seguramente, tampoco le dará su consentimiento.
Vivimos en un mundo aciago, pero existen, para Jackson, Sebold y los crédulos del mundo, otras realidades, más luminosas y etéreas, en donde incluso a una púber violada y asesinada le esperan nuevas aventuras. Aquí, la ilusión tiene un precio, la ridiculez, que alcanza su paroxismo en una escena que incluye un beso (precedida por los gags a cargo de Susan Sarandon como la abuela de la casa). Los últimos tres planos de la película no están muy lejos de la perfecta imbecilidad, momento en el que se postula una concepción de justicia. La esperanza y la justicia son anhelos de este mundo: sobre lo que viene después más vale callar y esperar en silencio. Después de todo, el cine, como diría Kracauer, es la redención de la realidad física.
Esta crítica fue publicada en otra versión en el diario La Voz del Interior en el mes de febrero 2010.
Roger Alan Koza / Copyleft 2010
Está buena la crítica, igual me gustó en gral la película, es cierto que desbarranca un poco el final y que la mano de jackson se luce más durante las escenas normales que en las animadas (que tampoco son todo el film, sólo una parte menor, y que no me produjeron el rechazo espectoral que parece haber provocado en la crítica toda)
Inamanente: ocurre que la tensión entre registro y CGI es poderosa; Jackson, en ese sentido, había logrado en K. Kong unos primeros 15 minutos perfectos en donde lo digital y el registro funcionaban muy bien. Los pasajes idílicos son narrativamente nulos y estéticamente espantosos. Saludos. RK
A mi la pelicula no me disgusto, pero para ser de jackson me esperaba muchisimo mas. Creo que el unico GRAN problema de la pelicula fue el guion, y eso porque me parecio como si no tuvieran bien la idea clara de como se tendria que ver en »pelicula», mezclar al escribir la pelicula porque realmente no es una historia simple, ya que mezclaba el drama , con un »supuesto» thriller (que sinceramente no le vi nada de thriller).
Otra cosa que me parecio que arruino muchisimo la pelicula fue esa estupida frase final que no tuvo nada que ver con el proposito de la pelicula y simplemente fue agregada para conmover a ciertas personas, aunque obviamente sin suceso.
El problema de la película no es necesariamente el guión y la traducción cinematográfica de un libro; se lo puede traicionar desde la puesta en escena. Jackson elige dos modalidades formales que se excluyen: cuando se trata de retratar lo real, o el mundo sensible, el registro tiende al realismo, por decirlo de un modo, y a exarcerbar la distorsión psíquica del asesino a tavés de planos enrarecidos, generalmente en primerísimos primeros planos. Eso está muy bien en el film, y funciona. Pero cuando tiene que mostrar el trasmundo, cuando el film deviene metafísico sin restricciones, se apodera un tipo de registro digital, en un supuesto libre uso de las facultades, que termina siendo un retrato kitsch al cuadrado. A mi modo de ver, este es un problema que estaba en la trilogía de El señor de los anillos, pero que el heroísmo colectivo y la propensión a teñir de bélico el relato solían operar como una protección del mal gusto y falta de imaginación característico del esoterismo, lo que no es necesariamente así, pues hay películas metafísicas, religiosas y esótericas que entiende que nuestra relación con lo que no se puede nombrar (más allá de si uno cree o no en esta herencia platónica de diivir el mundo en dos) implica discreción, austeridad y cuidado. No es el caso. Sí, Mr. Sean, las palabras finales son patéticas, y a mi entender, articulan el discurso extracinematográfico del film, de principio a fin, aunque más patético es el desprendimiento del hielo en la copa del árbol que determina el destino del psicópata. Saludos. RK
Sinceramente, lo más patético de todo es ese pelo falso de Mark Wahlberg y el bolo de Susan Sarandon: ¿qué necesidad había de que apareciera -ese personaje- en la película?
Aunque lo más patético de lo patético es la ida de la madre y ese trabajo que encuentra recolectando duraznos (¿¿¿¿¿¿???????)
Lo Sarandon da vergüenza una y otra vez. Intolerable. RK
La película me gusto, y entre al blog para indagar tanto en ella como en ese gusto, en ese placer o afinidad que, para quienes no practicamos la crítica tiene siempre – al principio – algo de indescifrable. Pero cualquier mpulso de reflexionar se evaporó al leer «… existen, para Jackson, Sebold y los crédulos del mundo, otras realidades …», puesto que yo quizás crea en otras realidades, y parece ser que – en una de esas – eso me hace formar parte de los «crédulos del mundo», categoría bastante ambigua (¿existe la incredulidad absoluta y radical?) pero que por el tono parece designar algo muy requetehorrible o vergonzante. Ni que hablar de «… la ilusión tiene un precio, la ridiculez …» o «… Los últimos tres planos de la película no están muy lejos de la perfecta imbecilidad …» La violencia con que escribe, Sr. Koza, también tiene un precio … no hay ninguna duda que está Ud. muy lejos de la «perfecta imbecilidad» que le atribuye a otros (tan luego Peter Jackson!!), pero expresarse, o mejor, reflexionar, en base a categorías tan insultantes no hace precisamente honor a su notable inteligencia. ¿No cree que su texto – que es decir su mirada – se elevaría considerablemente en calidad (y en utilidad para sus lectores) si se lo despojara de los vituperios e imperativos con que lo sazona? ¿Realmente le parece necesario exponer su punto de vista de una manera tan destructiva? Espero se me perdone la ingenuidad (que espero no sea síntoma de perfecta imbecilidad), pero prefiero que una buena crítica (las suyas siempre lo son) sea además una crítica buena (las suyas muchas veces lo son, pero no esta vez). Ni más ni menos como lo prefiero en las personas. Y como estoy seguro lo prefiere tambien Ud.
Fabián: me gusta mucho cómo usted me cuestiona. Lo hace con altura y educación. Cómo usted lo señala, algunos pasajes han sido escritos con cierta violencia, la que intentaré explicar y no por ello justificar. Creer en Dios, creer en un mundo supreasensible es legítimo, pero hay maneras y maneras de sostener las creencias, revisándolas y confrontándolas,por ejemplo. No tengo dudas, aunque yo no soy creyente, de que es válido creer en la vida en el más allá. «Los crédulos del mundo» no es necesariamente una connotación negativa. Y ser un incrédulo tampoco es una connotación negativa. Hay incrédulos y crédulos muy diferentes.
Creo que el más allá de Jackson es un más allá digitalmente insípido, muy parecido a un comercial, aunque cietas secuencias que señalé son logradas (las botellas llegando al mar, los maizales deviniendo en mar). En esta materia, Hirokazu Koreeda hizo un gran film sobre el limbo: Afterlife. Se consigue; incluso Sexto sentido me parece una de fantasmas que apunta a otra experiencia simbólica.
Respecto de la «perfecta imbecilidad»: podría haber elegido un modo más suave de expresarme, es cierto, pero sucede que estamos frente una niña violada y brutalmente asesinada, y alguien nos dice, finalmente, lo bueno de todo y de lo que viene después. Es insólito, pase lo que pasé después de nuestro último suspiro. Y por último, la resolución justiciera, el casual (aunque nada casual sino en esta cosmología, más bien causal) bloque de hielo que cae sobre la cabeza de Tucci para que éste resbale y se desplome al vacío, merece ser discutido a fondo. Creo yo, y quizás tiene usted razón en que no es necesario, intenté impugnar ese «merecido» desenlace y sistema de justicia celestial, en sus propios términos. Esto sí me parece imbécil y ridículo. Imagine usted ser el padre de una niña que tuvo un destino similar y estar viendo un film así: no sólo sería intolerable, sino, fundamentalmente, una decisión narrativa esencialmente insensible. Un saludo muy respetuoso para usted. RK
Estimado Sr. Koza: realmente celebro su apertura y humildad; recibir cuestionamientos suele ser muy difícil – al menos, lo es para el ego – pero Ud. lo hace con una naturalidad que resulta francamente estimulante. Muchas gracias.
Efectivamente, hay crédulos e incrédulos muy diferentes. Básicamente por cuanto – como decía Buñuel – creer y no creer es exactamente lo mismo; luego, no puede radicar allí la diferencia. Y en el contexto de su nota interpreté su alusión a «los crédulos del mundo» precisamente como una connotación negativa acerca de algo que – según acabamos de coincidir – es en sí mismo indiferente; como si estuviera Ud. defendiendo / atacando una identidad superficial, o los símbolos de esa identidad. La frase me sigue pareciendo poco afortunada, pero mucho me alegro de saber que no era ese el sentido de su reflexión.
De la misma forma, el más allá de Jackson no me pareció despojado de interés, puesto que puede leerse, o experimentarse, en términos ajenos a las creencias. Una zona en que el discernimiento es casi inexistente o en el mejor de los casos severamente confuso, y más inexistente aún la posibilidad de actuar sobre los fenómenos, la angustiosa aprehensión onírica de los mismos … ¿nunca estuvo en un sito (o momento) así? ¿Y no sería eso verdaderamente un limbo, un lugar separado de la verdadera vida pero fuertemente ligado a ella? No un limbo ultraterreno, sino estrictamente terrenal y del que por ende podemos hablar en términos de experiencia.
Por supuesto, la idea no es original; como no lo era en «after life» ni en «sexto sentido». Y películas tan, pero tan diferentes coinciden en representar la travesía por esa zona onírica como una tarea, una labor a realizar. No en términos fácticos, sino de comprensión; la dura y esforzada tarea del entendimiento. Tarea que no sé si es de la otra vida (en el hipotético caso que la hubiera) pero que sin dudas lo es de esta.
¿Realmente le pareció la muerte de Tucci un acto de justicia celestial, o sea, consoladora y reconfortante? Cuando salimos del cine mi hijo Matías (19 años, apenas mas grande que la protagonista) me dijo que en el momento que el padre salió detras del asesino con el bate de beisbol sintió que por fin, después de escenas de angustia intolerable, iba a tener una verdadera satisfacción. En su juvenil sinceridad Matías dijo lo que todos en la sala sentíamos ¿quién no quería verlo molido a palos? Y así como la película no nos regala la dudosa satisfacción de la venganza privada, tampoco nos proporciona la no menos dudosa tranquilidad de la justicia estatal, pues a finalmente el asesino también sortea la persecusión policial. No me diga, entonces, que una película capaz de decepcionar por igual a nuestro enano fascista y a nuestro enano liberal no posee algún mérito. Sí, es cierto, el personaje de Tucci muere, pero – como dice otro de los personajes – morir, moriremos todos (en esta cosmología o en cualquier otra), de manera que no es allí donde creo pueda encontrarse particular consuelo para el hecho de vivir en – como Ud. dice – este mundo aciago.
Finalmente, su invitación a ponerme en el lugar del padre de una niña con igual destino es muy legítima, me parece un punto de vista difícil pero muy fecundo. Por ejemplo, mi hija Camila (18, todavía más cercana a la protagonista) impugnó la película – entre otras razones – por cuanto la voz en off le pareció inbancable. No digo que la objeción no tenga asidero, sino que desde el punto de vista que Ud. propone, y que es el del dolor, ninguna otra voz desearía escuchar más intensamente que esa. Huelga subrayar que en última instancia no lo sé, pero creo que una encrucijada así, y ante pérdida tal, no me cambiaría mucho saber que ese miserable murió molido a palos, frito en la silla eléctrica, o tropezando en un acantilado. Reitero: no lo sé, pero sinceramente creo que necesitaría otras respuestas, que sería interrogado por otras preguntas. Y me parece que la película – con sus evidentes limitaciones – está más interesada en esas preguntas, aciagas y de este mundo.
Realmente fue un placer conversar con Ud. Un abrazo.
Fabián: un placer ha sido también para mí, y muy edificante saber las apreciaciones de sus hijos. Después de escribir el artículo, unas dos semanas después, llegó a casa la revista Film Comment. La tapa está dedicada al film de Jackson, y el editor, Gavin Smith, es quien le hace el reportaje al director (y no debe haber sido fácil, porque en la elección de los críticos que se publica en la revista, en donde los mejores de ése país dan puntajes a las películas, las calificaciones para Desde mi cielo eran descalificatorias). Las respuestas de Jackson son muy pobres, excepto por su señalamiento que a él más le interesaba el juego onírico «de la mente», más allá de la muerte del cuerpo, una apreciación absolutamente platónica, además de que al hacer la película pensó en su hija, que también tiene una edad similar a la protagonista, que, dicho sea de paso, está muy bien en el film. Un gran abrazo para ud. RK
porfaa diganmee que deciaa la nota qe Ray le da a Susie Salmon 😀 se los agradecereee!
Mifee: deciaa: «Si solo una hora de amor tuviera y fuera esa mi última hora, una hora tan solo para amar sobre esta tierra, para ti toda mi hora sería» El Moro. (probablemente Obama, así como el malo los terroristas en sus cuevas, pero… «In God We Trust». Si es para tu chica, rogá que no vea la peli o no va a saber que pensar. Saludos.
Ya respondió Edgar. Saludos. RK
Sospecho que la alusión a «el moro», más que a Obama, debe referir a Otello, que es la obra en la que Ray estaba participando y que Susie presencia … y de allí que quizás (solo quizás, habría que chequearlo) las líneas sean de Shakespeare …
me agrado mucho la pelicula, pero como a todos no me gusto como murio el asesino me hubiera gustado que sufriera, ya q despues d qe mato a tantas niñas, ni la policia dio con el y simplemente murio tontamente, y tambn me hubiera agradado que hubieran encontrado el cuerpo de susie.
ademas no entinedo como si ella murio a los 14 y su hermana era menor ya esta embarazada ? tan chica?
o cuantos años pasaron desde su desaparicion?
La hermana estaba embarazada(?) de eso ni me entere..
y si parece que pasan varios años por la manera en que se caracteriza a la hermana
Me parece que la chica embarazada es la novia del muchacho que golpea al papá de Susie…
He visto la peli apenas el dia de ayer y hoy la volvi a ver, debo decir con mi humilde opinion que a mi si me gusto, aunque me parece triste la historia por que me toco vivir de cerca, en mi infancia un caso similar a este, y casi con el mismo final, en fin….aunque no fue el final de que «el malo siempre muere mal» me gusto la idea que Holly le dice en algun momento de la peli, que no se preocupe por el Sr. Harvey y la ira que tiene en su contra, puesto que tarde que temprano todos moriremos, ahi lo que si hubiera eclipsado el final es no ver como tontamente moria si no lo que le pasaba despues, pero en fin, eso hubiera salido tambien de la tangente la historia, me fascino el soundtrack de «Song to the Siren» de This Mortal Coil, amo la musica Celtic y me parece hermoso el cover, y si la «hermana (Lindsay) de Susie» es la embarazada, por que se supone que «paso tiempo»…
HE LEIDO TODOS SUS COMENTARIOS AL RESPECTO, ES BUENO LEER TODAS SUS CRITICAS DE LA PERCEPCION DE LA PELICULA, excelente que exista la critica…
Debo agregar al leer estas criticas, el aspecto morboso que le quiere encontrar Carolina, ya que quería que sufriera el asesino (no digo que no se lo merezca) y quería ver el cuerpo de Susie. Si tanto querías ver que sufriera el asesino, que necesidad hay en mostrar el cuerpo de Susie, que sufrió mas que el mismo asesino,o sea querías ver mutilado a el asesino, pero a la vez querías ver el cuerpo mutilado también de Susie que fue perpetrado por Tucci. Estamos tan acostumbrados a ver cine-morbo, (ejemplo: el juego del miedo, destino final) que estas películas son la excepción a la regla, sin embargo hay gente que quiere ver mas morbo en este tipo de películas como si no tuviéramos bastante. Me gustaría escuchar tu opinión si llegas a leer esto, y también la de Roger por supuesto.