DOCBSAS 2014: ENCUENTROS CON CINEASTAS NOTABLES
Por Roger Koza
“El observador modifica lo observado”, esa presunta verdad de la física cuántica, a menudo extrapolada para habilitar dudosas interpretaciones sobre el poder de la conciencia, puede ser pertinente para problematizar el documental de observación.
Por un documental de esa índole se entiende una forma de aproximación a una realidad dada por la cual el director observa a través de su cámara intentando no modificar lo que observa. Diríase que se anhela una cierta pureza de registro asentada en una confianza radical acerca de la eficacia simbólica de una imagen. No se editorializa, nada se dice, nadie habla a cámara, ninguna voz omnipresente explica lo que se ve. Una imagen habla.
En esta nueva edición de DocBsas, dos títulos fundamentales utilizan este procedimiento poético: en primer lugar, la obra maestra de Sergei Loznitsa llamada Maidan; en segundo lugar, Sauerbruch Hutton Architects, del recientemente fallecido Harun Farocki.
Maidan se limita al registro lineal de los acontecimientos que tuvieron lugar en Ucrania entre noviembre de 2013 y febrero del año en curso. Imagínese la Plaza de Mayo en diciembre de 2001 y la vía pública porteña en el verano de 2002. El descontento, la ira y la represión no son muy diferentes, aunque la destitución del presidente ucraniano Victor Yanukovich respondió a un conjunto de coordenadas simbólicas que no solamente son económicas, sino también propias de la inestabilidad geopolítica que atañe a Europa.
El eximio director bielorruso registra los acontecimientos. El topos elegido es la Plaza de la Independencia de Kiev y sus alrededores; la forma empleada, el plano general y la panorámica fija. En este concepto de puesta en escena, el campo visual prioriza el colectivo por encima del individuo. Lo que se ve no es otra cosa que esa abstracción que aquí deviene en pura evidencia física. En efecto, si la acción se circunscribe a la preparación de ollas populares, a la recepción de un discurso de algún líder, a números musicales e incluso a enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden, lo grupal se impone como figura. El pueblo es el protagonista, lo que no significa que no se puedan percibir algunas diferencias entre quienes están en la plaza. No se trata aquí de una multitud despersonalizada, sino más bien de una multiplicidad unida frente a un malestar específico.
Lo genial de Maidan proviene de la inteligencia de sus encuadres. Al impredecible azar de los eventos se lo adiestra a partir de una velocidad estratégica para hallar el lugar ideal de registro. Cada plano es un fragmento de un discurso político general que se va apropiando de la ambigüedad de lo real sin eludir un punto de vista. En cierto momento habrá bajas entre los manifestantes y los vivos honrarán a sus muertos. Es una secuencia inolvidable, en la que se puede apreciar una forma particular de hacer un duelo.
En Sauerbruch Hutton Architects, el gran maestro de la sospecha (de la naturaleza de las imágenes) se limita a observar el equipo de arquitectos que trabajan junto a Matthias Sauerbruch y Louisa Hutton, dos genios de la disciplina, en sus oficinas en Berlín mientras resuelven algunos proyectos, entre ellos, el diseño de un edificio universitario dedicado a la “Realidad virtual”.
Farocki consigue algo insólito: visualizar cómo la abstracción conceptual organiza la materia. El seguimiento meticuloso de las discusiones y el trabajo de todos los profesionales involucrados posibilita entender cómo se diseña y se manufactura una experiencia social, que es también un modo de concebir el espacio público y privado que tiene un efecto real. En menos de 80 minutos, sin intervenir y sin nombrar, Farocki filma el trabajo y el funcionamiento de la inteligencia.
Esta nota fue publicada por la revista Ñ en el mes de octubre 2014
Roger Koza / Copyleft 2014
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